La principal causa de muerte en el mundo es la mala alimentación, impulsada, principalmente, por un cambio en la dieta de la mayor parte de las poblaciones alrededor del mundo. La invasión de la llamada comida chatarra se ha dado en un “triz”, en un chasquido de dedos en la historia de la humanidad. La sustitución de los alimentos y cocinas tradicionales, tan diversas, de acuerdo a las culturas y sus ecosistemas, se ha dado con productos altamente industrializados.
Los cambios tecnológicos son cada día más rápidos, lo vemos ahora con su máxima expresión, la inteligencia artificial. Y la forma de nombrarlos, de entenderlos, de conceptualizarlos, es más lenta.
La primera manera de nombrar a estos productos comestibles altamente industrializados, que no deberíamos llamar alimentos, porque no lo son, surgió de una asociación conceptual, al nombrarlos “Comida Chatarra”. Durante decenios la industria de alimentos y bebidas industrializadas, combatió el término “Comida Chatarra” argumentando que no era científico ya que provenía de una asociación coloquial con la chatarra en general, que se refiere a los materiales metálicos de desecho. Es decir, consideraban que no pasaba de ser un término popular. Sin embargo, se observaba que, entre más comida chatarra se consumía, mayor era el riesgo de diversas enfermedades.