La Agenda 2030 marca un cambio significativo de los enfoques de desarrollo tradicionales, al reconocer el importante papel que el sector privado puede jugar para lograr un desarrollo sostenible, desplegando su fuerza impulsora en el crecimiento económico, el empleo y la innovación. Junto a ello, surge también el debate acerca de cómo las inversiones se vinculan con el territorio, el medioambiente y sus actores, y en una perspectiva más general, la reflexión se plantea el “cómo esto puede ser un elemento constitutivo y estratégico en la reducción de las desigualdades territoriales, el cierre de las brechas urbano – rurales y la conservación de los ecosistemas en un entorno de negocios rentables, sostenibles e inclusivos.”  

FAO es una organización del sistema de Naciones Unidas, cuyo rol es brindar asistencia a los países para el diseño e implementación de políticas e instrumentos, orientados a promover un desarrollo sostenible e inclusivo del sector agroalimentario y los territorios rurales. En esta perspectiva, y considerando los enormes desafíos que impone el escenario actual, la Oficina Regional de FAO para América Latina y El Caribe, ha iniciado un esfuerzo para contribuir en la construcción de agendas de trabajo público-privadas y entornos favorables, para movilizar una inversión sustentable y dinamizadora de los territorios rurales de los países de la región.  Por otra parte, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID),  que es un socio estratégico de FAO en la lucha por erradicar el hambre y la pobreza en la región de ALC, en la Oficina Técnica de Cooperación de México, ha desarrollado una valiosa experiencia de diálogo y colaboración con las empresas españolas presentes en el territorio mexicano, con el fin de lograr sinergias en las iniciativas que tanto la Oficinas Técnicas de Cooperación (OTC) de la ACEID como el sector privado llevan a cabo en dicho territorio.

En este marco, el Proyecto que se presenta, busca construir un asocio FAO-AECID que permita sistematizar y proyectar esta experiencia en Colombia y hacia otros países de la región.  Para ello las actividades principales que se ha previsto, son:

• FASE 1: Sistematización y documentación de la experiencia de la OTC AECID México 
  • Procesar y documentar la Experiencia de la Mesa de Diálogo con empresas españolas presente en México, promovida y facilitada por la OTC AECID México.
  • Elaborar un mapeo, procesamiento y documentación de los actores y las iniciativas concretas   de colaboración público-privada desarrollada en México, con énfasis en los territorios rurales y empresas españolas, identificando entre otros aspectos, los incentivos que movilizan al sector privado en cada caso. 
  • Diseño y Organización de un encuentro virtual de intercambio de experiencias de colaboración público-privada para la movilización de inversiones hacia territorios rurales en ALC. Se contemplará aquellas experiencias que ya están desarrollando iniciativas de colaboración y aquellas que desean implementar estrategias similares.
  • Proponer una estrategia/modelo referencial para promover la colaboración público-privada a partir de las lecciones que entregan las experiencias revisadas, y pautas u orientaciones para el diseño y puesta en marcha de alianzas multi-actor para el desarrollo en territorios rurales
• FASE 2: Fortalecimiento de una experiencia de colaboración público privada en Colombia
  • Elaborar un mapeo de empresas españolas y de otros orígenes con inversiones en Colombia, con énfasis en el sector rural.
  • Efectuar una adaptación del “modelo” referencial de colaboración público-privada a las condiciones particulares del país, en diálogo con representantes de FAO, OTC - AECID, representantes del Gobierno y otros actores clave, identificando experiencias nacionales o departamentales con interés de generar alianzas público-privadas.  En esta etapa se priorizará las oportunidades de colaboración público-privada orientadas hacia   los sistemas agroalimentarios y los territorios rurales
  • Instalar una o más instancias de encuentro y diálogo público-privado en Colombia, en vista a identificar las áreas de colaboración a desarrollar.
  • Generar y concordar, al menos una propuesta, de colaboración e inversiones público-privado, incluyendo la concurrencia de la cooperación internacional que permita potenciar acciones, ya en curso. 
• FASE 3: Generación de conocimiento e intercambio regional 
  • Sistematizar la experiencia en Colombia, integrando las lecciones de los dos países para generar conocimiento que permita comunicar y proyectar estos aprendizajes   hacia otros países de la región, en el marco del programa Interccoonecta y el apoyo de FAORLC.
  • Diseñar e implementar una rueda de encuentros regionales virtuales que involucre a agentes públicos y privados, además de actores de la cooperación y la academia, para comunicar las experiencias y a partir de ello, promover un diálogo sobre la cooperación público-privada en los territorios rurales y preparar el escalamiento de la experiencia hacia otros países de la región
  • Diseñar, en el marco del programa Intercoonecta, una propuesta de capacitación orientada a técnicos y directivos de las empresas participantes, atendiendo a los intereses de éstas, con relación a las áreas temáticas del estudio y/o de aquellas que maneja FAO como agencia de Naciones Unidas.
  • Generar y ejecutar una estrategia de comunicación de los resultados del proyecto en coordinación con la estrategia de FAO en la región y la estrategia de la AECID en la región.

Sistematizar, el modelo de diálogo y colaboración público-privada desarrollado por la OTC de AECID México validar la estrategia en Colombia, comunicando los resultados a más países de ALC, en la perspectiva de facilitar un mayor flujo de inversiones y acciones hacia los territorios rurales que contribuyan a una rápida “recuperación con transformación” de los impactos del COVID-19 en la región.

Las sociedades rurales y los sectores agroalimentarios son los escenarios donde se deberán lograr la inmensa mayoría de las metas ambientales, sociales y económicas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Sin el mundo rural y agroalimentario, no hay desarrollo sostenible posible. 

Pero para alcanzar esas metas, las sociedades rurales y los actores de los sistemas agroalimentarios de América Latina y el Caribe, enfrentarán enormes desafíos para revertir una tendencia negativa en sus indicadores socioeconómicos que ya se venía manifestando en los últimos años, y que se proyecta se profundizará con la irrupción de pandemia del COVID 19.

En efecto, CEPAL estima que el número de personas en situación de pobreza se incrementará en forma significativa en los próximos meses y años, afectando a casi 240 millones de personas de la región. Una parte significativa de los hogares en extrema pobreza se encontrarían en el sector rural, ampliando las brechas pre existentes en esta materia; ello, compromete severamente el logro de los ODS y anticipa una agudización de los fenómenos de migraciones forzadas, violencia, actividades ilícitas y otros flagelos que bloquean el desarrollo y el bienestar en la región.

Para revertir este fenómeno, se requiere movilizar importantes volúmenes de inversiones, que permitan desencadenar un desarrollo económico inclusivo generador de empleos decentes y mayores ingresos para los hogares. La magnitud de este desafío no da espacio para acciones aisladas; hoy más que nunca, se requiere de la concurrencia y la acción colaborativa de distintos actores, donde el sector privado puede y debe jugar un rol fundamental.