COP 27: la FAO destacó la importancia de la transformación de los sistemas agroalimentarios como parte de la solución a la crisis climática

Entrevista a Zitouni Ould-Dada, Director Adjunto de la División de Clima y Medio Ambiente de la FAO.

©FAO/Giulio Napolitano

28/11/2022

Roma- La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 27) de 2022 se celebró en Sharm el Sheij (Egipto) al final de un año en que los fenómenos climáticos extremos demostraron una vez más la urgencia de frenar las emisiones de gases de efecto invernadero.

En un informe de las Naciones Unidas sobre el cambio climático se muestra que, si bien las emisiones se están reduciendo, no lo están haciendo lo suficientemente rápido como para limitar el aumento de la temperatura mundial a 1,5 °C a finales del siglo, de conformidad con el objetivo del Acuerdo de París de 2015. Si el mundo no puede lograr esto, los peores efectos del cambio climático, como las sequías graves, las olas de calor y las inundaciones, no harán más que empeorar y ser más frecuentes. Todo esto en un contexto en el que los fenómenos meteorológicos extremos, junto con las tensiones geopolíticas y la pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID-19), dieron lugar a una inseguridad alimentaria, malnutrición y pobreza mayores.

La demanda mundial de alimentos, piensos, combustible y fibras está en aumento y se estima que el mundo necesitará un 50 % más de alimentos en 2050 para alimentar a la creciente población mundial. Actualmente, aproximadamente 828 millones de personas sufren hambre y un tercio de la población mundial, es decir, 2 300 millones de personas, no tienen acceso a una alimentación adecuada.

Si bien los sistemas agroalimentarios contribuyen a los efectos de la crisis climática, la degradación de los ecosistemas y la pérdida de la biodiversidad, y son afectados por todos ellos, también forman parte de las soluciones. En la COP 27, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) buscó utilizar sus conocimientos especializados y su experiencia para liderar los debates sobre cómo podrían transformarse los sistemas agroalimentarios mediante soluciones innovadoras y, por tanto, desempeñar una función crucial en la mitigación del cambio climático.

Después de la finalización de la COP 27, hablamos con Zitouni Ould-Dada, Director Adjunto de la División de Clima y Medio Ambiente de la FAO, con objeto de comprender el papel de la Organización en la Cumbre sobre el Clima y cuáles han sido, a su entender, los logros obtenidos.

¿Cuáles son algunas de las principales iniciativas en las que participó la FAO en el marco de la COP 27?

La FAO ha participado activamente y con gran notoriedad en la COP 27. La Organización formó parte de cuatro iniciativas presentadas por la Presidencia de Egipto en la COP 27. La primera, titulada Alimentación y agricultura para una transformación sostenible (FAST), está destinada a prestar apoyo a las medidas de acción por el clima en los sistemas agroalimentarios mediante: el acceso a financiación e inversiones; el desarrollo de conocimientos y capacidades; el apoyo en materia de políticas y el diálogo sobre políticas.

La segunda, elaborada en asociación con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otros organismos de las Naciones Unidas y asociados, como la Alianza Mundial para la Mejora de la Nutrición, se denomina Iniciativa sobre acción por el clima y nutrición (I-CAN). Este programa tiene como objetivo apoyar a los Estados Miembros en la aplicación de políticas destinadas a mejorar el acceso a dietas nutritivas y saludables a partir de sistemas alimentarios sostenibles.

La tercera iniciativa, titulada  Acción sobre adaptación y resiliencia del sector hídrico (AWARE), aborda una mejor gestión hídrica para la adaptación y resiliencia ante el cambio climático. La misión de AWARE es reducir las pérdidas de agua, mejorar el suministro de agua y apoyar las medidas en materia de políticas y de adaptación para que esto ocurra, ya que la gestión eficiente del agua es un aspecto clave de la acción por el clima con objeto de lograr la Agenda 2030, en particular el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 6. La cuarta iniciativa refiere a la gestión de los residuos en África y su objetivo es el tratamiento y reciclaje de, al menos, el 50 % de los residuos sólidos producidos en África hasta 2050.

¿Hasta qué punto están vinculados los sistemas agroalimentarios y el cambio climático?

Están muy interconectados y se afectan mutuamente. Según el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), más de 3 300 millones de personas, la mitad de la población mundial, en particular las que viven en África, Asia y los pequeños Estados insulares en desarrollo, se consideran “muy vulnerables” a los efectos de la crisis climática. En el informe se advierte que incluso una superación temporal del 1,5 °C sería fatal para millones de personas. Quinientos millones de pequeños agricultores que dependen del funcionamiento de los ecosistemas para sus medios de vida producen más del 80 % de los alimentos consumidos en gran parte del mundo desarrollado.

Se prevé que el empeoramiento de la crisis climática, junto con el desafío de alimentar y nutrir a una población mundial en aumento en tiempos de conflictos e incertidumbre, lleve a una reducción de la producción de alimentos y de la nutrición, y a una accesibilidad limitada a los alimentos, en particular para los más vulnerables y pobres. A fin de hacer frente a estos desafíos, la FAO trabaja en la recopilación de datos e información, y en la elaboración de herramientas sobre los efectos del cambio climático en los sistemas agroalimentarios, y para informar a los países, a los agricultores y a otros interesados sobre las mejores prácticas y soluciones innovadoras más recientes.

¿Cuáles son las necesidades más acuciantes en cuanto a la agricultura y el cambio climático?

Para logar el objetivo del Acuerdo de París y los ODS habría que incrementar el grado de ambición de todos los sectores, en particular, en relación con los sistemas agroalimentarios. Tenemos que transformar nuestros sistemas agroalimentarios para que sean más eficientes, más inclusivos, más sostenibles y más resilientes. Tenemos que aprovechar el poder de innovación y digitalización a fin de lograr esta transformación y beneficiar a los países, las comunidades rurales y los agricultores. Tenemos que reducir las emisiones de gases de efecto invernadero rápidamente y, al mismo tiempo, crear capacidad de adaptación y resiliencia. Tenemos que invertir más en la adaptación y la naturaleza, incluidas la conservación y restauración de los ecosistemas. Las nuevas estrategias de la FAO sobre el cambio climático contienen una visión ambiciosa para ayudar a transformar los sistemas agroalimentarios mediante un Plan de acción, cuyo objeto es promover la acción por el clima en torno a tres pilares: promoción a escala mundial y regional;apoyo a los países a nivel nacional; ampliación de la acción por el clima sobre el terreno con las comunidades locales y los agricultores.

¿Qué es lo que usted cree que ha logrado la FAO en la COP 27?

La FAO ha logrado muchas cosas en esta COP en lo que respecta a poner el foco en las soluciones innovadoras para transformar los sistemas agroalimentarios a fin de volverlos más eficientes, más inclusivos, más sostenibles y más resilientes, con objeto de lograr el Acuerdo de París y los ODS. Los temas relacionados con la alimentación y la agricultura ocuparon un lugar destacado en la agenda internacional. La FAO se comprometió firmemente a respaldar a la Presidencia egipcia de la COP 27, brindando apoyo técnico para la Labor conjunta de Koronivia sobre la agricultura y espacios para los diálogos de expertos, así como presentando nuevas iniciativas en la Cumbre sobre el Clima. Como resultado, se reconoce a la FAO como un asociado estratégico de la Presidencia de la COP 27. En conjunto, hemos presentado cuatro iniciativas mundiales fundamentales, que abarcan una transformación sostenible de la agricultura, la adaptación en el sector hídrico, una nutrición que tenga en cuenta el clima y el desperdicio de alimentos. Además, la FAO, junto con el Grupo Consultivo para la Investigación Agrícola Internacional (GCIAR) y la Fundación Rockefeller, auspició el primer Pabellón de la Alimentación y la Agricultura, en el que se celebraron varios actos y diálogos sobre todos los aspectos de las soluciones climáticas innovadoras que pueden aplicar los sistemas agroalimentarios. También presentamos una nueva Estrategia de la FAO sobre el cambio climático para 2022-2031, a fin de informar a la comunidad mundial acerca de la visión de la FAO para garantizar la seguridad alimentaria mundial en el marco de la crisis climática.

En lo que respecta a la financiación relacionada con el cambio climático, ¿cree que la agricultura recibe la parte que le corresponde? Y, si no es así, ¿qué hay que hacer al respecto? 

Mientras que la financiación general para hacer frente a los efectos del cambio climático se fue incrementando en los dos últimos decenios, la proporción de la financiación relacionada con el cambio climático en los sectores de la agricultura y el uso de la tierra fue disminuyendo. Los flujos actuales de financiación pública internacional relacionada con el clima no coinciden con las prioridades que los países en desarrollo establecieron en sus contribuciones determinadas a nivel nacional. Los sectores de la agricultura siguen recibiendo solo una proporción modesta de la financiación internacional relacionada con el clima, que ha disminuido proporcionalmente en los últimos dos decenios.

Los flujos de financiación deben reflejar la importancia que los países en desarrollo asignan a la adaptación al clima y a la agricultura. Entre 2000 y 2018, la proporción de la financiación mundial relacionada con el clima en el sector de la agricultura y el uso de la tierra ha disminuido, pasando de una media del 45 % de los flujos totales a principios del milenio, al 24 % en 2013, nivel en el que se ha mantenido estable desde entonces. La suma total de las contribuciones al sector de la agricultura y del uso de la tierra entre 2000 y 2018 ascendió a 122 000 millones de USD, lo que representa el 26 % de los flujos mundiales de financiación relacionada con el clima para todos los sectores. Tenemos que invertir más en innovación tecnológica y digitalización para acelerar la transformación de los sistemas agroalimentarios con objeto de lograr una mejor producción, una mejor nutrición, un mejor medio ambiente y una vida mejor, sin dejar a nadie atrás. 

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Sreya Banerjee Oficina de Prensa, FAO [email protected]