En agosto de 2014, Rusia prohibió las importaciones de alimentos (frutas, hortalizas, carne, aves de corral, pescado, leche y productos lácteos) por valor de USD 9 millones de Estados Unidos, la Unión Europea (UE), Australia, Canadá y Noruega. La prohibición de importar se estableció hasta agosto de 2015, en la estela de otras restricciones a la importación impuestas por Rusia a productos agrícolas. Rusia, exportador neto de cereales y capaz de satisfacer plenamente su demanda interna -excepto en el caso del arroz-, impuso esta medida en represalia a las sanciones occidentales contra Rusia a raíz de la crisis de Ucrania. La UE amplió sus sanciones contra Rusia hasta finales de enero de 2016 para continuar presionando para la resolución de la crisis. En respuesta, Rusia planea ahora prolongar la actual prohibición de las importaciones de alimentos occidentales -hasta principios de agosto de 2015- al final de enero de 2016. Esta ampliación tendrá lugar en los mismos términos y manteniendo la misma lista de productos alimentarios.