FAO en El Salvador

De productor a extensionista

30/10/2019

German Zedillo es uno de esos productores visionarios. A lo largo de sus 50 años de vida ha desarrollado dos pasiones: labrar la tierra y transmitir conocimientos. En ambas áreas ha dado un salto de calidad gracias a su determinación y a todas las oportunidades que le ha generado el programa Mesoamérica sin Hambre.  

Como cualquier agricultor, German plantaba los productos tradicionales en El Salvador, maíz y maicillo. A fin de mejorar su seguridad alimentaria, Zedillo entró en este programa, impulsado por la municipalidad de San Buenaventura, en el departamento de Usulután, el cual ha sido apoyado técnicamente por la FAO y financieramente por la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID).

Lo primero que aprendió fue a diversificar su producción. A través de huertos familiares ha producido ejote, chile y pipián; además, produce tilapias en reservorios y reproduce aves de doble propósito. Asimismo, ha recibido asistencia técnica para la producción y aplicación de abonos orgánicos, así como el manejo de suelos, en los cuales es difícil de cultivar por encontrarse en zona del Corredor Seco Centroamericano.  

Estas tierras al oriente de El Salvador se ven afectadas principalmente por la desertificación y la sequía, empeorando la vulnerabilidad de las familias que ya viven una compleja situación de inseguridad alimentaria y nutricional, derivando en el deterioro de sus medios de vida.

En respuesta a esa realidad y para mejorar la producción y el acceso a alimentos de 1, 300 familias, Mesoamérica sin Hambre ha apoyado a pequeños productores como don German Zedillo, quien asegura que ha dado un salto de calidad en condiciones dificultosas, gracias a todos los apoyos que ha recibido.

 “Todo lo que hemos aprendido a través de Mesoamérica sin Hambre es muy bueno para las familias que somos de escasos recursos, nos ha servido de mucho porque el cambio que ha habido ha sido muy significativo. Tenemos la producción de aves, la producción de huertos, la producción de tilapias, yo ya tengo más de mil tilapias en ese reservorio. Y hemos estado comiendo y he logrado hasta vender pescado y eso ya le ayuda a uno para poder cubrir los gastos de las familias, entonces yo hago una comparación de cómo era antes mi vida y como es hoy con este gran proyecto”, aseguró.

Cambio de rol  

Después de adoptar Buenas Prácticas Agrícolas y ser capacitado en diversos temas, German fue contactado por el alcalde de San Buenaventura, Marvin Serpas, quien conocedor del desempeño del pequeño productor, lo invitó a formar parte de su equipo de extensionistas.  

En el contexto de Mesoamérica sin Hambre, los gobiernos locales destinan parte de su presupuesto para fortalecer la seguridad alimentaria y nutricional de los territorios, incluyendo la contratación de técnicos extensionistas.

Así, German, pasó de ser productor a convertirse en un extensionista quien brinda asistencia técnica a cien familias en la producción de huertos, la implementación de Escuelas de Campo y la producción de biofertilizantes, entre otros.

Actualmente, atiende a cerca de cien familias con 40 huertos familiares, la vacunación de 1,600 cabezas de ganado, entre otras acciones para las que se apoya en los liderazgos locales, a fin de organizar a las familias y hacer un trabajo más ágil y eficiente.      

“Ha sido un salto que he dado tanto en mi familia como para servir a los demás porque de eso se trata. El acompañamiento que Mesoamérica sin Hambre nos está dando es muy bueno para nosotros como técnicos porque nos está preparando”, concluyó.