© FAO/Maribel Ibule Djole

PULQUERIA SILO FADIPE es una ecuatoguineana y agricultora de 47 años de edad, residente en el Distrito Urbano de Basupu del Oeste, casada desde hace 23 años y madre de 4 hijos. Su actividad principal es trabajar la tierra, pero por otro lado ejerce como enfermera en el puesto de salud en dicha localidad. Lleva dedicándose a la agricultura desde la niñez como medio de subsistencia familiar testifica ella, pero de forma independiente, tras heredarla de sus padres, desde hace aproximadamente 20 años.

P - ¿Por qué se dedica a la agricultura?

R - Me dedico a la agricultura porque me gusta bastante, llevo haciéndolo desde la niñez tras heredarla de mis progenitores. Es una actividad que me motiva y me ayuda mucho en diferentes áreas de mi vida cotidiana. Con ella alimento a mi familia, y de vez en cuando con sus beneficios económicos puedo cubrir mis necesidades primarias y secundarias.

P - ¿Cómo es la vida rural de los agricultores y qué beneficios obtienen de ella?

R - La vida de los agricultores aquí es normal, pero quiero centrarme más en los beneficios. Con la agricultura obtienes grandes ganancias ya que gastas menos en la alimentación, te ayuda económicamente porque parte de tu cosecha te ayuda en el abastecimiento del hogar y cuando plantas, produces y vendes esto te trae más dinero con el que puedes reinvertir.

P - ¿Tienen fácil acceso a la tierra y a los recursos para trabajarla?

R - Fácil no, es una realidad difícil, muy difícil porque la agricultura es una actividad muy fuerte y no se puede trabajar sin apoyo. Necesitamos apoyo económico para expandir nuestras tierras y por consiguiente incrementar los beneficios. Aquí nadie te puede apoyar gratuitamente sino esperando siempre algo a cambio.

Los jóvenes aquí en el Distrito Urbano de Basupu del Oeste tienen una participación mínima en las actividades agrícolas. No ponen empeño en la agricultura porque los beneficios son tardíos y actualmente no es fácil. Cuando éstos escuchan de beneficios económicos en alguna agrupación se animan. 

P - ¿Qué métodos utilizan para trabajar la tierra?

R - Mis métodos son tradicionales ya que no tengo suficientes recursos económico para utilizar otras prácticas modernas, pues limpio la tierra de manera tradicional chapeando con el machete. Chapeo un poco en un día y siembro, en otro continúo y vuelvo a sembrar en mi pequeña parcela hasta terminar.

P - ¿Cuáles son las nuevas formas de trabajo que ha aprendido del proyecto de Horticultura Urbana y Periurbana?

R - He aprendido muchísimas cosas, porque anteriormente plantábamos a lo bruto, pero ahora, sé entre otras tantas cosas aprendidas, que para plantar se ha de mantener una distancia para protegerlas. Por otra parte, aprendí a proteger las plantas constantemente de un tiempo a otro basándonos en el buen trato y cuidado la planta a través de pesticidas. Anteriormente perdía mi producción de picante y no entendía lo que sucedía, pero ahora ya puedo identificar que es una enfermedad, es decir, la amenaza de plagas.

P - ¿Tienen dificultades a la hora de comercializar sus productos?

R - Tenemos muchos problemas. Principalmente dos, por un lado, percibimos que en la venta la gente compra poco, y al producir bastante no tenemos dónde conservar y transformar nuestros productos. Por otro lado, todos producimos lo mismo y eso inversamente repercute en nuestras ganancias.

P - ¿Existe igualdad de género en la tenencia de tierra y en el reparto de los beneficios en el hogar?

R - No, no existe igualdad porque hay trabajos que corresponden a los hombres sobre todo los forzosos y otros asignados a las mujeres por su vulnerabilidad. Trabajamos en equipo.

P - ¿Cuáles son los aspectos que le gustaría mejorar respecto a su trabajo?

R - Lo que más necesitamos son los medios económicos para emprender, expandir e innovar y así incrementar nuestros beneficios. Quiero acceder a más parcela de tierra y otras cosas, crear empleo en la agricultura y plantaría más diversidades de productos y no unos específicos como ahora lo hacemos.