Con un importante recurso forestal, Honduras tiene todo el potencial de convertirse en el exportador más importante de madera legal hacia la región mesoamericana y Europa. Sin embargo, ¿podría Honduras convertirse en la Finlandia de la región?

Honduras ha tenido una importante historia y cultura forestal basada en la riqueza de sus bosques de pino y latifoliados. En los años ochenta, llegó a ser considerado el depósito de madera de la región centroamericana, y la economía forestal desarrollada permitía importantes contribuciones al desarrollo de la nación. En las últimas décadas, el aumento de la población, la baja gobernanza de los bosques y las tierras, los conflictos por los derechos de propiedad y acceso han provocado la deforestación y degradación de los bosques, así como un aumento de la tala y el comercio ilegal de madera y productos derivados. Esta situación ha reducido las inversiones y la posibilidad de desarrollar negocios forestales para promover una economía en base a este importante recurso.

Finlandia ha desarrollado una economía basada en sus bosques y manteniendo una cobertura forestal superior al 75%, que representa 20 millones de hectáreas de bosques de coníferas, con un modelo de negocio consolidado y donde el bosque produce importantes riquezas. El valor de la madera y sus productos derivados se han convertido en el principal incentivo para la inversión, gestión y conservación de sus recursos forestales.

Este país nórdico tiene una producción anual de 70 millones de metros cúbicos de madera rolliza con un valor de 2.2 billones de dólares. El ciclo de crecimiento de los árboles en Finlandia es de unos 140 años, mientras que en Honduras esto puede ocurrir en tan solo 25-35 años.

Honduras tuvo una cubierta forestal similar a la de Finlandia en el año 2000, con un 72% del territorio, pero en la actualidad solo un 22% de estos bosques están bajo manejo forestal. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) la producción forestal anual de Honduras ha caído a menos de la mitad de los volúmenes del año 2000, con tan solo 314,471 metros cúbicos en el 2017. Aun así, Honduras cuenta con ventajas competitivas sobre Finlandia y muchos otros países forestales. Un clima tropical cálido y húmedo que permite que el bosque crezca casi todo el año, su alta biodiversidad proporciona una gran variedad de especies de árboles con maderas de alto valor. En términos generales, tiene un bosque más productivo y valioso para competir en los mercados internacionales.

Para hacer que el modelo de negocio forestal de madera legal sea exitoso, Honduras debe invertir en mejorar su gobernanza forestal; crear incentivos para que sea atractivo y rentable; mejorar tecnologías de manejo, aprovechamiento, procesamiento y tratamiento de la madera; desarrollar investigaciones sobre propiedades y usos de las maderas valiosas menos conocidas; crear servicios de desarrollo de empresas forestales y desarrollar capacidades en los trabajadores asociados a los procesos productivos que permitan mejorar la calidad, durabilidad, estandarización, y valor de los productos desarrollados bajo el sello hondureño.

El desarrollo humano y económico a través del manejo sostenible de los bosques contribuirá al crecimiento de industrias, negocios y medios de vida. Esta generación de riquezas se convierte en el principal elemento de protección y conservación de los bosques en beneficio de la población y a su vez, para afrontar los efectos del cambio climático.

El primer paso: el fortalecimiento de la gobernanza forestal

Actualmente, Honduras está trabajando con la Unión Europea (UE) para promover el uso legal de los productos de madera a través del Acuerdo de Asociación Voluntaria (AVA). Un instrumento de política del Plan de Acción de aplicación de leyes, gobernanza y comercio forestal (FLEGT por sus siglas en inglés), adoptado por la UE en respuesta al problema global de ilegalidad y explotación forestal. Este acuerdo tiene como objetivo fortalecer la gobernanza forestal y promover el comercio de productos de madera legal entre Honduras y la UE, y entrará en vigor después de que ambas partes lo hayan ratificado en sus respectivos parlamentos.

En este sentido, el país ha avanzado creando conciencia sobre el cumplimiento de la legalidad en los operadores forestales, también ha desarrollado nuevas regulaciones, el código de buenas prácticas para el manejo forestal, incluido el desarrollo de un sistema de garantía de legalidad y trazabilidad, y coordinación interinstitucional para reducir los costos de cumplimiento.

Con la implementación del acuerdo, se apertura una gran oportunidad de mejora de la institucionalidad hondureña, que permitiría agilizar procesos para dinamizar la economía del sector forestal, como un elemento generador de oportunidades de negocios forestales y empleos a la población, que se traducen en beneficios tangibles, fundamentalmente a las comunidades dependientes de los bosques. Es importante entender que el AVA es solo el medio para la realización de un objetivo nacional mayor, como es el desarrollo de una economía forestal sostenible.

Guillermo Navarro

Oficial Forestal FAO

Programa FAO-UE FLEGT América Latina y el Caribe