Por lo general un banco comunal de semillas funciona como una organización en la que se “deposita”, “presta” y “devuelve” semilla. Como todo “banco” tiene sus reglas y procedimientos de depósito, préstamos y devolución (pago de préstamo). La formación de un banco de semilla se inicia con el aporte de los productores/as de un cierto volumen de semilla seleccionada de su propia producción. En muchos casos este volumen inicial de semilla es aportado a través de un proyecto con el apoyo de una organización externa (ONG de desarrollo) o de un proyecto de fomento a la producción apoyado por gobiernos locales. Esta semilla se conserva en el banco y queda a disposición de los productores/as para que en caso de necesidad puedan acceder a un préstamo de semilla. Pasado un ciclo de producción, el productor o productora que ha accedido a un préstamo devuelve al banco la cantidad prestada más una cantidad adicional por concepto de “interés”. El interés recuperado por el banco permite aumentar la disponibilidad de semilla a ser ofertada ya sea como préstamos o para ponerla a la venta para generar recursos para el funcionamiento del banco.

El banco de semillas es una medida colectiva en la que productores locales acondicionan un lugar seguro, seco y oscuro donde preservar, de forma organizada, las semillas con mejores características de resiliencia, adaptabilidad y calidad de producto. Las semillas se guardan en contenedores herméticos para evitar que se humedezcan, y su fertilidad y contenido de humedad son evaluados frecuentemente.

Como mecanismo de capitalización, toda semilla aportada al banco con fines de producción es devuelta por los comuneros en la modalidad de “2 x 1”, mientras que el mecanismo de “pase en cadena” forma la base de la difusión de materiales con arreglo a la equidad. La idea detrás de estos acuerdos es crear mecanismos de redistribución, mantener la semilla de la especie en cuestión y generar un producto para la venta cuyo retorno permitirá formar un fondo de apoyo multipropósito.

Los bancos de semilla son una estrategia para elevar la estabilidad en la disponibilidad y acceso a alimentos. La disponibilidad de semilla juega un rol fundamental en la capacidad de las familias de recuperar, mantener e incrementar su potencial de producción, alimentación y generación de ingreso. Por otro lado, el intercambio de semilla es un elemento central en las relaciones sociales, económicas y culturales de las comunidades rurales.

Se debe inventariar las siembras tradicionales que se hacen, implementar un banco de germoplasma, elaborar un mapa de zonificación y publicar un folleto informativo del trabajo realizado.