FAO en México

Discurso de Karla Iberia Sánchez en el Día Mundial de la Alimentación

17/10/2018

Buenos días a todos.

Muchas gracias por permitirme hablar aquí y gracias por el reconocimiento.

El hambre no es una palabra, es un universo, es una expresión a la que hay que tener respeto. El hambre es el gran dolor social, una tragedia humanitaria en el mundo y en este país. El hambre cargada de enorme tristeza y desesperanza, principio de todas las demás desgracias humanas, pero también de grandes hazañas, se resiste al toqueteo del discurso, a los efectos de la falta de sensibilidad de los medios, de nosotros, a la promesa.

El hambre tiene cara de suburbana, de obesa, de cansada, de desinformada.

Por eso celebro mucho esta mañana el trabajo insistente, científico y muy paciente del equipo de la FAO en México, al Doctor Crispim Moreira, muchas gracias, a Fernando Pantoja y también el trabajo de la FAO global con el Doctor Graciano Da Silva y todo su equipo, para reiterarnos constantemente recordarnos en este maremágnum de información, que a veces no es útil, porque el Día Mundial de la Alimentación, porque este día no puede ser una efeméride más.

Ingreso, costumbre, acceso, tiempo, clima y sus nubarrones y sus pronósticos, energías, traslados, aspectos, mercado, marketing, democracia, sí o no, migración.

Todo eso es lo que nos tiene aquí hablando este día, que al final se resume en una cosa: la aspiración de todos a una mesa con los sagrados alimentos y una mesa en paz. Ojalá que podamos ponerlo todo junto muchas gracias a ustedes equipo de la FAO, equipo de la Oficina de Información de la ONU, el Doctor Summa, al Doctor Hernández Licona, Embajador, Subsecretario, académicos, mi querido Chef, muchas gracias a todos ustedes por ponerlo, como profesionales, en el centro del debate público y ojalá que logremos el objetivo de Hambre Cero.

Gracias, buenos días.