La tasa de inflación anual superó el 700 por ciento en abril, aunque la inflación mensual se redujo en comparación con marzo. No se dispone de datos actualizados sobre los distintos productos alimentarios, pero es probable que los precios hayan subido notablemente, dado su gran peso en el índice de precios al consumidor. Los altos precios siguieron apuntalados por el reducido valor de la moneda nacional. Además, la escasez de suministros -debido a la reducida cosecha de cereales de 2019, las limitadas importaciones y una cosecha estimada inferior a la media en 2020, que está a punto de terminar-, ha ejercido una fuerte presión alcista adicional sobre los precios. Se han introducido varias medidas para reducir la presión sobre los precios al consumidor, entre ellas la reintroducción de un sistema de tipo de cambio fijo en marzo y la autorización del uso de divisas para las transacciones internas. No obstante, los informes desde el país indican que en el mercado paralelo el dólar de Zimbabwe se ha depreciado fuertemente y, por consiguiente, se ha desviado sustancialmente del tipo de cambio oficial, lo que ha disparado aún más la inflación importada. El Gobierno suprimió también temporalmente el arancel de importación de la harina de trigo y la harina de maíz (FPMA–Políticas alimentarias), con el objetivo de reducir los costes de importación y, por consiguiente, los precios internos.