Photo ©FAO, Kacou Charles

18 de julio, Sassandra - Kacou Charles, de 48 años,casado y padre de cuatro hijos, es originario de la ciudad costera de Sassandra en Costa de Marfil y practica la pesca artesanal desde hace 25 años.

A pesar de los desafíos asociados con su profesión, incluida la competencia de las comunidades de los países vecinos, el Sr Charles no tiene planes de rendirse. Sus activos son su amor por el mar y su pasión por la pesca.

“Salgo de casa a las 5 a. m. y me dirijo al mar con mi bote, que está equipado con un motor. Conozco la zona, así que sé dónde encontrar los peces. Vuelvo alrededor de las 4 p.m. Yo pesco con sedal, por lo que no espero traer grandes cantidades pero sí una cierta porción, sobre todo el lucio, que vende mi mujer”, explica.

Cuando las cosas van bien, el ingreso mensual de la pareja fluctúa alrededor de USD 500. “Mi esposa es un gran apoyo. Noté que nuestros ingresos han mejorado gracias a su ayuda”, comentó.

Entre los desafíos, el Sr Charles denuncia barcos de pesca industrial que violan la legislación de Costa de Marfil.

“Pescan a menos de seis kilómetros de la costa sin tener en cuenta los criaderos, llevándose también los peces jóvenes”, dijo.

Otra dificultad es la competencia en el mercado del pescado importado. Sin embargo, la pesca artesanal ofrece pescado fresco y de buena calidad. “Los clientes eligen automáticamente pescado capturado localmente. Pueden notar fácilmente la diferencia”, explica.

A pesar de todo, según el Sr Charles, la pesca artesanal es una oportunidad laboral viable para los jóvenes.

“Europa no es necesariamente El Dorado. Se puede vivir dignamente de la pesca,sin dejar el país”, aconsejó. “Personalmente, en cinco años planeo abrir una empresa con mi esposa que abastecerá a otras ciudades de Costa de Marfil con pescado hecho en Sassandra.”