Casi un cuarto de la población de la República Democrática del Congo sigue haciendo frente a inseguridad alimentaria aguda

De la Oficina Regional de la FAO para África

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La República Democrática del Congo sigue sufriendo una de las peores crisis alimentarias del mundo.

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29/09/2023

Kinshasa - Más de 25 millones de personas siguen haciendo frente a situaciones críticas o de emergencia por inseguridad alimentaria en la República Democrática del Congo, según el último informe de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases, publicado hoy. El país sigue sufriendo una de las peores crisis alimentarias del mundo.

A pesar de los altos niveles de hambre, la República Democrática del Congo cuenta con tierras fértiles y abundantes recursos hídricos, y posee la capacidad inherente para alcanzar la autosuficiencia en la producción de alimentos e incluso contribuir con los países vecinos. Sin embargo, diversas causas subyacentes, como el recrudecimiento de los conflictos en el este del país y la falta de inversión en desarrollo rural, impiden que el país alcance la autosuficiencia alimentaria.

Los conflictos en el este de la República Democrática del Congo han interrumpido la producción agrícola vital y el crecimiento de infraestructuras esenciales. Se trata de una crisis fomentada por la dinámica cambiante de los grupos armados y las luchas por los recursos, exacerbada por profundas tensiones geopolíticas. Como consecuencia, más de 5,6 millones de personas se han visto forzadas a abandonar sus hogares en las tres provincias orientales de Ituri, Kivu del Norte y Kivu del Sur.

“Estoy alarmado por el número de personas que siguen padeciendo hambre en todo el país”, afirmó el Sr. Peter Musoko, Director y Representante del Programa Mundial de Alimentos (PMA) en la República Democrática del Congo. “En un contexto tan frágil, el costo de la inacción es realmente inimaginable. Juntos, debemos trabajar con el gobierno y la comunidad de asistencia humanitaria para aumentar los recursos destinados a esta crisis desatendida’’.

La situación de crisis de seguridad alimentaria de muchas personas en la República Democrática del Congo sigue siendo desesperada ante distintos obstáculos, como inseguridad, devastación y falta de infraestructura o bajo acceso a insumos y financiación de calidad, entre muchos otros, que ponen en riesgo sus posibilidades de alimentarse a sí mismos y a su familia de manera adecuada. La única manera de romper este ciclo y cambiar estas tendencias consiste en ayudar a las familias rurales a aumentar su resiliencia y su productividad”, afirmó el Sr. Aristide Ongone, Representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en el país.

El PMA hace frente a un déficit de financiación crítico, de 629,6 millones de USD, en los próximos seis meses. Sin fondos, el PMA no puede seguir ampliando sus operaciones para llegar a 3,6 millones de personas, y es posible que tenga que reducir la asistencia ya en octubre.

Mientras que la subsistencia de las personas que más necesitan la asistencia humanitaria depende de la agricultura, solo el 4,1 % de la financiación humanitaria para los sectores alimentarios se destina a apoyar los medios de vida agrícolas. Las intervenciones de emergencia relacionadas con los medios de vida son rentables. Por ejemplo, con un paquete de producción de hortalizas de 80 USD, una familia puede producir rápidamente una variedad de alimentos nutritivos que alcanzan un valor de 480 USD en el mercado local.

En 2023, la FAO necesitó 106,4 millones de USD para llegar a 1,8 millones de personas con apoyo urgente para los medios de vida, mediante el impulso rápido a la producción agrícola, ganadera y pesquera y la prestación por adelantado de apoyo de emergencia a los medios de vida a las comunidades afectadas por conflictos. Hasta la fecha, la FAO hace frente a un déficit de financiación de aproximadamente 80 millones de USD para proporcionar apoyo a los agricultores vulnerables durante la próxima campaña agrícola, que comienza en enero de 2024.

Además de que resulta imperativo apoyar de inmediato las iniciativas destinadas a salvar vidas, hay una necesidad acuciante de inversiones en soluciones encaminadas a invertir de forma sostenible las tendencias de la inseguridad alimentaria. Resulta fundamental poner en marcha una estrategia que contemple la continuidad entre las intervenciones en emergencias, los esfuerzos posteriores a la emergencia y las medidas destinadas a lograr avances en los sistemas alimentarios, al tiempo que se mejora la resiliencia de las poblaciones ante las diversas perturbaciones a las que se enfrentan habitualmente.

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