La agroecología como estrategia para tiempos críticos
Durante estos días, en los que muchos gobiernos ensayan la estrategia del cierre de fronteras y límites entre regiones dentro de un mismo país en el intento de contener la expansión de la pandemia del COVID-19, es que se puede observar la fragilidad de los sistemas alimentarios dependientes.
La limitación o total detenimiento del ingreso de alimentos e insumos alimentarios (incluso aquellos necesarios para la industria de alimentación de ganado) tiene consecuencias perjudiciales, principalmente para las zonas más marginadas de países y regiones cuya alimentación está centrada y supeditada a cultivos y producciones foráneas.
Es en estos tiempos en que se pone en evidencia que el acceso a los alimentos producidos localmente pasa a ser estratégico y que no es sólo un tema teórico para una circunscripción alejada o rural.
Buscando mejorar la seguridad alimentaria, se precisa, por tanto, de una cadena comercial sostenible y resiliente, justa y viable, con base en un sistema agrícola capaz de hacer frente a estos desafíos, sea en el área rural o urbana. Esta debe poder brindar agrobiodiversidad, con prácticas que permitan conservar o aumentar los rendimientos de una agricultura tradicional, otorgando servicios ecosistémicos redundantes para nuestro bienestar.
Es la agroecología, desde un enfoque sistémico, el método que posee el potencial necesario para producir localmente y proveer de alimentos variados, necesarios y nutritivos, al tiempo que permite restaurar y mejorar las capacidades productivas de áreas bajo principios y gestiones agroecológicas.