Una serie de buenas prácticas que han logrado cambiar el hambre y la desnutrición por la esperanza.

Centroamérica - Don Francisco Sosa vive junto a su esposa Máxima y sus tres hijos en la comunidad de Compasagua, Nicaragua, cultiva con éxito tres manzanas de tierra (un poco más de dos hectáreas) gracias a la puesta en marcha de varias buenas prácticas agrícolas.

“Antes yo trabajaba de albañil, fuera de casa, pero ahora con lo que he aprendido he tenido muchos logros, porque ahora trabajo en lo propio. Los de PESA llegaron a hacerme una oferta de comenzar un modelo de seguridad alimentaria en mi parcela trabajando nuevas técnicas”, expresó don Francisco.

Desde el año 2000 se inició la ejecución de los Programas Especiales para la Seguridad Alimentaria (PESA) en Centroamérica, en conjunto con contrapartes nacionales (ministerios de Agricultura y Ganadería) y financiados por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). Su trabajo comenzó como programas piloto que permitieron brindar asesoría técnica por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

En su tercera etapa de trabajo, los PESA de Centroamérica avanzaron hacia programas de apoyo y hacia la puesta en marcha e institucionalización de Buenas Prácticas que contribuyeran a superar los problemas de inseguridad alimentaria de la región.

Dar a conocer las Buenas Prácticas

Existe un creciente compromiso de parte de los gobiernos de Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua de trabajar en la búsqueda de alternativas que permitan luchar contra el hambre y la inseguridad alimentaria y nutricional en las comunidades rurales.

Es por ello que los PESA dedicaron 15 años de trabajo a varios procesos de identificación, desarrollo e institucionalización de buenas prácticas de fortalecimiento institucional, prácticas metodológicas y prácticas técnicas. Estas han sido puestas a la disposición de las familias, comunidades y autoridades en Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua.

Don francisco y su familia forman parte de las familias asistidas que han puesto en marcha diversas buenas prácticas y que han logrado un cambio significativo, desde la disponibilidad de alimentos y aumento de los ingresos hasta el estado nutricional de sus hijos.

“En el invierno tenemos todas las verduras, he logrado tener más conocimiento sobre seguridad alimentaria y como producir productos sanos. Lo más sano es lo que uno produce”, asegura.

“Cualquier iniciativa de desarrollo depende de los cambios de actitudes y de conducta de la población participante y de su capacidad para trabajar con nuevos conocimientos y técnicas, por ello para lograr cambios favorables en la lucha contra el hambre, se requiere difundir Buenas Prácticas, estimular a otros actores en Seguridad Alimentaria Nutricional y mantener un diálogo abierto entre todos los interesados”, expresa Carmelo Gallardo, coordinador regional de los PESA.

Los PESA de Centroamérica definen sus buenas prácticas como actividad puntual o conjunto de actividades que habiendo sido programadas han mostrado aceptación, han promovido la participación y han respondido a demandas, y que a la vez generan aprendizajes, promueven cambios eficientes y proceso que contribuyen a la Seguridad Alimentaria y Nutricional en un contexto determinado.

La Seguridad Alimentaria Nutricional (SAN) es un estado en el que todas las personas gozan, en forma oportuna y permanente, de acceso físico, económico y social a los alimentos que necesitan, en cantidad y calidad, para su adecuado consumo y utilización biológica, garantizándoles un estado de bienestar general que coadyuve al logro de su desarrollo.

Para los PESA, la SAN es un concepto completo, multidisciplinar que necesita de una aproximación práctica y teórica integral. Por ello, habrá experiencias, susceptibles o no de convertirse en Buenas Prácticas para Seguridad Alimentaria Nutricional, que estarán involucradas con uno o varios de los componentes de la SAN o con todos a la vez, o con cuestiones metodológicas.