La práctica pesquera de las haenyeo de Jeju puede describirse como un sistema tradicional de pesca de subsistencia realizado predominantemente por mujeres. El término haenyeo (“mujeres del mar” en coreano) hace referencia a las mujeres profesionales que se sumergen bajo el agua sin ayuda de equipos para la respiración y capturan mariscos como el abulón de disco, la peonza cornuda y la mostaza de mar. Estas buceadoras adoptaron un estilo de vida mitad agrícola y mitad pesquero y lo convirtieron en una actividad económica que consiste en cultivar sus “huertos submarinos” mediante el buceo en apnea, del mismo modo que cultivan el suelo de cenizas volcánicas.

Este sistema de pesca se caracteriza por cuatro particularidades. En primer lugar, implica el uso de organismos acuáticos sésiles —como los mejillones— a los que no se puede acceder con los métodos de pesca convencionales, como los barcos de pesca o la pesca a mano. En segundo lugar, apenas se utilizan instrumentos; en su lugar, se depende fundamentalmente de las propias manos de las haenyeo. Además, cabe destacar que este sistema se distingue por ser el único tipo de pesca del mundo exclusivamente explotado por mujeres. Por último, su principal objetivo es servir de fuente de sustento familiar, en lugar de destinarse a la pesca comercial con el fin de generar ganancias económicas.

La historia de las haenyeo de Jeju se remonta a hace aproximadamente 1 000 años y ha perdurado hasta nuestros días gracias a las 103 aldeas que aún practican activamente esta actividad. Las técnicas de buceo de las haenyeo de Jeju y su sabiduría a la hora de dirigir una comunidad representan un patrimonio vivo que la UNESCO ha declarado patrimonio inmaterial de la humanidad. La función y símbolo central de las haenyeo constituye la base de la subjetividad y la autosuficiencia, que se sustenta en la reciprocidad de la comunidad haenyeo. Precisamente esa identidad de las haenyeo de Jeju es el motor que ha mantenido vivo este sistema hasta nuestros días.