El Consejo de la FAO da su respaldo a nuevas estrategias decenales sobre el cambio climático y para la ciencia y la innovación

Las dos estrategias temáticas guiarán la labor de la FAO en estas esferas hasta 2031

© FAO/Alessia Pierdomenico

La 170ª sesión del Consejo de la FAO se lleva a cabo en la Sede de la FAO en Roma.

©FAO/Alessia Pierdomenico

14/06/2022

Roma – El Consejo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha dado su respaldo a dos estrategias temáticas que guiarán la labor de la Organización relativa al cambio climático y a la ciencia, la tecnología y la innovación durante el próximo decenio.

El fin de las estrategias es guiar la aplicación del Marco estratégico de la FAO para 2022-2031, el cual orienta la labor de la Organización encaminada a transformar los sistemas agroalimentarios y a promover que todas las personas gocen de seguridad alimentaria, con arreglo a la visión contemplada en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

Las estrategias fueron respaldadas el lunes y el martes en Roma por el órgano ejecutivo de la FAO en su 170.º período de sesiones, en un momento en que se están elevando las cifras del hambre y crecen las amenazas contra la seguridad alimentaria mundial.

“Estas dos estrategias son el resultado extraordinario de nuestro esfuerzo colectivo”, dijo al Consejo el Sr. QU Dongyu, Director General de la FAO.

“La Estrategia sobre el cambio climático guiará a la FAO a la hora de prestar un mayor apoyo a los Miembros en sus aspiraciones de abordar el cambio climático en los sistemas agroalimentarios y en la aplicación del Acuerdo de París”, dijo el Director General. “La Estrategia para la ciencia y la innovación beneficiará a los miles de millones de pequeños productores y sus familias que necesitan urgentemente lo mejor de la ciencia, la tecnología y la innovación disponibles para desempeñar su función en la transformación de nuestros sistemas agroalimentarios”.

Las dos estrategias temáticas tratan la totalidad del sistema agroalimentario, que comprende el recorrido que hacen los alimentos desde la explotación agrícola hasta la mesa, incluidos los momentos en que se cultivan, pescan, cosechan, procesan, envasan, transportan, distribuyen, comercializan, adquieren, preparan, consumen y eliminan. Los sistemas agroalimentarios engloban asimismo productos no alimentarios, como los derivados de la silvicultura y la acuicultura, e incluyen la gestión sostenible y la conservación de los ecosistemas conexos, así como todas las actividades, inversiones y decisiones que contribuyen a que los productos alimentarios y agrícolas que necesitamos lleguen hasta nosotros.

Cambio climático

La tierra y los ecosistemas acuáticos resilientes y productivos constituyen los cimientos de los sistemas agroalimentarios sostenibles. 

Los últimos datos científicos aportados por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas confirman los riesgos climáticos inequívocos y sin precedentes a los que se enfrenta el planeta debido a la intensificación de las olas de calor, las intensas precipitaciones y sequías, los incendios y los ciclones tropicales.

El aumento de los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos ya ha causado daños económicos, ha expuesto a millones de personas a una inseguridad alimentaria aguda y ha reducido la seguridad del abastecimiento de agua. Los pequeños Estados insulares en desarrollo (PEID) corren un especial riesgo debido al aumento de la temperatura de los océanos, su acidificación y la subida del nivel del mar.

Dados los efectos ya tangibles de los fenómenos meteorológicos extremos en la seguridad alimentaria, la nutrición y la pobreza, “la urgencia de abordar el cambio climático ha aumentado considerablemente”, tal como se dijo al Consejo.

Los sistemas agroalimentarios mundiales son responsables de aproximadamente una tercera parte de todas las emisiones de gases de efecto invernadero y son una de las principales víctimas del cambio climático. La Estrategia de la FAO sobre el cambio climático para 2022-2031 los presenta como parte de la solución.

Se contemplan unos sistemas agroalimentarios sostenibles, inclusivos, resilientes, capaces de adaptarse al cambio climático y sus efectos y que contribuyen a economías con bajas emisiones, al tiempo que proporcionan alimentos suficientes, inocuos y nutritivos para mantener dietas saludables, así como otros productos y servicios agrícolas, para las generaciones presentes y futuras, sin dejar a nadie atrás.

La estrategia pretende abordar una amplia variedad de desafíos relacionados entre sí como son, entre otros, la pérdida de biodiversidad, la desertificación, la degradación de la tierra y el entorno, la necesidad de energías accesibles y renovables, y la seguridad alimentaria e hídrica.

Se organiza en torno a tres pilares: i) planos mundial y regional (fortalecimiento de las políticas y la gobernanza mundiales y regionales sobre el clima); ii) plano nacional (desarrollo de las capacidades de los países en cuanto a la acción por el clima); iii) plano local (ampliación de la acción por el clima sobre el terreno).

Entre los principios que la guían figuran empoderar y hacer participar a los agricultores, los criadores de ganado, los pescadores, los acuicultores, los pueblos indígenas y las personas que dependen de los bosques, adoptar tanto las buenas prácticas tradicionales como las innovaciones y aprovechar datos objetivos de base científica.

La Estrategia se fundamenta en la ciencia, da prioridad a las soluciones innovadoras y la inclusión, y reconoce la importancia de ampliar tanto la financiación como la inversión.

Ciencia e innovación

La FAO considera que la ciencia y la innovación son una poderosa fuerza motriz para transformar los sistemas agroalimentarios y erradicar el hambre y la malnutrición. Pero deben ir acompañadas de instituciones sólidas, buena gobernanza, voluntad política, marcos regulatorios propicios y medidas eficaces para promover la equidad entre sus agentes.

Se han dado grandes pasos en una serie de ámbitos científicos y tecnológicos, entre ellos la biotecnología, el análisis de datos y las técnicas nucleares aplicadas a la alimentación y la agricultura. Están aumentando las asociaciones entre los sectores público y privado en materia de investigación y desarrollo. Al mismo tiempo, la concentración del mercado ha acrecentado las preocupaciones sobre el acceso desigual a los recursos y los conocimientos, tanto entre los países como dentro de los diversos grupos sociales.

Los desafíos a la hora de aprovechar la ciencia y la innovación en favor de los sistemas agroalimentarios van de la insuficiente inversión en investigación hasta las deficiencias en el uso de la ciencia y los datos objetivos para adoptar decisiones.

La Estrategia de la FAO para la ciencia y la innovación se apoya en tres pilares: i) fortalecimiento de la adopción de decisiones basadas en datos científicos y objetivos; ii) apoyo a la innovación y la tecnología a nivel regional y nacional; iii) refuerzo de las capacidades de la FAO para prestar servicios más adecuados a los Miembros.

Lograr la visión de la Estrategia significa que todos los países tienen acceso a la ciencia y la innovación que necesitan para superar los complejos desafíos sociales, económicos y medioambientales a los que se enfrentan sus sistemas agroalimentarios. Lograr esta visión de una manera equitativa, inclusiva y sostenible a escala mundial exige una participación activa de las partes interesadas infrarrepresentadas, como las mujeres y los jóvenes.

Ambas estrategias temáticas se pondrán en práctica mediante planes de acción y deberán ser objeto de un examen de mitad de período por el Consejo cinco años después de su aprobación.

Contactos

Nicholas Rigillo Oficina de Prensa, FAO [email protected]

Oficina de Prensa, FAO (+39) 06 570 53625 [email protected]