Algunos programas se basan en una estimación amplia de los resultados, apoyándose en experiencias de otros lugares y en la suposición de que ciertos tipos de actividades producen ciertos tipos de resultados. La aplicación de una supervisión de este nivel permite que el programa avance con rapidez y con costos inferiores, pero con menos confianza respecto a los resultados.              

Este nivel de supervisión funciona bien cuando el cambio que se espera en el resultado medioambiental es reducido y cuando la idea es recompensar al agricultor por una actuación que ya es positiva, más que incentivarlo a mejorar dicha actuación. Esto es así, por ejemplo, al medir las ventajas en términos de carbono de un esfuerzo de conservación de un bosque simplemente calculando el almacenamiento potencial de carbono de las especies de árboles predominantes.

Las metodologías basadas en actividades para medir, notificar y verificar impactos suelen apoyarse en una referencia estimativa de las prácticas de gestión del suelo y se centran en garantizar que se adopten prácticas mejoradas en la materia. Las nuevas opciones de gestión de la tierra se seleccionan a partir de experiencias de otras áreas con características similares. Algunas metodologías comprenden, además, muestreos específicos del servicio ecosistémico correspondiente realizados en algunas de las granjas para calibrar la referencia de base y mejorar su exactitud. Se procede luego a una comprobación mediante una muestra aleatoria que se coteja con las informaciones recogidas y entregadas por los mismos agricultores.

Estos métodos consisten en muestreos de campo aleatorios frecuentes para comprobar los resultados con un mayor grado de precisión. Se utiliza una combinación de muestreos, simulaciones y otros métodos, los cuales se comparan con la referencia de base para estimar los servicios ecosistémicos adicionales que arroja el mejoramiento de las prácticas. Estas metodologías se utilizan a menudo cuando los beneficiarios de los servicios ecosistémicos necesitan una justificación más exacta para sus inversiones, como ocurre con la reducción obligatoria de gases de efecto invernadero, las exigencias sobre calidad del agua superiores a las que prescribe la ley o el cumplimiento de compensaciones para la biodiversidad. Esta metodología se utiliza en acuerdos de menor alcance y de gran sensibilidad de los SE, tales como en la cabecera de un manantial de gran valor o en un sitio de importancia para la biodiversidad.