G-20: la FAO insta a los ministros de finanzas y los gobernadores de los bancos centrales a apoyar el Fondo de Financiación de las Importaciones de Alimentos

El Sr. QU Dongyu, Director General, advierte de la doble carga que soportan al mismo tiempo los sistemas agroalimentarios mundiales: la presencia de agricultores pobres y la falta de disponibilidad de alimentos

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Incluso antes del conflicto, los precios de los productos alimenticios internacionales registraban un nivel sin precedentes, principalmente debido a las perturbaciones de las cadenas de suministro alimentario, pero también como consecuencia del aumento acusado de los precios de la energía y los insumos agrícolas.

©FAO/C. Marinheiro

15/07/2022
Roma/Nusa Dua (Indonesia) - El Sr. QU Dongyu, Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), subrayó hoy, ante los ministros de finanzas y gobernadores de los bancos centrales del Grupo de los Veinte (G-20), la creciente crisis de seguridad alimentaria y nutrición a la que se enfrenta el mundo. Tras destacar los datos de la última edición del informe El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo (SOFI) de la FAO y sus asociados, el Sr. QU señaló que en 2021 hasta 828 millones de personas padecían hambre crónica. Esto representa un aumento de 46 millones de personas con respecto a 2020 y de 150 millones en comparación con 2019, antes de la pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID‑19). En torno a 2 300 millones de personas en el mundo se encontraban afectadas por la inseguridad alimentaria moderada o grave en 2021, es decir, 350 millones de personas más que en 2019.

Estas duras cifras representan la situación antes del inicio de la guerra de Ucrania, que ha agravado la situación, en particular para los pobres y los más vulnerables, recalcó el Sr. QU. La Federación de Rusia y Ucrania son importantes actores de los mercados mundiales de alimentos y fertilizantes, y la guerra tiene múltiples consecuencias que afectan al comercio, los precios y los medios de vida.

Estos factores “seguirán afectando a la seguridad alimentaria y la nutrición de muchos países en los meses y años venideros”, advirtió.

Incluso antes del conflicto, los precios de los productos alimenticios internacionales registraban un nivel sin precedentes, principalmente debido a las perturbaciones de las cadenas de suministro alimentario, pero también como consecuencia del aumento acusado de los precios de la energía y los insumos agrícolas.

El índice de precios de los alimentos más reciente de la FAO, publicado el 8 de julio, disminuyó levemente por tercer mes consecutivo y registró un promedio de 154,2 puntos en junio de 2022 en comparación con su máximo de 160 puntos alcanzado en marzo de 2022. Entre los factores impulsores del aumento de los precios figuran los siguientes: una fuerte demanda mundial a causa de la recuperación; condiciones meteorológicas adversas en algunos países productores; altos precios de producción y transporte, y perturbaciones en las cadenas de suministro debido a la COVID-19, que ahora han empeorado por la guerra en curso.

La guerra afecta al mercado de fertilizantes

La guerra también tiene repercusiones en el mercado de fertilizantes, ya que la Federación de Rusia es un exportador clave de este producto. Unos 15 importadores netos de fertilizantes de América Latina, Europa y Asia tienen una dependencia de las importaciones de fertilizantes rusos superior al 30 %. Entre ellos se encuentran el Brasil, la India y la Unión Europea, importantes productores agrícolas y actores fundamentales de los mercados mundiales, afirmó el Sr. QU.

Aunque los precios de los alimentos en el mercado minorista son elevados, el acusado aumento de los precios de los insumos agrícolas, como piensos, fertilizantes, plaguicidas y combustible, han perjudicado los ingresos de los agricultores y han dado lugar a un descenso de la producción.

“Esto podría suponer una doble carga para los sistemas agroalimentarios mundiales, ya que nos dejaría con agricultores pobres y, al mismo tiempo, sin alimentos disponibles”, observó el Director General de la FAO.

La FAO propone una iniciativa relativa a las importaciones de alimentos

Frente a esta situación, el Sr. QU instó a los ministros de finanzas y los gobernadores de los bancos centrales del G-20 a apoyar la iniciativa de la FAO de crear un fondo destinado a ayudar a 62 de los países más vulnerables a cubrir los costos de sus importaciones de alimentos ante la actual crisis de la seguridad alimentaria mundial.

El Fondo de Financiación de las Importaciones de Alimentos (FFIA), propuesto por la FAO a principios de este año, “ayudará a los países a financiar sus compras de alimentos a fin de reducir al mínimo el riesgo de malestar social. Con el apoyo de ustedes, podrían ponerlo en marcha los principales organismos financieros multilaterales en el marco de su mecanismo financiero de balanza de pagos”, manifestó el Sr. QU en una declaración pronunciada en la reunión organizada por Indonesia.

El costo de las importaciones de alimentos de 62 países, que son importadores netos de alimentos de los grupos de ingresos bajos y medianos bajos, ha aumentado a 24 600 millones de USD. Esto afecta a 1 790 millones de personas, según estimaciones de la FAO.

El FFIA también tiene por objeto incrementar la producción y la productividad agrícolas mundiales de manera sostenible. Complementaría los mecanismos existentes en el sistema de las Naciones Unidas, se basaría estrictamente en las necesidades urgentes y se limitaría a los países importadores netos de alimentos de ingresos bajos y medianos bajos. Asimismo, el FFIA está pensado para incrementar la resiliencia futura, ya que a los países que reúnen las condiciones se les pediría que se comprometieran a invertir en mayor medida en sistemas agroalimentarios sostenibles.

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