La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) a través del programa de campo en Guatemala, conjuntamente con el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA) promueven desde el año 2,003 la agricultura protegida en el oriente de Guatemala como una alternativa de adaptación al cambio climático.

Según FAO y SAGARPA, la agricultura protegida es un sistema de producción realizado bajo diversas estructuras, para proteger cultivos, al minimizar las restricciones y efectos que imponen los fenómenos climáticos. La agricultura, por su naturaleza, se encuentra asociada al riesgo, de ahí que este sistema tenga como característica básica la protección contra los riesgos inherentes a esta actividad. Los riesgos pueden ser: climatológicos, económicos (rentabilidad, mercado) o de limitaciones de recursos productivos (agua o de superficie).

Las tecnologías para promover esta agricultura son diversas y van desde altas tecnologías de alta precisión y de alto costo, hasta tecnologías artesanales implementadas con materiales locales. El Proyecto Mesoamérica sin Hambre (MsH), financiado por la Agencia Mexicana de Cooperación internacional para el desarrollo (AMEXCID), en enero del año 2018 iniciaron a asistir técnicamente a la Organización Chortí Fresca (ChortiFresca) del municipio de Jocotán para la implementación de 3,840 metros cuadrados de macro túneles para la producción de hortalizas.

Se optó por el sistema de producción bajo macro túneles por el bajo costo de la tecnología en comparación con los invernaderos tradicionales que cuentan con estructura de madera o metal que se han promovido en la región. ChortiFresca identifico a ocho agricultores de las comunidades de Plan de Candelero, Jocotán y Dos Quebradas, Camotán, quienes tenían experiencia en la producción de hortalizas, contaban con terreno disponible en las cercanías de su vivienda y fuentes de agua para realizar los riegos.

El costo de materiales (tubo galvanizado, malla, mulch, cinta de riego, etc.), mano de obra para la nivelación del terreno e instalación y equipo (cajas plásticas y bombas de fumigar) para establecer macro túneles asciende a Q. 50.87/m², es decir que 480 metros cuadrados de macro túnel equivalen a una inversión de Q. 24,417.6 la cual tendrá una vida útil de al menos 5 años y solamente requerirá del cambio de la cobertura (malla) y cierto mantenimiento entre los ciclos de producción.

Basado en la experiencia de los agricultores familiares, quienes están produciendo tomate en macro túneles, el costo promedio de producción considerando semillas, fertilizantes, plaguicidas, herbicidas, nutrientes, mano de obra familiar, y transporte de la producción al punto de venta asciende a Q. 25.88 por metro cuadrado, es decir un monto global de Q. 12,422.4 para los 480 metros cuadrados en un ciclo de producción. Por la experiencia de los agricultores se planifican dos ciclos al año, es decir que se requiere de una inversión de 24,844.8 para establecer, manejar y comercializar la producción.

Considerando el caso específico del cultivo de tomate, el cual se siembra a una densidad de 2.5 plantas/m², representa 1,200 plantas para los 480 metros cuadrados. Se estima que un agricultor con asistencia técnica debe alcanzar un rendimiento de al menos 10 libras de fruto por planta, lo que equivale a una producción de 12,000 libras o 240 cajas de tomate de 50 libras c/u.

El precio promedio en el mercado municipal es el equivalente a Q. 70.00 por caja, lo cual representa un ingreso bruto de Q. 16,800.00 para un ciclo de cultivo. Para el caso de un año en el que se siembran dos ciclos de cultivo, el ingreso bruto equivale a Q. 33,600.00.

El precio promedio que el tomate puede ser comercializado en las escuelas para el programa alimentación escolar que promueve las compras públicas a la agricultura familiar en el marco de la Ley de Alimentación Escolar es de aproximadamente Q. 2.00 la libra, es decir a Q. 100 la caja de 50 libras. Esto significa que un agricultor familiar bajo el escenario descrito podría asegurar un precio justo y percibir Q. 24,000 por ciclo de cultivo o 48,000 anuales (dos ciclos).

Esta sistema de producción requiere de una inversión alta en el primer año debido al establecimiento de la infraestructura la cual puede ser recuperada en el primer año y tendrá una vida útil de al menos 5 años, por lo cual representa una alternativa de producción viable agricultores comerciales de pequeña escala con la posibilidad de generar ingresos económicos y beneficios sociales como el auto empleo ya que se generan 180 jornales de trabajo en los 480 metros cuadrados de macro túnel.

Los factores de éxito para desarrollar proyectos de esta índole es la asistencia técnica para alcanzar rendimientos superiores a las 10 libras de tomate por planta y poder alcanzar precios justos de comercialización, en donde las compras públicas a la agricultura familiar representa una excelente alternativa para que alimentos frescos y nutritivos lleguen a los programas sociales.