El Ministerio de Agricultura Ganadería y Alimentación (MAGA) con apoyo técnico de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura - FAO realizaron la entrega de 320 libras de semillas de rábano, remolacha, coliflor, repollo, espinaca, acelga, rutabaga, zanahoria y nabo, a la Jefatura Departamental del MAGA de Sololá y a las agencias municipales de extensión rural de los municipios de San José Chacayá y Sololá.

Esta contribución permitirá la implementación de 600 nuevos huertos familiares en 22 comunidades que fortalecerán y reactivarán los sistemas productivos familiares para que dispongan de alimentos en momentos de escasez de una manera segura.

La entrega de semillas se realizó como parte del proyecto “Fortalecimiento de la agricultura familiar, mejorando la calidad y cobertura del sistema nacional de extensión rural en los municipios de San José Chacayá y Sololá, del departamento de Sololá”, gracias al financiamiento de la Agencia Española de Cooperación para el Desarrollo Internacional (AECID).

Dicho proyecto tiene como objetivos contribuir a la reducción de la desnutrición crónica infantil y mejorar la calidad y cobertura de los servicios de atención a la agricultura familiar que proporciona el Sistema Nacional de Extensión Rural del MAGA.

Estas acciones en campo están siendo dirigidas por los equipos de extensión rural del MAGA a través de 43 Promotoras Comunitarias Agropecuaria, quienes tienen a cargo la orientación técnica de la implementación, manejo y aprovechamiento de los huertos familiares que se trabajan basados en la guía de “Agricultura Familiar Sensible a la Nutrición y Educación Alimentaria Nutricional”.

Implementar estas acciones con las familias de Sololá resulta necesario ante la crisis sanitaria provocada por el COVID-19 y la actual falta de alimentos en la comunidad. Gracias a este aporte, las 22 comunidades dispondrán de alimentos inocuos y diversificados con alto valor nutricional para mantener una alimentación balanceada y fortalecer su sistema inmunológico durante la pandemia.

Lo cual resulta fundamental en el contexto guatemalteco, ya que la alimentación de las familias rurales depende en su mayoría de los productos que obtienen de los sistemas productivos familiares agrícolas.

Esta realidad obliga a diseñar estrategias de atención urgentes dirigidas a fortalecer las capacidades de estas familias, de manera que puedan gestionar sus medios de vida con enfoques integrales y sostenibles y así producir alimento para posteriormente, generar nuevos ingresos.