A mediados de febrero de 2022, el Gobierno de Zimbabwe levantó la prohibición de importar maíz, que se introdujo en junio de 2021 (FPMA-Políticas alimentarias). La medida se produce en medio de las malas perspectivas de la cosecha interna de maíz de 2022 –que se recolectará en las próximas semanas– y las interrupciones del suministro en el mercado internacional, derivadas del conflicto en Ucrania.

Zimbabwe había registrado una abundante producción de maíz en 2021, que permitió incrementar las existencias nacionales hasta un nivel superior a la media quinquenal, y estos mayores volúmenes de existencias podrían mitigar en parte los efectos de un descenso de la producción de maíz en 2022. No obstante, no se espera que las existencias nacionales compensen totalmente la menor producción y se prevé que las necesidades de importación aumenten en la campaña comercial 2022/23 (abril/marzo). Por lo tanto, se prevé que la reanudación de las importaciones de maíz ayude a amortiguar el suministro en 2022. Se calcula que Sudáfrica –una fuente clave de cereal para Zimbabwe–, recolecte una cosecha de maíz superior a la media en 2022 y que tenga suficientes suministros exportables para satisfacer las necesidades de importación de su vecino. Sin embargo, el alza de los precios de los cereales en Sudáfrica genera inquietud, sobre todo teniendo en cuenta las ya elevadas tasas de inflación en Zimbabwe.