El 1 de marzo, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el período 2021-2030 como Década de las Naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas, impulsando el tema de la restauración en los programas sobre el clima a todas las escalas. Actualmente, 57 países, gobiernos subnacionales y organizaciones privadas se han comprometido a restaurar más de 170 millones de hectáreas, y los objetivos de restauración mundial existentes probablemente se acelerarán para lograr el Desafío de Bonn con el objetivo de restaurar 350 millones de hectáreas de ecosistemas degradados para 2030.

La restauración del paisaje forestal implica procesos destinados a recuperar la funcionalidad ecológica de los paisajes forestales degradados o deforestados, en tanto que se mejora el bienestar humano. La restauración de los paisajes forestales incrementa la prestación de servicios ecosistémicos y la mejora de los servicios de suministro de agua es un objetivo común en los proyectos de restauración forestal. Sin embargo, el vínculo entre la restauración del paisaje forestal y la producción de agua es complejo, puede depender de numerosos factores y muchos de ellos aún no están claros y son controvertidos.

Una revisión reciente de estudios sobre cómo la restauración repercute en el agua señala que el 80% de los estudios hallaron un impacto negativo de la restauración forestal en la disponibilidad de agua a escala anual. Sin embargo, los resultados son diferentes cuando se consideran las diferentes estaciones: el 40% de los estudios encuentran que la restauración forestal tiene un efecto positivo en la disponibilidad de agua durante la estación seca. Además, el 83% de los estudios informan sobre una mayor capacidad de infiltración en los bosques restaurados, lo que indica la recuperación de procesos hidrológicos clave que sustentan la producción de agua. Po último, los estudios a más largo plazo indican que las disminuciones iniciales en el rendimiento anual de agua se recuperan con el tiempo.

De hecho, los proyectos en el terreno han indicado respuestas hidrológicas positivas, que mejoran los beneficios ecológicos y económicos. Un proyecto en Chile, que restaura zonas ribereñas, mejoró el suministro de agua para las personas que viven en las zonas bajas y estableció pagos a los agricultores para los esfuerzos de restauración. De manera similar, la restauración de los bosques en la cuenca del río Nosara en Costa Rica ha mejorado el suministro de agua y ha creado empleos.

Considerando los resultados obtenidos en distintas regiones del mundo, se obtienen algunas enseñanzas sobre la relación entre la restauración forestal y el agua. La restauración del paisaje forestal puede planificarse para el agua, pero es importante comprender y adaptar los planes a las especificidades locales (sociales, económicas y ambientales). Como siempre en el manejo forestal, ninguna receta de restauración del paisaje forestal para el agua sirve para todos.

¿Cómo valorizan sus proyectos de restauración del paisaje forestal los servicios ecosistémicos relacionados con el agua? ¿Tiene alguna enseñanza adquirida para compartir?