“Estos niños están disfrutando de frutas y hortalizas frescas cada jornada escolar, lo que les está inculcando hábitos alimenticios saludables a una edad temprana.”
Stephanie Wrathall es un alto directivo de proyectos y contabilidad de United Fresh, una organización sin fines de lucro a la que el Gobierno neozelandés ha encomendado que garantice que 27 millones de productos frescos lleguen a la boca de los niños más vulnerables del país cada año.
El programa, que se concibió con carácter experimental en 2004, se ha convertido en una iniciativa emblemática de United Fresh, que beneficia a más de 124 000 niños y personal escolar cada día de clase.
En concreto, Stephanie supervisa el funcionamiento diario de la iniciativa de frutas y hortalizas en las escuelas destinada a la población de categorías socioeconómicas más desfavorecidas de las dos principales masas terrestres de Nueva Zelanda, a saber, la Isla Norte (Te Ika-a-Māui) y la Isla Sur (Te Waipounamu).
Uno de cada cinco niños de Nueva Zelandia vive en condiciones de pobreza y muchos no pueden permitirse llevar alimentos a la escuela, explica Stephanie. “Cuando veo a los tamariki (el término en Te reo māori para designar a los niños) disfrutando de un refrigerio saludable y nutritivo a base de frutas u hortalizas, me enorgullece tomar parte en esta iniciativa”, dice.
Esta iniciativa ha sido bien acogida tanto por los niños como por el personal escolar; el 80 % de los directores de escuela señala que sus establecimientos tienen menos niños hambrientos gracias a ella, mientras que el 90 % informa de una mayor sensación de igualdad entre los estudiantes, independientemente de su origen.
Parte del reto diario de Stephanie es la logística de transportar y entregar productos perecederos a 560 escuelas en 21 regiones, preservándolos en el mejor estado posible. “La mayoría de las escuelas con las que trabajamos reciben dos entregas a la semana: los lunes y los miércoles. Ello permite suministrar suficientes frutas y hortalizas a todos los estudiantes y al personal de las distintas escuelas”.
Esta iniciativa ha sido adoptada y respaldada año tras año por el Gobierno y se considera a nivel internacional un modelo ejemplar desde el punto de vista sanitario. “Aunque todos esperamos acabar con la pobreza, no es probable que cambie la tarea cotidiana del funcionamiento de esta iniciativa. En todo caso, nos gustaría que se ampliara para incluir a niños de todos los segmentos de la población. Estos niños están disfrutando de frutas y hortalizas frescas cada jornada escolar, lo que les está inculcando hábitos alimenticios saludables a una edad temprana”.