Como parte de la alianza realizada en el 2020 entre el SENA y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), con el apoyo de la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo a través del programa “Mesoamérica sin Hambre AMEXCID-FAO”, las partes han desarrollado diferentes estrategias para capacitar instructores y extensionistas del país en temas relacionados con el desarrollo sostenible, la seguridad alimentaria, la agroecología, el manejo sostenible de los recursos naturales y el fortalecimiento de las comunidades rurales.

"El SENA es una pieza fundamental en la implantación de la ley 1876 de 2017, que crea y da las directrices para el Sistema Nacional de Innovación Agropecuaria, porque maneja dos subsistemas, el de extensión agropecuaria y el de capacitación y formación de extensionistas. Con la FAO compartimos estos ejes temáticos y sabemos de la importancia que tiene el intercambio de saberes a las comunidades, a los productores, y en nuestro caso, a los aprendices. Por esto, se determinó capacitar a instructores del programa AgroSENA, SENA Emprende Rural y a líderes de programas de formación relacionados con el sector agropecuario, para que ellos se conviertan en multiplicadores de la metodología de extensión agropecuaria", afirmó Claudia Téllez Villamizar, profesional del programa AgroSENA del Centro de Biotecnología Agropecuaria.

Durante la capacitación realizada en el Centro de Biotecnología Agropecuaria del SENA, los participantes tuvieron la oportunidad de conocer la metodología de Escuelas de Campo para Agricultores (ECAS) y herramienta de caracterización de sistemas agroecológicos, por medio de trabajos grupales, diagnósticos, caracterizaciones y prácticas participativas.

"El enfoque de las ECAS es un enfoque de innovación colaborativa, participativo e integral. No solo se abordan temáticas técnicas sino también sociales y ambientales. Trabajamos actividades que permiten conectarnos desde el pensamiento, las emociones y desde nuestras prácticas. Cuando conectamos con nuestros extensionistas y productores desde el hacer, el pensar y el sentir, es cuando generamos una transformación y una apropiación de esos saberes y conocimientos para seguirlos replicando y multiplicando", argumentó Catherine Rivera, profesional de la FAO.

La metodología ECAS fue creada por la FAO a mediados de los años 80 y desde entonces se aplica en diferentes ámbitos impactando a las comunidades, con transferencia de conocimientos para que quienes se capaciten se conviertan en facilitadores dentro de su territorio.

"Nuestro fin es que las comunidades se empapen y se apropien de las actualizaciones, innovaciones y resultados de las investigaciones que hacemos, y que a la vez que nos transfieran sus conocimientos, porque la innovación sin apropiación no tiene sentido y es a través de la extensión agropecuaria que se puede lograr", agregó Claudia Téllez.