Este informe expone cómo las actividades del proyecto BOND en Portugal y España ayudaron a los participantes a desarrollar nuevas soluciones a los desafíos y la acción colectiva eficaz en la agricultura familiar en estas regiones. Se reconoce el papel de la Agricultura Familiar como factor determinante para garantizar la seguridad y soberanía alimentaria de las personas, y como modelo capaz de dar respuesta a las diversas crisis que enfrenta la sociedad: financiera, climática, energética, alimentaria, migratoria y privación de derechos. Más recientemente, la pandemia global de COVID-19 ha puesto de manifiesto la fragilidad de nuestros sistemas alimentarios.

BOND ha apoyado a la Agricultura Familiar reforzando los vínculos entre agricultores y entre organizaciones, fortaleciendo alianzas y construyendo vínculos en diferentes niveles del sector agrícola. Aprendimos de las experiencias, los conocimientos y las aspiraciones de los demás. El proyecto ha sido fructífero en la creación de iniciativas interesantes, de las que surgieron recomendaciones políticas que van desde contextos globales o locales, hasta debates sobre cómo reformar la Política Agrícola Común y políticas similares que repercuten en la agricultura, la alimentación y la vida de los ciudadanos. Entre las muchas recomendaciones reflejadas en esta publicación, surgieron cuatro cuestiones clave:

• Compromisos estatales con instrumentos de reconocimiento y valoración de la Agricultura Familiar;
• la introducción de políticas agrícolas y alimentarias que sostengan la soberanía alimentaria protegiendo y promoviendo modelos agroalimentarios saludables, sostenibles y democráticos, así como unos ingresos justos y una vida digna para los agricultores y sus familias;
• políticas para incentivar a los jóvenes y nuevos agricultores y revertir el abandono de las zonas rurales;
• una valorización del papel de las mujeres agricultoras y rurales.