La bioeconomía es un catalizador para la transformación de los sistemas agroalimentarios hacia una mayor sostenibilidad

La FAO pide un compromiso mundial en el Foro de Alto Nivel de Ciencia e Innovación

© FAO/Rodger Bosch

La FAO considera que la bioeconomía provee de alimentos inocuos y nutritivos a una población mundial creciente, brindando oportunidades de desarrollo sostenible y nuevos puestos de trabajo y, a la vez, reduciendo el daño ambiental y el desperdicio

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19/10/2023

Roma - La bioeconomía puede ser un catalizador para abordar la actual crisis climática y lograr la sostenibilidad agroalimentaria mundial mediante una gestión más eficiente y responsable de nuestros recursos naturales.

Este fue el tema del acto de alto nivel celebrado el jueves bajo el título Bioeconomy: the catalyst for agrifood systems transformation (Bioeconomía: el catalizador para la transformación de los sistemas agroalimentarios), una reunión centrada en la bioeconomía entre las ocho que conformaron la edición de este año del Foro de la ciencia y la innovación, un acontecimiento anual organizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en el marco de su emblemático Foro Mundial de la Alimentación.

El acto, que fue inaugurado por el Sr. QU Dongyu, Director General de la FAO, y moderado por el Sr. Joachim von Braunir, científico agrícola alemán que ejerce como Presidente de la Academia Pontificia de las Ciencias, congregó a ponentes de alto nivel y a algunos de los mayores expertos en la materia de todo el mundo.

La Sra. Pippa Hackett, Ministra de Estado del Departamento de Agricultura, Alimentación y Marina de Irlanda, describió los esfuerzos de Irlanda en este ámbito. Reivindicó un mundo que funcione en armonía con la naturaleza y destacó los beneficios de este enfoque, que incluye la diversificación económica y la creación de empleos verdes.

La Sra. Carina Pimenta, Secretaria Nacional de Bioeconomía del Ministerio de Medio Ambiente y Cambio Climático de Brasil, habló sobre la experiencia brasileña. El país está creando un marco para redireccionar las inversiones hacia la bioeconomía, ha convertido la conservación de la biodiversidad en una prioridad y contempla la transición a la bioeconomía como una oportunidad económica y social, según palabras de la ponente.

La Sra. Christine Lang, empresaria alemana de biotecnología y consultora en bioeconomía, ofreció un punto de vista técnico sobre la cuestión, señalando cómo el concepto de bioeconomía se extiende más allá de la producción agrícola y abarca también los materiales de construcción, los productos farmacéuticos e incluso las vacunas.

Entre el resto de ponentes, se encontraba el Sr. Gregory Jaffe, Asesor Superior para asuntos de regulación de la Oficina del Secretario del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos de América (USDA).

Un futuro prometedor

El término bioeconomía, según la definición adoptada en la Cumbre Mundial de Bioeconomía de 2020, se refiere a “la producción, utilización, conservación y regeneración de los recursos biológicos, incluidos los conocimientos relacionados, la ciencia, la tecnología y la innovación, para proporcionar soluciones sostenibles (información, productos, procesos y servicios) en todos los sectores económicos y facilitar una transformación hacia una economía sostenible”.

Cabe citar como ejemplos los bioplaguicidas y los biofertilizantes (como el compost), los bioplásticos, la reutilización de la biomasa (como el uso de los residuos de cultivos para hacer briquetas y pellets, o de los desechos de pescado para hacer productos farmacéuticos), y la bioenergía sostenible.

La FAO considera que la bioeconomía provee de alimentos inocuos y nutritivos a una población mundial creciente, brindando oportunidades de desarrollo sostenible y nuevos empleos y, a la vez, reduciendo el daño ambiental y el desperdicio.

Su potencial va mucho más allá de la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y la restauración de la biodiversidad. Abre nuevas oportunidades de desarrollo y empleo verde en la agricultura y en otros sectores, fortaleciendo la seguridad alimentaria y la nutrición, los medios de subsistencia rurales, las vidas de los Pueblos Indígenas y las comunidades locales, así como la innovación en todos los niveles de la sociedad.

Según una previsión, una bioeconomía circular eficiente en el uso de los recursos podría alcanzar un valor de 7,7 billones de USD en 2030. Unos 60 países y regiones disponen ya de estrategias de bioeconomía o relacionadas con la bioeconomía y en otros 10 se están elaborando actualmente.

No obstante, puede haber contrapartidas. La siembra de un cultivo para la producción de bioenergía en lugar de para el consumo humano o animal, por ejemplo, podría afectar negativamente a los medios de vida locales, a la seguridad alimentaria humana o a la seguridad de los alimentos para la ganadería.

De igual modo, no todo lo que se cataloga como bioeconomía es sostenible.

Esta es la razón por la que la FAO promueve la inclusión de la bioeconomía en los marcos mundiales de desarrollo sostenible, seguridad alimentaria y nutrición, clima, biodiversidad y medio ambiente; la elaboración de nuevos parámetros mundiales de medición de la sostenibilidad de la bioeconomía con vistas a la ampliación de las inversiones públicas y privadas y la aceleración del comercio de productos biológicos; y la creación de una coalición mundial e inclusiva en favor de la bioeconomía.

En sus palabras de apertura, el Director General de la FAO subrayó la importancia de promover una bioeconomía que sea inclusiva y se adapte a los contextos locales.

Sobre todo, “necesitamos medidas más concretas. Necesitamos soluciones que aplicar sobre el terreno”, señaló el Sr. QU.

Función de liderazgo de la FAO

La FAO es el primer organismo de las Naciones Unidas en haber elaborado un programa estratégico prioritario sobre bioeconomía, que fue respaldado por sus Miembros hace dos años, y se está posicionando a la cabeza de los esfuerzos mundiales para promover las innovaciones en bioeconomía con el fin de hacer más eficientes, equitativos, resilientes y sostenibles nuestros sistemas agroalimentarios. Desde entonces, el tema ha cobrado impulso en foros internacionales como el 27.º período de sesiones de la Conferencia de las Partes (COP 27) en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, celebrada en Sharm el‑Sheikh, la reunión del Grupo de los Veinte (G-20), celebrada más recientemente en la India, y la Cumbre Amazónica, celebrada en Belém (Brasil).

Hasta la fecha, la FAO participa en unos 150 proyectos relacionados con la bioeconomía por valor de más de 330 millones de USD, lo que representa en torno al 15 % del total de su cartera.

En Pakistán, por ejemplo, la FAO está diseñando actualmente un proyecto que ayudará a los agricultores a convertir en textiles los desechos de la producción de bananos. En Côte d’Ivoire, la Organización está creando una escuela agrícola para la producción y cría de larvas de mosca soldado negra, que se secan y muelen a fin de obtener una harina rica en proteína para usos de alimentación animal. Y en el Yemen, funcionarios de la FAO están enseñando a los agricultores a preparar insecticidas naturales utilizando el árbol llamado mraemrah, ajo y pimiento picante.

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