El hambre y la malnutrición se intensifican por la crisis climática y el conflicto en Sudán del Sur

La proporción de personas que sufren inseguridad alimentaria aguda grave se encuentra en el nivel más alto registrado y supera incluso los niveles observados durante los conflictos de 2013 y 2016

FAO

Las inundaciones sin precedentes que vienen afectando hace varios años y de manera generalizada al país están empeorando los niveles ya altos de hambre causados por los conflictos actuales y la crisis mundial de alimentos. Las partes centrales del país —las más afectadas por estas inundaciones— son las zonas con los niveles más elevados de inseguridad alimentaria.

©FAO/Mayak Akuot

03/11/2022
Yuba – Las Naciones Unidas advirtieron hoy de que el hambre y la malnutrición están aumentando en las zonas de Sudán del Sur afectadas por las inundaciones, la sequía y el conflicto y de que es probable que algunas comunidades se enfrenten a la inanición si no se mantiene la asistencia humanitaria y se amplían las medidas de adaptación al cambio climático.

En la última Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF), publicada hoy, se pone de manifiesto que alrededor de dos terceras partes de la población sursudanesa —esto es, 7,76 millones de personas— probablemente se enfrenten a la inseguridad alimentaria aguda durante el período de escasez comprendido entre abril y julio de 2023, y 1,4 millones de niños sufrirán malnutrición.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA) advierten de que la proporción de personas que se enfrentan a niveles elevados de inseguridad alimentaria (Fase 3 [crisis] o superior de la CIF) y malnutrición se encuentra en el nivel más alto registrado jamás y supera incluso los niveles observados durante los conflictos de 2013 y 2016. El deterioro de la seguridad alimentaria y la elevada prevalencia de la malnutrición se relacionan con una combinación de conflictos, condiciones macroeconómicas deficientes, fenómenos climáticos extremos y un incremento vertiginoso de los costos de los alimentos y el combustible. Al mismo tiempo, se ha reducido la financiación destinada a los programas humanitarios a pesar del aumento constante de las necesidades humanitarias.

“Hemos estado trabajando en la prevención de la hambruna todo el año y hemos evitado las peores consecuencias, pero esto no basta”, advirtió la Sra. Makena Walker, Directora en funciones del PMA en Sudán del Sur. “Sudán del Sur está en la primera línea de la crisis climática y día tras día las familias están perdiendo sus hogares, ganado, tierras y esperanza debido a las condiciones meteorológicas extremas. Sin asistencia alimentaria humanitaria, millones de personas más se encontrarán en una situación cada vez más alarmante y no podrán proporcionar ni los alimentos más básicos a sus familias”.

Las inundaciones sin precedentes que vienen afectando hace varios años y de manera generalizada al país están empeorando los niveles ya altos de hambre causados por los conflictos actuales y la crisis mundial de alimentos. Las partes centrales del país —las más afectadas por estas inundaciones— son las zonas con los niveles más elevados de inseguridad alimentaria.

“En particular, se necesita apoyo a los medios de vida para facilitar la autosuficiencia de Sudán del Sur en la producción de alimentos. Sabemos que es posible, ya que se produjeron alrededor de 840 000 toneladas de cereales en 2021, un año difícil debido al cambio climático, las inundaciones, los conflictos y otros factores. Habida cuenta del actual déficit de cereales de 541 000 toneladas, se precisan inversiones urgentes en los medios de vida rurales a fin de aumentar la producción y la autosuficiencia”, señaló el Sr. Meshack Malo, Representante de la FAO en Sudán del Sur.

Si bien ha habido mejoras marginales de la seguridad alimentaria en algunas partes del país, la crisis nutricional en Sudán del Sur se está intensificando. Todos los condados menos uno muestran un deterioro de su situación nutricional hasta junio de 2023, incluidos 44 condados en los que la situación se considera crítica.

“Durante los últimos tres años, las inundaciones han afectado gravemente a un número cada vez mayor de personas en todo Sudán del Sur”, declaró el Sr. Jesper Moller, Representante en funciones de UNICEF en Sudán del Sur. “Entre los afectados, encontramos cada vez a más niños que sufren inseguridad alimentaria y malnutrición, hecho que la comunidad internacional no puede ignorar. Para proteger eficazmente a los niños frente a los efectos del cambio climático debemos asegurarnos de que hacemos llegar a los niños más vulnerables un conjunto básico de intervenciones multisectoriales relacionadas con los servicios sociales”.

“El informe de la CIF es el producto de meses de recopilación y análisis de datos en los que han participado el Gobierno, organismos de las Naciones Unidas, organizaciones no gubernamentales y otros asociados”, añadió la Sra. Sara Beysolow Nyanti, Coordinadora Residente y de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas en Sudán del Sur. “Es fundamental contar con datos de calidad como estos para formular planes de respuesta humanitaria que contribuyan a satisfacer las necesidades de las personas del país y estas cifras indican que los habitantes de Sudán del Sur necesitan apoyo más que nunca. Es imprescindible que recibamos los recursos prometidos por los donantes para 2023 de modo que podamos evitar que empeore la situación humanitaria en el país”.

Es urgente movilizar recursos en los próximos meses para la respuesta humanitaria de 2023 en Sudán del Sur o los organismos no podrán prestar asistencia humanitaria de forma anticipada y a tiempo para el próximo año, lo que expondría a millones de familias al riesgo de sumirse aún más en el hambre.



Notas para los editores:

Durante el período de escasez comprendido entre abril y julio de 2023, 7,76 millones de personas se enfrentarán a la inseguridad alimentaria aguda grave. Esto incluye 2,9 millones de personas que, según las previsiones, estarán al borde de la inanición (Fase 4 de la CIF) y otras 43 000 que se prevé que sufran niveles catastróficos (Fase 5 de la CIF) de inseguridad alimentaria aguda. Durante el período de escasez de 2023, habrá 47 condados en los que la mayoría de la población se encontrará en situación de emergencia (Fase 4 de la CIF).

En los estados de Jonglei y Unidad es probable que el 74 % y el 77 %, respectivamente, de sus poblaciones estén en la Fase 3 (crisis) o superior de la CIF y habrá grupos de población que experimentarán niveles catastróficos de inseguridad alimentaria aguda (Fase 5 de la CIF) en el período de abril a julio de 2023.

Entretanto, Ecuatoria Oriental, en el sudeste del país, ha registrado el deterioro más significativo de la seguridad alimentaria de los condados de Sudán del Sur afectados por la sequía en el Cuerno de África. Las condiciones secas han arraigado en la extensa región de Kapoeta y han diezmado los medios de vida debido a la pérdida de cosechas y la muerte de ganado.

Estas cifras de la CIF se basan en la suposición de que las personas seguirán recibiendo asistencia alimentaria humanitaria a lo largo del período de escasez de 2023. Sin esta asistencia alimentaria, los datos podrían ser considerablemente peores. Conviene señalar también que, debido a la falta de seguridad, no se pudo estudiar el condado de Panyikang, en el estado del Alto Nilo, una zona con niveles de inseguridad alimentaria históricamente elevados.

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