Los precios al por menor de la harina de trigo de primera calidad se mantuvieron relativamente estables o empezaron a mostrar signos de aumentos estacionales en octubre. La obtención de una abundante cosecha nacional de trigo en 2020 (SMIA-Resúmenes informativos por países) y las iniciativas gubernamentales de estabilización de los precios durante la pandemia de COVID-19 ‑incluidos los límites máximos temporales de los precios de los productos alimenticios, la prohibición de las exportaciones de trigo y los cuantiosos fondos asignados a la reposición de sus reservas‑, contribuyeron a la estabilidad general de los precios de los últimos meses. Sin embargo, los precios se mantuvieron muy por encima de sus valores de un año antes, tras haber aumentado bruscamente en marzo y abril de 2020, a raíz de un incremento de la demanda de los consumidores debido a la preocupación generada por la pandemia y las limitaciones de las exportaciones en Kazajstán, el principal proveedor del país. La depreciación de la moneda local ‑que perdió más del 10 por ciento de su valor frente al dólar de los EE.UU. desde principios de 2020-, y el aumento de las tarifas de exportación de Kazajstán, también apoyaron el aumento de los precios.