FAO en Guinea Ecuatorial

Escuela de Campo para Agricultores “AMOR”: Una producción juvenil de esperanza y compromiso

Jóvenes de la Escuela de Campo para Agricultores "AMOR" (Foto © FAO/Walter Torres)
12/08/2020

Malabo.- A pesar de la presencia de la pandemia de la covid-19 en el mundo, y en Guinea Ecuatorial en particular, un conjunto de 24 jóvenes ecuatoguineanos, se han reunido formando la Escuela de Campo para Agricultores (ECA) denominada “AMOR” en la región continental del país. Para ellos, Amor representa los principios de Amor, Mentalidad, Organización y Responsabilidad.

La Escuela de Campo para Agricultores “Amor” es el resultado de la asistencia técnica de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el apoyo del Ministerio de Agricultura, Ganadería Bosques y Medio Ambiente (MAGBOMA) en Guinea Ecuatorial a través del proyecto de cooperación técnica “Escuelas Campo para Agricultores (ECAs) para mejorar el desarrollo de la producción agraria en Guinea Ecuatorialde dos años de duración. Este proyecto tiene la finalidad de institucionalizar el enfoque de la Escuela de Campo para Agricultores (CEP) como una herramienta efectiva para el aprendizaje inclusivo y la extensión agrícola que garantiza el desarrollo de capacidades para pequeños productores, servicios de desarrollo rural y trabajo cooperativo.

El continente africano está pasando por varios cambios, tanto en la económica como en las oportunidades de empleo juvenil causado por las consecuencias de la covid-19 y otros factores socioeconómicos. En este contexto, la metodología de la Escuela de Campo para Agricultores, enfocada en el aprendizaje participativo, se centra en analizar los problemas y las razones que los originan y permiten a los y las agricultoras y encontrar soluciones con la demanda y uso de múltiples enfoques. El resultado es el desarrollo de una conciencia crítica y capacidad para resolver los problemas en campo con creatividad y conciencia ambiental, reforzando el trabajo colectivo y la formación de organizaciones eficientes de pequeños agricultores que se preocupa por su crecimiento y autoformación.

Amor surgió de la fusión de 16 jóvenes varones y 8 mujeres, todos estudiantes de la Escuela de Capacitación Agraria (ECA) de Bata, que decidieron dedicarse a la agricultura en general, y a la producción de hortalizas en particular. El rol y la participación activa de las mujeres jóvenes en la producción ha demostrado una vez más el impacto de un buen trabajo en equipo, pregonando una visión de igualdad, unidad y aprendizaje colectivo.

Con más de 30 módulos de capacitación a través de procesos de enseñanza y aprendizaje interactivos, los jóvenes de Amor han sido fortalecidos en las diferentes etapas de la producción intensiva en Mongomo y la producción frutícola en Nsork Nsom, así como producción escalonada de sandía y pimiento y demás.

Con un terreno cultivado de 11.000 m² estos jóvenes han producido 2,200 kg de sandía, 130 kg de Green, 70 kg de tomate y 85 kg de berenjenas, ambos en producción, 180 kg de calabazín, 23kg de pimiento y 70 kg de berenjena local; todo en 9 meses de trabajo conjunto a pesar de las inconveniencias de la covid-19 y las medidas de prevención adoptadas por el país para proteger a la población. Actualmente, están preparando semilleros en una parcela de tierra de 4.000 m² para trasplantar pimiento, perejil, lechuga, pepino, cebolla y tomate.

Las Escuelas de Campo como modelo alternativo de desarrollo de capacidades, involucra la participación de varios agentes; agricultores y facilitadores, extensionistas y profesionales de instituciones públicas y privadas que reconocen los saberes locales para iniciar en conjunto un proceso de construcción de nuevos saberes tomando en cuenta el contexto socio cultural y económico del productor. En este proceso se construye el conocimiento con el diálogo, el intercambio de experiencias y la valoración de los aportes de cada uno de los participantes en el propio terreno de cultivo.

Los Jóvenes y la Agricultura

“Vivimos tiempos difíciles, la juventud se enfrenta a enormes desafíos, razón por la cual resulta imprescindible ampliar las iniciativas centradas en los jóvenes y aprovechar su potencial. Aprovechar al máximo la innovación, la tecnología digital y las inversiones, animar a los jóvenes a valorar mejor los sistemas alimentarios sostenibles y saludables o las políticas mejoradas. Necesitamos la energía y el potencial de los jóvenes para lograr la transformación rural y alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 2” enfatizó el Director General de la FAO, QU Dongyu, en una mesa redonda sobre seguridad alimentaria en África celebrada en el Foro Mundial de la Juventud celebrada el año pasado 2019.

Para contribuir al apoyo de los jóvenes, el Director de la FAO lanzó la Iniciativa Mano a mano (Hands-on-hand) de la FAO que tiene como objetivo "emparejar" a los donantes y receptores de una manera más selectiva, para ayudar a las personas más vulnerables y contribuir a alcanzar los ODS en consonancia con la Declaración de Kigali sobre el empleo rural juvenil.

La juventud rural es el futuro de la seguridad alimentaria. Sin embargo, alrededor del mundo, pocos jóvenes ven un futuro para ellos mismos en la agricultura o en las áreas rurales. Los jóvenes rurales enfrentan muchos obstáculos al intentar ganarse el sustento. La presión sobre las tierras cultivables es alta en muchas partes del mundo, lo cual hace difícil que puedan establecer explotaciones agrícolas. Los jóvenes con frecuencia también carecen de acceso a crédito y a muchos otros recursos productivos necesarios para la agricultura. Pero, incluso si se pudiesen superar tales obstáculos, ¿no es la vida urbana mucho más genial? Tal vez, pero no si no es posible ganarse la vida allí. Especialmente en los países en desarrollo, la juventud rural se ve inmersa en tal conflicto.

Según el documento de “Los Jóvenes y la Agricultura: DESAFÍOS CLAVE Y SOLUCIONES CONCRETAS”, publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura en colaboración con el Centro Técnico para la Cooperación Agrícola y Rural y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola en 2014, aunque la mayoría de los alimentos del mundo son producidos por pequeños agricultores (en envejecimiento) de países en desarrollo, es menos probable que los agricultores de mayor edad adopten las nuevas tecnologías que se necesitan para incrementar la productividad agrícola de forma sostenible y, en última instancia, alimentar a la población mundial en crecimiento, a la vez que se protege al medio ambiente. Por consiguiente, necesitamos reincorporar a la juventud en la agricultura.

En muchos países, el sector agrícola posee un potencial de desarrollo muy significativo, el cual, si es aprovechado, podría generar amplias oportunidades de empleo decente y remunerado para la juventud rural. Sin embargo, no sólo el sector agrícola presenta un potencial sin aprovechar, sino también los propios jóvenes. Sus capacidades para la creatividad y la innovación económica son desperdiciadas cuando su participación activa en las actividades económicas es bloqueada.

Como resultado, facilitar e incentivar la participación de los jóvenes en el sector agrícola no sólo proporcionaría las tan necesitadas oportunidades de empleo para los mismos jóvenes, sino que también podría ayudar a conducir la innovación y el crecimiento necesario para reducir la pobreza rural entre los jóvenes y los adultos por igual.

Desafortunadamente, muchos jóvenes no perciben a la agricultura como un medio viable o atractivo para ganarse la vida. El arduo trabajo de la agricultura de baja productividad simplemente no es atractivo para los jóvenes, quienes prefieren migrar a las ciudades en busca de un empleo con una mayor productividad y una mejor remuneración. Por lo tanto, se requiere un esfuerzo concertado y coordinado para desarrollar un sector agrícola más moderno en muchos países en desarrollo y, de ese modo, liberar el potencial de la cohorte juvenil.