En los ríos, el salmón del Atlántico se alimenta principalmente de insectos acuáticos, incluyendo larvas y ninfas de quironómidos, cachipollas, tricópteros, moscas negras y otros insectos. En el mar, el salmón del Atlántico se alimenta de varios organismos marinos, incluyendo crustáceos como los eufásidos, amfípodos y decápodos, y peces como lanzas de arena, eperlanos, alosas, arenque, capelán, macarelas pequeñas y bacalaos pequeños (Scott y Crossman, 1973) (Tabla 1). Al entrar al agua dulce, especialmente antes del desove, el salmón no se alimenta.
Sistema digestivo:
Las divisiones principales del tracto digestivo son la boca, el esófago, el estómago, ciegos pilóricos, el recto y las glándulas secretoras, que incluyen el hígado y el páncreas (Figura 3). Los alevines recién desovados tienen un saco vitelino adherido a su estómago que provee los nutrientes esenciales almacenados para su subsistencia hasta que el tracto digestivo sea funcional y esté listo para aceptar los alimentos exógenos. Los ciegos pilóricos, proyecciones que parecen dedos (40–74), se extienden hacia afuera desde las regiones de las válvulas pilóricas del estómago hasta el intestino anterior (Rust, 2002). Su función se asemeja a la del intestino, más que al estómago, y parte de la digestión y absorción ocurren en estas regiones. El intestino pequeño contiene aperturas para los ductos biliar y pancreático, y provee pH neutral a alcalino. El salmón del Atlántico produce una serie de enzimas digestivas para hidrolizar proteínas, carbohidratos y lípidos en moléculas más pequeñas para facilitar su absorción. Estas enzimas son secretadas en los ciegos pilóricos y en el intestino delgado, y la absorción de nutrientes se lleva a cabo en ambos. La regulación de la función digestiva se encuentra bajo la acción conjunta del sistema nervioso y de las señales químicas que regulan la motilidad de los alimentos a través del canal alimenticio, la secreción de enzimas digestivas y la absorción de nutrientes. Existe información limitada sobre la osmorregulación y la regulación de funciones inmunes del canal alimenticio. Sin embargo, se reconoce el papel del intestino distal en la osmorregulación y como sitio para la secreción de electrolitos y para la absorción.
