Antecedentes del PFN 

Ya en la década de 1960, la comunidad forestal internacional había establecido que la planificación de las políticas era una prioridad y había reconocido la importancia de contar con una política adecuada para guiar los esfuerzos encaminados a mejorar el desempeño del sector forestal en los países y proporcionar una orientación más estratégica con miras al desarrollo forestal. En los años ochenta, en respuesta a las preocupaciones mundiales sobre la deforestación en las zonas tropicales, se puso en marcha el primer conjunto de planes de acción concertados a nivel internacional, incluidos los programas de acción forestal tropical (PAFT), los planes directores del sector forestal y los exámenes del sector forestal. Las enseñanzas extraídas de los PAFT y los otros marcos de planificación tuvieron notables repercusiones en el diálogo internacional sobre las políticas forestales entablado sucesivamente. 

Procesos de desarrollo sostenible y régimen de políticas forestales internacionales

 

En 1992, el resultado de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD) impulsó un cambio de paradigma que propició enfoques más participativos, integrales e intersectoriales. En el plan de acción de la CNUMAD, conocido como Programa 21, se dedica el capítulo 11 a la lucha contra la deforestación y se solicita a los gobiernos a “preparar y ejecutar, según proceda, programas o planes nacionales de acción para el sector forestal con miras a la ordenación, la conservación y el desarrollo sostenible de los bosques.” Los gobiernos participantes acordaron lo siguiente:

“examinar y, en caso necesario, revisar las medidas y los programas pertinentes a todos los tipos de bosques y de vegetación, así como a otras tierras conexas y recursos forestales, y relacionarlos con otras políticas o leyes sobre utilización y explotación de las tierras.”

En 1995, el Grupo Intergubernamental sobre los Bosques (GIB), establecido por la Comisión sobre el Desarrollo Sostenible (CDS) de las Naciones Unidas, elaboró un acuerdo sobre un gran número de “propuestas de acción” relacionadas con los bosques. Los PFN se concibieron como instrumentos centrales para poner en práctica estas propuestas a nivel de país. Como se acordó en el cuarto período de sesiones del GIB, celebrado en 1996, el grupo de países:

“reconoció la importancia de establecer marcos generales de política forestal o ‘programas forestales nacionales’ para lograr la ordenación sostenible de los bosques. Convino en que la expresión ‘programa forestal nacional’ se utilizaba en forma genérica para aludir a una amplia gama de criterios relativos a la ordenación forestal sostenible que se aplicaban a nivel nacional y subnacional en diversos países sobre la base de los principios fundamentales esbozados infra. Destacó que los programas forestales nacionales se debían abordar con un criterio intersectorial amplio en todas las etapas, incluida la de formulación de políticas, estrategias y planes de acción, así como las de ejecución, supervisión y evaluación.”

El Foro Intergubernamental sobre los Bosques (FIB), sucesor del GIB, volvió a confirmar que los PFN eran un marco viable para la aplicación de las propuestas de acción en una manera integral, global y multisectorial.

El Foro de las Naciones Unidas sobre los Bosques (FNUB), establecido en 2000, continuó promoviendo la aplicación de las propuestas de acción del GIB/FIB a través de los PFN. En 2007, en la Resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre un “instrumento jurídicamente no vinculante sobre todos los tipos de bosques” se especifica que, para lograr la finalidad del instrumento, los Estados Miembros deben:

“formular, ejecutar, publicar y, en función de las necesidades, actualizar los programas forestales nacionales u otras estrategias de ordenación sostenible de los bosques en las que se determinen las medidas necesarias y que contengan medidas, políticas u objetivos específicos.”

Una gama de otros acuerdos y decisiones internacionales relacionados con los bosques se refieren específicamente a los PFN como un marco para la planificación y la aplicación de la política forestal principal de los países. El Convenio internacional de las maderas tropicales, aprobado en 2006, especifica que los criterios para la aprobación de proyectos y anteproyectos de la Organización Internacional de las Maderas Tropicales deben tener en cuenta “su relación con los programas y las estrategias forestales nacionales”. En la Decisión 1/CP.16 adoptada en 2010 por la Conferencia de las Partes en la CMNUCC durante su 16º período de sesiones, en lo que respecta a las salvaguardias aplicables a las medidas de REDD+, se estipula “la complementariedad o compatibilidad de las medidas con los objetivos de los programas forestales nacionales y de las convenciones y los acuerdos internacionales sobre la materia.”

Se han creado mecanismos para apoyar la ejecución de los PFN en los países, como el Programa sobre los bosques (PROFOR) del Banco Mundial, que se puso en marcha a finales de 1990, y el Mecanismo para los programas forestales nacionales, que se estableció en 2001 y está hospedado por la FAO.

última actualización:  jueves 30 de diciembre de 2021