La FAO pide solidaridad y pasión por la humanidad para combatir el aumento del hambre y la pobreza

El Sr. QU Dongyu, Director General de la FAO, pronuncia unas palabras en el acto de alto nivel organizado por la Iniciativa Global Clinton en Nueva York

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El Director General de la FAO, QU Dongyu.

©FAO/Kena Betancur

20/09/2022
Nueva York. Es el momento de “mostrar solidaridad y pasión por la humanidad” para combatir el aumento del hambre y la pobreza debido a una serie de causas que requieren una respuesta coordinada a escala mundial, dijo hoy el Sr. QU Dongyu, Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en el discurso de apertura de un acto de alto nivel organizado por la Iniciativa Global Clinton (CGI) al margen del 77.º período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

“Corremos el riesgo de enfrentarnos a una crisis de acceso a los alimentos ahora mismo y a una crisis de disponibilidad y asequibilidad de los alimentos en los próximos meses”, anunció a un público formado por un centenar de dirigentes empresariales, importantes filántropos, jefes de estado y líderes de comunidades locales que forman parte de la comunidad de la CGI y que fueron invitados a debatir sobre la forma de asegurar el acceso sostenible para todos a los alimentos nutritivos.

El Director General elogió al Sr. Bill Clinton, expresidente, por su liderazgo y por la invitación a “replantearse y reinterpretar el futuro de nuestro mundo”. El acto se denominó “The Food Crisis and the Threat of Global Destabilization: How We Can Take Urgent and Sustainable Action to Address Food Insecurity” (La crisis alimentaria y la amenaza de la desestabilización global: cómo adoptar medidas urgentes y sostenibles para abordar la inseguridad alimentaria) y comprendió un debate con el Sr. Lazarus McCarthy Chakwera, Presidente de Malawi, y otros actores del sistema agroalimentario.

El hambre ha alcanzado unos niveles inadmisiblemente elevados y ha aumentado drásticamente en los últimos dos años, impulsado por el conflicto y la desestabilización, entre otras cosas la guerra en Ucrania, las perturbaciones económicas a escala mundial y nacional y una crisis climática que está “afectando a todos los rincones de este pequeño planeta”, dijo el Sr. QU.

“Nuestros sistemas agroalimentarios son frágiles y nuestras cadenas de suministro están bajo presión”, añadió. “La magnitud y la gravedad de la inseguridad alimentaria aguda son desalentadoras”.

A pesar de los desafíos y las dificultades, el Director General se mostró “optimista por las contribuciones que podemos hacer para acelerar el cambio”.

“Nuestro objetivo es transformar los sistemas agroalimentarios a fin de hacerlos más eficientes, más inclusivos, más resilientes y más sostenibles, con miras a lograr una mejor producción, una mejor nutrición, un mejor medio ambiente y una vida mejor para todos sin dejar a nadie atrás”, señaló.

El camino por recorrer

El Sr. QU indicó los ámbitos clave que requieren compromisos de acción.

En primer lugar, la crisis climática, cuyas repercusiones se han sentido mayoritariamente en el sector agrícola. Invertir en la agricultura y los medios de vida rurales es entre siete y 10 veces más rentable y sostenible que la asistencia alimentaria directa. Este es el motivo por el que la FAO se centra en invertir en soluciones basadas en datos en favor de la resiliencia, a fin de ayudar a los agricultores a anticiparse y prepararse para las catástrofes. No obstante, tan solo el 8 % de toda la financiación mundial para lograr la seguridad alimentaria en situaciones de emergencia se destina a apoyar a la producción agrícola, añadió.

Una consecuencia de las catástrofes naturales y la crisis climática es el desplazamiento involuntario, que aumenta la urgencia de encontrar soluciones viables a largo plazo para que las personas más vulnerables tengan esperanza, oportunidades, instrumentos, recursos y acceso a los mercados con vistas a crear medios de vida resilientes y lograr la autosuficiencia, dijo el Director General.

En segundo lugar, existe un vínculo esencial entre la calidad de los alimentos y la seguridad alimentaria, lo que convierte a la equidad alimentaria desde la perspectiva de la alimentación en un elemento decisivo para impulsar la acción. Actualmente, más de tres mil millones de personas en el mundo, muchas de ellas en países desarrollados, no pueden permitirse una alimentación saludable, lo que subraya la necesidad de mantener abierto el sistema de comercio mundial y de que los gobiernos asignen los presupuestos públicos con mayor eficiencia.

“Debemos expandir el suministro de alimentos nutritivos y luego dirigir el consumo hacia ellos”, dijo el Director General.

En tercer lugar, la recuperación económica y el crecimiento inclusivos son esenciales, ya que la pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID-19) y los conflictos han aumentado la desigualdad de ingresos a escala mundial y han golpeado a la igualdad de género, el empleo digno y las ambiciones ambientales, señaló el Sr. QU.

El aumento de 1 % en el índice de precios de los alimentos de la FAO, que alcanzó cifras máximas en 2022, podría empujar a 10 millones de personas más a la pobreza extrema; esto hace que los programas de protección social sean prioritarios para los gobiernos y los asociados clave. “Debemos aplicar políticas que aborden las desigualdades estructurales y traten específicamente la pobreza rural”, afirmó, y añadió que las soluciones para abordar esta crisis mundial necesitarán políticas adecuadas, más inversión y asociaciones funcionales con el sector privado.

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