Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM)

Ich Kool: Milpa Maya de la Península de Yucatán, México

SIPAM desde 2022
©Alejandro Diaz San Vicente

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Importancia mundial

La milpa maya peninsular ha sustentado a la población de la península de Yucatán por más de 3500 años hasta la actualidad, favoreciendo el florecimiento de la cultura maya de las tierras bajas del sur. Gracias a su adecuado manejo se ha podido conservar la selva y la biodiversidad, aun en medio de suelos kársticos pedregosos y pobres en nutrientes y con gran variabilidad climática.

La península de Yucatán es actualmente la porción de México con mayor número de milpa y representa el segundo bosque más grande del continente americano. La selva se ha mantenido gracias a la Milpa Maya ya que integra el bosque al sistema, que a través del uso sustentable puede asegurar su conservación, y por ende el secuestro de carbono, contribuyendo a la biodiversidad.

Además, el sistema se caracteriza por una alta resiliencia climática, considerando que se encuentra en una zona con frecuentes desastres naturales como huracanes e incendios forestales. Algunos incendios resultan de quemas agrícolas reguladas que son parte del proceso agrícola, pero pueden verse como una estrategia para evitar los grandes incendios forestales que ocurren naturalmente después de los huracanes y para proteger la biodiversidad.

Por último, la milpa no solo ha producido alimentos, sino que ha fomentado la identidad y la cultura, ha ofrecido una nutrición completa y de calidad y ha permitido evolucionar con la diversidad productiva de los huertos familiares. Su gastronomía representa un destacado aporte a la cocina mundial, siendo parte importante de la gastronomía mexicana.

Seguridad alimentaria y de los medios de vida

La milpa contribuye al sustento y seguridad alimentaria de las comunidades locales. En efecto, a través de los tres cultivos principales –maíz, frijol y calabaza– su dieta contiene gran parte de los requerimientos alimentarios que necesita el cuerpo humano, lo que ha favorecido tanto el consumo comunitario como la transferencia de excedentes fuera de la comunidad a través de la milpa agroalimentaria. policultivo, además de fortalecerse a través de la diversidad de actividades productivas que conforman el sistema.

La diversidad de actividades asociadas a la Milpa Maya incluye diferentes medios de subsistencia como la caza, la recolección en el bosque (para leña, carbón o materiales de construcción), jardines solares, ganadería y plantas medicinales. Hoy también se explora la diversificación a través de la apicultura, el agroturismo y la gastronomía para hacer frente al éxodo rural y promover oportunidades atractivas para las generaciones más jóvenes.

Agrobiodiversidad

El sistema de la milpa ha favorecido el cultivo de especies y variedades domesticadas, algunas de ellas nativas del área maya y otras como el maíz del área mesoamericana. La selección en cada milpa ha promovido el enriquecimiento de los recursos genéticos cultivados, por ejemplo a través de la selección y conservación de semillas. A la fecha, la agrobiodiversidad actual incluye 160 especies cultivadas y cosechadas, 40 especies de animales y 600 especies de hierbas medicinales. El maíz nativo es utilizado por el 86% de los productores con más de 10 variedades.

Los bosques se gestionan de forma sostenible para garantizar su conservación y regeneración. En la zona núcleo SIPAM existe una menor proporción de milpas abiertas al cultivo (10%), en comparación con el área ocupada por Bosque Medio (13%) y Vegetación Secundaria (64%), conformada por parcelas en desuso y en recuperación de la vegetación, que existe gracias al predominio de la milpa bajo roza y quema. Estas prácticas son reconocidas en el área por contribuir a la conservación de la biodiversidad, la reducción de los impactos de los peligros naturales y la capacidad de regeneración de los bosques.

Sistemas de conocimiento local y tradicional

El sistema de milpa en la península de Yucatán es rico y se compone de diferentes actividades todas vinculadas a los bosques. En primer lugar, se ha basado en la tecnología de tala y quema, ya que no habría sido posible aplicar ninguna otra técnica. En efecto, es necesario no sólo abrir espacio en la vegetación para los cultivos y permitir la penetración de la luz solar, sino también incorporar los nutrientes acumulados en la vegetación a los suelos pedregosos, pobres y delgados de la Selva Yucateca.

Sería imposible imaginar las prácticas de milpa (selección artificial de plantas, adaptación a las características ecológicas) y las prácticas de tala y quema, sin un conocimiento efectivo de los fenómenos meteorológicos y las características del paisaje. Los agricultores locales son los custodios de un conocimiento ecológico único transmitido de generación en generación, apoyándose en una refinada tipología de lluvia y nubes (16 tipos), los xok k’iin, muestran el conocimiento de casi 20 tipos de suelos y una impresionante variedad de vegetación diferente.

Por último, además de las especies núcleo (maíz, frijol, calabaza y habas), sembradas en asociación en el mismo hoyo, existen muchas otras especies que se han sembrado en la propia milpa. Estos son intercalados, al igual que otras especies de frijol y cucurbita, y los que se siembran en el llamado pach pakal, donde se cultivan hortalizas y raíces, aprovechando los mejores suelos de la milpa.

Además de la producción de milpa y los productos naturales que crecen y se recolectan en los arbustos, la huerta familiar Tankab o Kuch llamada Solar es el otro espacio productivo imprescindible para los milperos. En estos huertos familiares se cultiva una mayor diversidad de plantas que en los campos, junto con la crianza de animales.

Cultura, sistemas de valores y organizaciones sociales

La milpa no solo produce alimentos, sino que también fomenta la identidad y la cultura, lo que refuerza la relevancia global del policultivo. La cosmovisión y ceremonias resultantes de la relación que se establece con la naturaleza a través del manejo de la milpa ha sido fundamental en la forma de existencia del sistema. La conservación de los recursos genéticos vivos está arraigada en la cultura maya a través de la lengua, la alimentación, el conocimiento del monte, la cosmovisión y los rituales.

Por esta razón, los mayas han tenido un profundo respeto por la naturaleza desde tiempos inmemoriales y este respeto es el fundamento de su identidad. Existen normas tradicionales, comunitarias y familiares para el uso del bosque y el manejo de sus recursos, basadas en un patrimonio colectivo. Por ejemplo, se considera que el bosque tiene guardianes espirituales pero también su propia conciencia. Por ello, organizan rituales y ceremonias para pedir permiso y dar gracias por el uso de la naturaleza a los poderes sobrenaturales que poseen y cuidan los recursos naturales.

Características del paisaje

Los paisajes de Milpa, un mosaico de estratos vegetales, son áreas discontinuas de vegetación que han sido modificadas por el uso agrícola. Están compuestos por comunidades de plantas secundarias en varias etapas de sucesión, que con el tiempo se convierten en bosques secundarios; y si las condiciones son favorables y se mantienen, pueden ser restaurados como bosques de especies nativas.

Además, la gestión ha contribuido a la regeneración de los bosques ya la amortiguación del efecto de los incendios, las secuelas de los huracanes. Los paisajes de milpa maya se han conservado con aparente estabilidad, pero también son muy dinámicos y forman parte de los paisajes tradicionales de la región, al igual que las ruinas mayas y los paisajes kársticos subterráneos (cenotes y cavernas), también forman parte del patrimonio biocultural del mundo.