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LA MANERA CORRECTA DE DISTRIBUIR LOS ÁRBOLES

Los plantines de árboles se pueden distribuir de forma correcta, o incorrecta, como me di cuenta recientemente.

La manera incorrecta. Hace unos 30 años, yo estaba visitando a una familia en una aldea hondureña, Galeras, cuando llegó una camioneta del Ministerio de Agricultura. Dos hombres descargaron pequeñas bolsas de plástico negro. Cada bolsa tenía el plantín de un árbol desconocido, de hoja ancha.

Una mujer se bajó del carro y sin tomar la molestia de saludarnos, hizo un discurso rápido, memorizado. “Les estamos dejando unos pequeños árboles para que los planten. Sirven para la sombra, para la madera, para la leña, y el ganado puede comer las hojas. Se llaman …” y nos dio un largo y engorroso nombre científico.

“¿Cuál es el nombre común?” Pregunté.

“Oh, no lo sé, sólo plántenlas.”

Y sin más ceremonia, la gente del Ministerio volvió a su carro y se fue a la próxima casa. En las semanas siguientes, vi bultos de plantitas frente a muchas casas en Galeras. Estos árboles, que llegaron sin aviso y sin invitación, lentamente se murieran.

La manera correcta. Esta semana, visité las comunidades de Collpa Cala Cala y Collpa Centro, con extensionistas de una ONG boliviana, Fundación AGRECOL Andes, que tiene 20 años de experiencia en comunidades altoandinas.

Esta vez, estuve dentro de la camioneta, con la gente del proyecto. El equipo había entrado el día anterior con un camión más grande, para entregar 5000 plantines de pino a Collpa Cala Cala, y 3600 arbolitos a la Collpa Centro, y más plantines a otras dos comunidades.  Esa mañana, los arbolitos brillaban con el rocío en el prado de las vacas, las cuales estaban atadas fuera del alcance de los plantines. Los comuneros pronto se reunieron a nuestro alrededor, y hablando en el idioma ancestral, quechua, Tito Villarroel (el coordinador del proyecto) les recordó que el objetivo era que “cada familia plante los árboles que había ordenado”. Continuó: “Por favor, cuenten el número de plantines que pidieron”. Cada familia había pedido de 100 a 500 plantines.

Tito preguntó si alguien de la comunidad quería hablar. Dos hombres locales, don Marco y don Juvenal, agradecieron el proyecto y dijeron que no querían que se acabara. Dijeron que les gustaría tener árboles durante dos años más.

Pregunté a algunos de los agricultores por qué querían pinos. “Por la madera”, dijeron. “Para venderla o para usarla nosotros mismos”.

El equipo pasó lista y dio a cada familia suscrita una nueva picota, un mango de madera y un azadón, para que tuvieran las herramientas adecuadas para plantar los árboles. Cada familia también recibió una bolsa de pan, un pollo crudo entero, y una botella de refresco de dos litros. Esta comida ayudará a alimentar a la familia el día que planten los árboles.

Cada familia ha acordado plantar los árboles en un lugar de su elección, donde puedan proteger los árboles del ganado suelto. Muchos de los árboles se plantan cerca de las casas de la gente, o en otros lugares donde es fácil ver los animales de la comunidad. El año anterior, estos mismos vecinos también plantaron árboles, que ahora crecen en pequeños manchones alrededor de las comunidades.

Tito y sus colegas volverán la semana siguiente. Cada comunidad recibe una visita de seguimiento cada semana. En las próximas visitas, los extensionistas de la ONG se asegurarán de que no haya problemas imprevistos. Pero hay pocas dudas de que la gente plantará sus árboles.

El equipo espera que los árboles ayuden a conservar el suelo en las laderas empinadas, para proteger a las quebradas que dan agua potable al valle de abajo. Casi toda la tierra alrededor de estas comunidades es bastante escarpada, por lo que no importa dónde se planten los árboles, ayudará a manejar la erosión del suelo. A la ONG le hubiera gustado plantar árboles nativos, en lugar de pinos, que no son nativos de Sudamérica. Pero la gente local quería pinos, y eso es lo que obtuvieron.

La moraleja es que la gente local plantará y manejará los árboles forestales si:

– Las especies de árboles son de interés para las comunidades

– Los árboles van acompañados de herramientas, alimentos u otras cosas de valor que estimulan a la gente a invertir en la plantación de árboles

– Se consulta a la población local sobre el proyecto de antemano y se organiza

Los cínicos se quejan de que el trabajo de desarrollo sólo da vueltas, pero eso no es cierto. Como cualquier habilidad, el trabajo de desarrollo de la comunidad mejora con la práctica.

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Lectura

Bentley, Jeffery W. & Jorge Valencia 2003 “Aprendiendo sobre Árboles en una Comunidad Andina de Habla Quechua en Bolivia,” pp. 69-134. In Paul Van Mele (ed.) Way Out of the Woods: Learning How to Manage Trees and Forests. Newbury, UK: CPL Press. 143 pp.

Agradecimientos

Gracias a la Fundación AGRECOL Andes, por invitarme a ver este trabajo. Gracias al equipo de trabajo, incluyendo a Alexandra Flores, Nelson Daga, David Torrico y Edgar Hinojosa. Este proyecto fue financiado por CRS (Catholic Relief Services) con fondos adicionales de la Fundación Coca Cola. Los refrescos distribuidos en esta visita fueron de una embotelladora boliviana, no de la Coca Cola.

Title of publication: AgroInsight Blog
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Autor: Jeff Bentley
Otros autores: AgroInsight
Organización: Catholic Relief Services (CRS). Coca Cola Foundation, Bolivian bottler
Otras organizaciones: AgroInsight, Access Agriculture
Año: 2020
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País(es): Bolivia (Plurinational State of)
Cobertura geográfica: América Latina y el Caribe
Tipo: Artículo de blog
Texto completo disponible en: https://www.agroinsight.com/blog/?p=3709
Idioma utilizado para los contenidos: Spanish
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