FAO en El Salvador

Cunicultura, una alternativa para productores de Alegría

25/07/2019

La crianza de conejos se ha convertido en una actividad clave en la economía familiar para un grupo de cunicultores que, desde marzo de 2018, trabajan asociados en el cantón Las Casitas, municipio de Alegría, Usulután, con el fin de comercializar la carne. 

La Red de agro-cunicultores “Las Casitas”, tal y como denominan su asocio, ha logrado reproducir al menos seis razas de conejos: California, Neozelandés, Chinchilla, Mariposa, French lop y Dutch; hasta abril de 2019, contaban con 14 hembras reproductoras, un macho y 180 gazapos (crías de conejos).

Para Juan Carlos Rivera, presidente de esta red, no estaba en su plan de vida trabajar en la Cunicultura, tampoco lo fue la agricultura, pese a que su padre fue agricultor y con esta actividad mantuvo el hogar toda su vida.   

Juan Carlos cuenta que de pequeño no se involucró mucho en la agricultura. Prefirió mudarse a San Salvador para estudiar el Bachillerato. Luego que se graduó, empezó a trabajar en una empresa como encargado de bodega en la que estuvo varios años.

En 2008 cuando perdió el trabajo, regresó a Alegría para establecerse en una casa que había logrado comprar con su empleo de bodeguero. Fue en esa época que Juan Carlos recibió una capacitación de agricultura orgánica, impartida por una fundación, que lo llevó hasta Costa Rica para realizar una pasantía durante una semana. Ahí fue que inició todo según comenta él. 

Para entonces, Juan Carlos tenía 29 años, estaba casado y ya tenía a dos de los tres hijos que tiene actualmente. En cierta ocasión vio a una señora que reproducía conejos y luego los vendía, esto llamó su atención y fue que comenzó a leer sobre el tema.

Este momento fue crucial en su vida, pues en la cunicultura vio la posibilidad de incrementar sus ingresos familiares y diversificarse con otra actividad productiva complementaria a la agricultura que era su fuente de trabajo principal. 

Decidió dar el primer paso y comprar a esta señora una mancuerna y un conejo más. “Los primeros conejos me los comieron los perros por mi inexperiencia. Pero hay que persistir, dije en mi mente. Seguí trabajando, construí unas jaulas, compré cinco conejas y nacieron las primeras camadas”, comenta.

Gracias a que buscaba y leía mucha información sobre cunicultura, fue interesándose más y conociendo sobre los diversos tipos de raza, alimentación, el cuido de los conejos, entre otros aspectos. Convencido de la gran oportunidad que representa la crianza y comercialización de conejos, Juan Carlos invitó a otros a aprender y emprender junto a él, uno de los primeros que se le unió fue su amigo de infancia Wilfredo Alvarado Cruz, quien además había sido retornado de Estados Unidos.

Alvarado Cruz, también vio en la cunicultura la oportunidad de expandirse y trabajar en su país. “Siempre me dediqué a cultivar hortalizas. Cuando vi que Carlos estaba criando conejos me dio como dicen: ´envidia de la buena´. A mí siempre me habían gustado los animales. Le pregunté cómo era este trabajo y él me explicó. En una ocasión lo acompañé a una granja que él fue a visitar porque andaba buscando otro tipo de raza de conejo. Ahí aproveché a comprar una coneja blanca que ya estaba cargada y tres conejos pequeños que sirvieron para pie de cría. Me gustó pues hasta la vez, gracias a Dios ahí estamos trabajando en la cría de conejos”, recuerda.

Wilfredo estuvo 7 años en Estados Unidos y en ese tiempo trabajó como carpintero y luego en una fábrica de azúcar hasta que lo deportaron. “Me fui de El Salvador porque no encontraba trabajo y por la situación de las maras (pandillas). Pero ya no tengo motivos para irme otra vez al norte porque ahora tengo suficiente trabajo acá y ni alcanzo a cubrir todo”, comenta.

Fue así como Wilfredo y Juan Carlos empezaron a trabajar más tiempo juntos en la cría de conejos y para marzo del 2018 deciden asociarse e invitar a otras personas las comunidades aledañas para crear la Red de agro-cunicultores Las Casitas, de Alegría. Al momento, el grupo lo constituyen seis miembros.

 “Para mí ha dado buenos resultados porque vender la carne de conejo nos deja una mayor ganancia en todo sentido, porque nos sirve para el consumo y de ahí se saca el gasto de la familia. Semanalmente obtengo de $50 a $60 de ganancia con la venta de carne y sigo trabajando en el cultivo de hortalizas”, dice Wilfredo. 

“Empecé ofreciendo la carne a restaurantes y a gente por encargo. En junio de 2018, me llamaron del Restaurante Cartagena, para que les supliera 10 libras de carne de conejo por semana, pero en agosto me pidieron 30 libras y no la tenía. Nos contactamos entre los seis del grupo que tenemos conejos y conseguimos la cantidad de carne. La ventaja que tenemos con la Red de agro-cunicultores Las Casitas es que no somos cerrados”, expresa el presidente de la red.

El emprendedor, comenta que abrieron una página en Facebook bajo el nombre Granja Las Casitas para promover la carne de conejo y las hortalizas, lo cual le permitió darse a conocer y hacer contacto con otros productores locales.

Juan Carlos resalta la importancia del apoyo que han recibido de la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID) y de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), a través del programa Mesoamérica Sin Hambre.

“Solicitamos el apoyo de la FAO y la respuesta ha sido positiva. Desde enero de 2018 hasta la fecha nos han dado asistencia técnica. Nos ayudaron con la creación del logo y con los insumos para la construcción de las instalaciones para el funcionamiento de esta iniciativa canícula. Ese respaldo nos abrió puertas y nos ha conectado con las instituciones que trabajan en el tema de desarrollo agrícola y de producción de carne”, sostuvo.

Las proyecciones a futuro con la cría de conejos es tener 20 conejas reproductoras y producir 100 gazapos mensuales.  “Además de ampliar mercados con la carne de conejo, queremos vender carne de cerdo y de pelibuey”, comparte Wilfredo.

Mediante del programa Mesoamérica Sin Hambre, la Red de agro-cunicultores Las Casitas, de Alegría ha mejorado:

-Organización del grupo.

-Instalaciones adecuadas para el desarrollo de la producción cunícula.

-Aumento en la producción.

-Mayor ingreso económico a nivel de las familias.

-Comercialización en tiangues.