Un alarmante informe nuevo de la FAO muestra que se han socavado décadas de esfuerzos de desarrollo

La pandemia de la COVID-19 hace retroceder los esfuerzos por lograr la Agenda 2030

©FAO/C. Marinheiro

En el informe se subraya la necesidad de aumentar las inversiones en agricultura, mejorar el acceso a nuevas tecnologías agrícolas, servicios de crédito y recursos de información para los agricultores.

©FAO/C. Marinheiro

22/09/2021

Roma - Las sombrías conclusiones de un nuevo informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) muestran que la enfermedad por coronavirus (COVID-19) ha hecho retroceder los progresos realizados en pro del logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) consagrados en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, lo cual ha socavado décadas de esfuerzos de desarrollo.

“Es un panorama alarmante, en el que se han revertido los progresos realizados respecto de muchas metas de los ODS, lo que tiene importantes repercusiones en todos los aspectos del desarrollo sostenible y hace que el logro de la Agenda 2030 sea aún más difícil”, dijo el Sr. Pietro Gennari, Estadístico Jefe de la FAO.

El análisis, titulado Seguimiento de los progresos relativos a los indicadores de los ODS relacionados con la alimentación y la agricultura correspondientes a 2020, se centra en ocho de los ODS que fueron aprobados en una cumbre de las Naciones Unidas celebrada en Nueva York en 2015 (los ODS 1, 2, 5, 6, 10, 12, 14 y 15). Es la tercera evaluación de la FAO de este tipo, basada en los últimos datos y estimaciones disponibles.

Entre las esferas en las que el mundo se está quedando rezagado o está realizando progresos insignificantes, cabe mencionar lo siguiente:

- La pandemia de la COVID-19 podría haber sumido en el hambre crónica a entre 83 y 132 millones de personas más en 2020, lo que hace que la meta de poner fin al hambre sea aún más lejana.

- Un porcentaje inaceptablemente elevado de alimentos (el 14 %) se pierde a lo largo de la cadena de suministro, antes incluso de que llegue al consumidor.

- Los sistemas agrícolas se llevan la peor parte de las pérdidas económicas debidas a catástrofes.

- Los productores de alimentos en pequeña escala siguen estando en situación de desventaja, y las mujeres productoras de los países en desarrollo ganan menos que los hombres, incluso cuando son más productivas.

- Ha aumentado la volatilidad de los precios de los alimentos, debido a las limitaciones impuestas por la pandemia de la COVID-19 y a los confinamientos conexos.

- Los progresos realizados en lo que respecta a la conservación de la diversidad genética vegetal y animal para la alimentación y la agricultura siguen siendo escasos.

- Las desigualdades de género en los derechos sobre la tierra son generalizadas.

- Las leyes y costumbres discriminatorias siguen siendo un obstáculo para los derechos de tenencia de las mujeres.

- El estrés hídrico sigue siendo alarmantemente elevado en numerosas regiones, lo cual supone una amenaza para los progresos relacionados con el desarrollo sostenible.

Con todo, en el informe también se señalan varias esferas en las que se están realizando progresos, entre ellas: la aplicación de medidas contra la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (pesca INDNR); la gestión forestal sostenible; la eliminación de las subvenciones a las exportaciones agrícolas; la inversión para incrementar la productividad agrícola en los países en desarrollo, y el acceso libre de derechos, en particular a productos agrícolas, para países en desarrollo y países menos adelantados.

El informe de la FAO coincide con la celebración esta semana de la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios, cuyo objetivo es crear conciencia a escala mundial e impulsar la adopción de medidas dirigidas a transformar los sistemas alimentarios, erradicar el hambre, reducir las enfermedades relacionadas con la alimentación y curar el planeta. En él también se incluye un capítulo sobre medición de las contribuciones al logro de los ODS que aporta el sector privado, que según la FAO desempeña una función clave.

¿Qué se puede hacer?

En el informe se subraya la necesidad de: aumentar las inversiones en agricultura, mejorar el acceso a nuevas tecnologías agrícolas, servicios de crédito y recursos de información para los agricultores; prestar apoyo a los productores de alimentos en pequeña escala; conservar los recursos genéticos vegetales y animales para la alimentación y la agricultura; adoptar medidas para contrarrestar la volatilidad de los precios de los alimentos, y evitar que los fenómenos potencialmente peligrosos se conviertan en catástrofes de gran magnitud.

También se pide que se adopten medidas adicionales para que el agua se utilice de forma más eficiente en las regiones más afectadas por estrés hídrico elevado, que se realicen intervenciones mejor orientadas a reducir las pérdidas y el desperdicio de alimentos, y que se protejan más los ecosistemas terrestres y forestales. Por último, se sugiere que se precisa realizar progresos mucho mayores tanto en lo que respecta a los aspectos jurídicos y prácticos de los derechos de las mujeres sobre la tierra como a la lucha contra la amenaza de la pesca INDNR para la sostenibilidad de la pesca mundial.

Al final, el informe hace un llamamiento urgente para obtener datos más abundantes y precisos. “A medida que siga desarrollándose la pandemia de la COVID-19 y el mundo se aleje aún más de cumplir los ODS para la fecha límite de 2030, los datos oportunos y de calidad son más esenciales que nunca”, dijo el Sr. Gennari.

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