El 13 de diciembre, el Gobierno brasileño publicó un decreto permitiendo la importación de trigo ruso, con efecto inmediato. Para importar se requiere cumplir una serie de procedimientos, que van desde informar sobre la presencia de plagas por parte de la Federación de Rusia hasta las medidas de mitigación que deben tomarse en el país, incluida una fumigación en los molinos cerca de las terminales de importación que reduzca el riesgo de la transmisión de enfermedades de las plantas. Las importaciones solo podrán entrar al país por las regiones del norte y noreste para proteger las áreas cerealeras en el sur de Brasil. La producción cubre normalmente cerca de la mitad de las necesidades internas. Sin embargo, se espera que aumenten las importaciones en la campaña actual (agosto/julio) tras la fuerte caída en la producción de 2017, debido a la disminución de las siembras y los menores rendimientos. En general, Brasil importa trigo de Argentina -con un tipo impositivo cero como miembro de la unión aduanera del Mercosur- pero también lo compra a los Estados Unidos de América y Canadá.