La ECA se planificó como un proceso de enseñanza-aprendizaje, basada en los conocimientos previos y en el saber tradicional.

El Salvador - Las Escuelas de Campo (ECA) de Comunicación y habilidades para la vida, se convirtieron en un espacio abierto para compartir experiencias y para reforzar temas como la autoestima y la comunicación, con los cuales se ha fortalecido la confianza de las familias rurales para la transferencia de tecnologías y conocimientos.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), por medio del Programa Especial para la Seguridad Alimentaria (PESA), desarrolló  en El Salvador procesos de ECA de comunicación y habilidades para la Vida, donde las familias y extensionistas del Centro Nacional de Tecnología Agropecuaria y Forestal (CENTA) comparten sus conocimientos.

Se trabajo con dos tipos de familias: familias demostradoras y familias irradiadas. Las primeras recibieron la atención directa de los extensionistas y los especialistas de PESA-FAO en procesos de capacitación, asistencia técnica y entrega de incentivos para la finca y el hogar; y éstas a su vez atienden hoy en día a las denominadas familias irradiadas.

La ECA se planificó como un proceso de enseñanza-aprendizaje, basada en los conocimientos previos y en el saber tradicional, para lo cual se diseñó un currículo que contempla 19 sesiones de cinco horas diarias  que se desarrollaron cada 15 días.

Los temas se relacionan con la producción de alimentos en la finca y hogar; salud y nutrición; autoestima; equidad de género; comunicación para el desarrollo, así como la realización de prácticas relativas a los temas impartidos en cada sesión.

“Me gusta participar en la escuela porque aprendo otras cosas que después las practicamos en la escuela de hortalizas que tenemos allá en Manahuara y también porque conozco a otras familias y compartimos lo que hemos aprendido antes”, asegura Ana Maura Rivas, miembro del grupo de familias demostradoras y lideresa del Cantón Manahaura en Sesori.

Los diferentes módulos se desarrollaron por personal especialista de la FAO y CENTA; y personal del Ministerio de Salud con quienes se coordina para los temas específicos de sus respectivas áreas.