03/06/2021 El Guarumal, una comunidad del departamento de Morazán, en la zona Oriental de El Salvador, enfrenta un serio problema de acceso a agua para el consumo y la producción de alimentos.
En pocos años, sus habitantes pasaron de tener tres fuentes naturales de agua a contar con sólo una. Esto puso en riesgo la seguridad alimentaria y nutricional de sus habitantes, en particular la de los niños y niñas menores de cinco años, las mujeres embarazadas y lactantes.
La comunidad de El Guarumal, se encuentra en medio del Corredor Seco, un área que se caracteriza por sequías cada vez más intensas y frecuentes, y que comprende el 83,8% del territorio salvadoreño. 2.2 millones de personas habitan allí, y más de la mitad de ellas dependen de la producción de cereales básicos.
El acceso al agua, el manejo de los recursos naturales, el deterioro progresivo de los bosques y los ciclos climáticos cada vez más irregulares e intensos son algunos de los grandes desafíos que enfrenta El Salvador, uno de los países más vulnerables a los riesgos climáticos de todo el mundo.
Ante esta realidad, el gobierno local del municipio al que pertenece El Guarumal –Sensembra– y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), de la mano con la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID), con el programa Mesoamérica sin Hambre, han implementado un proyecto piloto para cosechar y purificar el agua, denominado Sistema de Captación de Agua Lluvia (SCALL).
El SCALL consiste en un sistema de captación –un tanque con una capacidad de 110 metros cúbicos– y una planta purificadora de agua de lluvia, que la vuelve apta para el consumo humano; está ubicado en el centro escolar de El Guarumal, y beneficia a un total de 650 personas, equivalente a 150 familias de la zona.
El sistema tiene la capacidad de producir entre 30 a 45 litros por minuto; por sus características técnicas, los tanques pueden almacenar hasta 105 mil litros y permite abastecer el centro escolar y los hogares de la comunidad por cinco meses con un consumo promedio de dos litros por persona al día.
Para la operación y administración del SCALL, es la directiva de padres de familias del centro escolar la responsable de darle mantenimiento al SCALL y operarlo. El agua potable se entrega gratuitamente a las familias de acuerdo a sus necesidades, cada una de las cuales la retira en cántaro (recipiente limpio) de 20 litros.
La instalación del SCALL, fue el resultado de un trabajo conjunto entre la FAO, actores territoriales, gobiernos municipales e instituciones del Gobierno Central. El SCALL garantiza la disponibilidad de agua segura y de buena calidad mejora la Seguridad Alimentaria y Nutricional, reduciendo la probabilidad de enfermedades gastrointestinales que disminuyen el aprovechamiento de alimentos y hacen incurrir en gastos médicos comprometiendo el acceso a otros productos básicos que complementan la dieta diaria.
Junto con SCALL, la comunidad construyó 12 reservorios que permiten a 12 familias regar sus huertos caseros en la época seca, los cuales también sirven para la crianza de peces, los que permiten diversificar la dieta de familias.
El proyecto brinda a las personas de la comunidad un ahorro de tiempo y esfuerzo en la recolección y acarreo de agua para uso doméstico y productivo. Para su manejo se ha capacitado a los líderes de la comunidad y promovido el empoderamiento, sensibilizando a las familias participantes y fomentando el desarrollo de sus capacidades.
El agua ha sido particularmente importante para la comunidad escolar, ya que ha facilitado la preparación de alimentos y bebidas para los estudiantes.
Una práctica exitosa replicada a gran escala
Tras la implementación exitosa del proyecto piloto, esta práctica fue replicada a mayor escala por una iniciativa financiado por el Fondo Verde del Clima (FVC): el proyecto “Aumento de las medidas de resiliencia climática en los agroecosistemas del corredor seco de El Salvador”, conocido como Reclima, que incluye la instalación de SCALL comunitarios para la cosecha y potabilización de agua lluvia.
Gracias a Reclima, aproximadamente 4 000 familias tendrán acceso a agua para consumo, producto de la construcción de sistemas comunitarios de capacitación de agua lluvia con sistemas de purificación.
Reclima está trabajando con 50 mil productores y productoras para mejorar sus sistemas de producción, contribuyendo a la recuperación de los agroecosistemas y al aumento de la resiliencia ante los impactos del cambio climático.
Además, trabaja en la mejora de los suelos y de los recursos hídricos a través de la aplicación de prácticas de agricultura sostenible para fomentar el manejo responsable del medio ambiente, para impulsar un desarrollo económico integral.