En mayor o menor medida, todos somos responsables de la pérdida y el desperdicio de alimentos, y todos sabemos que deberíamos hacer algo más para evitarlo. Tanto al pedir demasiado en un restaurante, como al preparar comida en exceso en nuestra propia cocina o al acabar tirando las frutas y hortalizas mal almacenadas en los mercados de productos frescos, es difícil no percibir este despilfarro.
La buena noticia es que estamos encontrando y aplicando mejoras que no solo reducen la pérdida y el desperdicio de alimentos, sino que al mismo tiempo mejoran las vidas y los medios de subsistencia.
Un ejemplo destacado es el trabajo directo con empresas del sector alimentario en el Reino de Tailandia. Se descubrió que, si bien la lucha contra la pérdida y el desperdicio de alimentos estaba en el punto de mira de las grandes empresas del sector alimentario, no era una prioridad para las microempresas y las pequeñas y medianas empresas (MIPYME) tailandesas. De hecho, en Tailandia, las MIPYME representan aproximadamente el 91 % de las operaciones de elaboración de alimentos.
En respuesta, con el apoyo del Ministerio de Agricultura, Silvicultura y Pesca (MAFF) del Gobierno del Japón, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) se propuso hacer un seguimiento de la pérdida y el desperdicio de alimentos en cinco subsectores de elaboración de Tailandia: productos animales, productos pesqueros, lácteos, arroz y aperitivos. En colaboración con el Ministerio de Agricultura y Cooperativas de Tailandia y la Universidad de Mahidol, los equipos de investigación recopilaron un amplio conjunto de datos cualitativos que abarcaban unas 195 MIPYME de 66 provincias de entre un total de 77. Esto permitió determinar los puntos críticos de las pérdidas en las operaciones de elaboración y distribución y la causa subyacente del desperdicio de alimentos en los sectores de venta al por menor. Los datos de la encuesta cualitativa se utilizaron para seleccionar a un grupo de 25 MIPYME representativas, que recibieron capacitación técnica, en particular sobre las buenas prácticas para medir y reducir la pérdida de alimentos, así como elementos simples de equipamiento para ello.
Esta capacitación práctica produjo algunos beneficios en el mundo real y repercusiones positivas para estas personas y sus familias, así como para sus MIPYME. La capacitación y los nuevos conocimientos redujeron el desperdicio de productos alimentarios, lo que a su vez supuso un incremento del 17 % en sus ingresos.
Analizar la rentabilidad de reducir las pérdidas y el desperdicio
Desde el punto de vista técnico, el núcleo de las MIPYME recién capacitadas informó de una reducción de las pérdidas alimentarias —tanto cualitativas como cuantitativas—, en las operaciones de elaboración y distribución Esto, a su vez, se tradujo en productos de mejor calidad y más duraderos. Junto con un mejor almacenamiento de los productos, también se contribuyó a reducir el desperdicio de alimentos en la venta al por menor.
Además, gracias a las mejoras de la elaboración, el seguimiento y un mayor control de la calidad de las materias primas y los productos acabados, el grupo logró reducir en un 25 % las pérdidas de productos animales y en un 55 % las de productos pesqueros.
A largo plazo, estas mejoras deberían seguir contribuyendo a impulsar los beneficios económicos de las pequeñas empresas. También se ha elaborado un proyecto de estrategia nacional que servirá de guía para avanzar en la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos en las MIPYME tailandesas, basándose en las pruebas y capacidades institucionales desarrolladas a través de este proyecto. En última instancia, esta labor mejorará los ingresos de los elaboradores y vendedores al por menor de productos alimenticios, fomentará la disponibilidad de alimentos locales de calidad para los consumidores y contribuirá a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de los vertederos.
Aunque se trata de medidas tangibles y eficaces para evitar la pérdida y el desperdicio de alimentos en Tailandia, todos podemos hacer algo más. Por ejemplo, la fecha de caducidad no significa que el alimento o producto deba desecharse antes de esa fecha, sino que es más fresco si se consume dentro de ese plazo. Todos podemos preparar mejor y de forma más meditada nuestras comidas
Encontrar mejores formas de reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos es fundamental para el Marco estratégico de la FAO, ya que ayuda a conseguir una mejor producción (eliminando las pérdidas), una mejor nutrición (evitando el desperdicio de alimentos nutritivos), un mejor medio ambiente (reduciendo los vertederos) y una vida mejor para todas las personas.
3. Good health and well-being, 12. Responsible consumption and production, 13. Climate action