Souleymane Thiaw, de la comunidad de Palmarin-Djiffère en las islas del delta del Saloum en Senegal, ha sido pescador artesanal toda su vida.

“Crecí y me bañé en este ambiente desde mi infancia”, dice Souleymane, quien también se desempeña como coordinador del Consejo Local de Pesca Artesanal (CLPA, por sus siglas en francés).

En un día normal, sale en su barco a las 8 de la mañana y regresa alrededor de las 17 o 18 horas, dependiendo de las condiciones del mar.

Pesca sepias, pulpos, caracoles marinos y el murex, que es un molusco marino tropical. Con este trabajo mantiene a su esposa y a sus cuatro hijos.

Sin embargo, los recursos marinos han ido disminuyendo a lo largo de su vida, lo que ha hecho más difícil para él y sus compañeros pescadores ganarse la vida.

Dice que esto se debe a dos factores.

"Sabemos que el cambio climático está teniendo un impacto real en nuestras pesquerías", afirma Souleymane. "El viento y las olas son cada vez más perturbadores y muchas especies de peces se están volviendo escasas".

Otro factor, afirma, son las prácticas pesqueras insostenibles.

”Nuestros abuelos tenían un sentido de responsabilidad cuando se trataba de pescar. Sabían qué especies pescar y en qué momento para evitar esta escasez”, relata Souleyman.

“Hoy en día, este ya no es el caso de los jóvenes pescadores. Ahora sólo les interesa el dinero. Esto tiene un gran impacto en nuestro trabajo y lo sentimos”.

“Debemos recuperar nuestras prácticas tradicionales”

Lo más importante que deben hacer los pescadores para proteger el océano y los recursos alimentarios marinos, afirma, es "pescar responsablemente".

“Debemos seguir el Código de Conducta para la Pesca Responsable. Los recursos existen, pero ciertas prácticas los están haciendo desaparecer”, explica.

“Nuestra mayor esperanza, para nosotros y para el futuro de nuestros hijos, es volver a pescar como nuestros antepasados. Es decir, volver a practicar una pesca responsable”.