8 de junio, Lima/Manta/Roma - José Augusto López Zambrano de 41 años, esposo y padre de 2 hijos, es un pescador de atún con caña de tercera generación de Manta, Ecuador.

Ha estado perfeccionando su oficio desde los 12 años, cuando comenzó a acompañar a su propio padre en el mar.

”Espero que mis hijos — Juan Diego, de 12 años y Amber, de 6 años — continúen el legado que mi abuelo dejó a mi padre y mi padre me heredó a mí: la pesca de atún con caña,” cuenta Augusto.

”Me he dedicado a esta actividad toda mi vida. Llevo la pesca de atún con caña en la sangre,” añade.

En Ecuador, esta pesquería tiene 70 años de historia. En la época de su padre, recuerda Augusto, los barcos salían a las 6 de la mañana y a las 5 de la tarde estaban de vuelta en el puerto, descargando el pescado.

En ese entonces las embarcaciones se construían para la pesca costera, porque el atún estaba cerca.

”Pero a medida que han pasado los años, el esfuerzo pesquero se ha incrementado. Por eso cada vez se ve menos atún entrar a la costa, y tenemos que ir cada vez más lejos,” explica.

Esto también significa que los pescadores tienen que modernizar sus embarcaciones para que puedan pasar de cuatro a cinco días en el mar.

Y aunque la cantidad de barcos atuneros ha crecido, no todos practican una pesca sostenible.

El cambio climático también juega un papel: la temperatura del agua ha estado aumentando en los últimos 15 años, afectando a todas las pesquerías costeras, señala Augusto.

Una cuestión de conciencia

“Lo más importante que pueden hacer los pescadores para preservar los recursos del océano es recuperar sus tradiciones,” dice Augusto, quien también se desempeña como presidente de la Asociación Cañeros de Manta.

Esto significa utilizar métodos sostenibles y respetar los períodos de descanso biológico y las tallas mínimas.

”Por ejemplo, en el caso nuestro, el aparejo de pesca está destinado a capturar un atún no menor a cinco libras: con esa talla ya ha adquirido su primera madurez sexual, entonces ya se ha reproducido,” explica Augusto.

”Esto es una cuestión de consciencia propia. ¿De qué me vale capturar un atún de dos o tres libras, si yo sé que no se ha reproducido aún?” añade.

”Hay muchos pescadores que no tienen esa manera de pensar. Por ejemplo usan red, la cual no es selectiva, en cambio una caña si lo es. Pero nosotros no usamos red, usamos caña, y eso por una formación que viene de la familia,” dice Augusto.

Las autoridades deben apoyar la pesca sostenible

La pesca sostenible no es suficiente por sí sola, dice Augusto.

”Para mejorar y cambiar la situación también tiene que haber regulaciones,” él anota.

Por ejemplo, gracias al apoyo de proyectos como la Iniciativa Pesquerías Costeras (IPC), los cañeros de Manta obtuvieron un acuerdo ministerial que reconoce y regula su actividad artesanal.

“Además, uno de los logros más importantes que nosotros pudimos alcanzar gracias al IPC fue el de haber obtenido la Certificación de Comercio Justo,” agrega Augusto.

”Nosotros con mucho honor somos la primera pesquería en obtener una certificación de esta categoría.”

Financiada por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), la IPC es implementada en Ecuador por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Conservación Internacional y WWF bajo el liderazgo del Ministerio de Producción, Comercio Exterior, Inversión y Pesca.

Regulación y certificación para medios de vida mejores

Augusto y sus compañeros pescadores esperan crecer su organización vendiendo directamente su atún sostenible certificado.

”Ventajosamente el mercado sostenible está creciendo,” comenta Augusto. “Esto nos da esperanzas de poder crecer, y esto que contribuya a mejores ingresos para mejorar la calidad de vida, no sólo de los propietarios de las embarcaciones, sino de la gente que labora con nosotros.”

A mediano plazo, dice Augusto, los cañeros de Manta quieren hacer crecer su flota, pero no de manera desmedida.

”Hemos pedido a la autoridad que nos permita ampliar nuestra capacidad de pesca sostenible, pero por supuesto con un tope,” explica.

El dialogo con las autoridades está en curso, dice.

Un mensaje de Manta

”La alimentación de los pueblos viene de dos sectores importantes: la pesca y la agricultura. Si no hay pesca, no hay alimentación,” dice Augusto.

”Nosotros tenemos que cuidar esa casa que se llama océano, porque es la que nos provee los alimentos.”