Nuevo récord acuícola ofrece una forma de acabar con el hambre sin dañar el medio marino

Entrevista con el Sr. Manuel Barange, Director de la División de Pesca y Acuicultura de la FAO, sobre el informe El estado mundial de la pesca y la acuicultura 2024

Manuel Barange, Director de la División de Pesca y Acuicultura de la FAO.

©FAO/Luis Tato

07/06/2024

Roma- La edición de 2024 del informe El estado mundial de la pesca y la acuicultura (SOFIA), un análisis exhaustivo que se publica cada dos años, revela un importante punto de inflexión. Por primera vez, la producción acuícola ha superado a la pesca de captura como fuente principal de productos derivados de animales acuáticos. Este logro constituye una prometedora vía para hacer frente al hambre mundial y al mismo tiempo salvaguardar nuestros océanos.

En una entrevista con el Sr. Manuel Barange, responsable de la División de Pesca y Acuicultura de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), nos adentramos en las perspectivas más recientes que ofrece este informe histórico.

El Sr. Barange arroja luz sobre las consecuencias de este hito y describe cómo se vinculan con la visión de la “Transformación azul” de la FAO. También analiza estrategias para aumentar la sostenibilidad de los recursos y la producción en las regiones en desarrollo, abordando directamente la cuestión crítica de la seguridad alimentaria. Asimismo, aborda en profundidad los cambios en los hábitos de los consumidores, haciendo hincapié en la importancia de las prácticas sostenibles para garantizar un suministro de alimentos a largo plazo.

El experto también subraya la función del informe SOFIA como catalizador de la acción internacional, que consolida el compromiso de la FAO de impulsar un cambio transformador en el sector de los alimentos acuáticos.

¿Cuál es la principal conclusión de esta edición de SOFIA y por qué es importante?

La principal conclusión del informe es que la producción de productos de origen animal acuático alcanzó un récord mundial de 185 millones de toneladas en 2022. Esto es más de un 4 % más que en 2020, de lo cual se avisó en el informe SOFIA anterior.

Sin embargo, el mensaje principal es que la acuicultura representa actualmente el 51 % de esa producción. Por primera vez, la acuicultura ha superado a la pesca de captura como el principal productor de alimentos y productos acuáticos.

Este es un excelente resultado, ya que significa que podemos seguir incrementando la producción de alimentos acuáticos sin aumentar las repercusiones en el entorno marino, puesto que menos del 40 % de la acuicultura se produce en aguas marinas.

Dado que hay 735 millones de personas que padecen hambre, reducir este número con rapidez es fundamental. Tenemos que producir más alimentos y mejorar el acceso a ellos, y la acuicultura ofrece una forma de hacerlo eficazmente. Es importante señalar que el crecimiento de la acuicultura no obedece a una reducción de la pesca de captura; la producción de la pesca de captura se ha mantenido estable a escala mundial durante 30 años. En cambio, la acuicultura viene creciendo a un ritmo anual del 5 % desde principios de siglo, por lo que resulta un gran instrumento para combatir el hambre y la pobreza, utilizando al mismo tiempo los recursos naturales de forma sostenible.

¿Qué países lideran actualmente la producción acuícola mundial y qué se puede hacer para mejorar la acuicultura sostenible en los países o regiones de bajos ingresos?

Aunque la acuicultura está experimentando un rápido crecimiento mundial, existe un importante desequilibrio geográfico. Aproximadamente el 90 % de la producción animal está concentrada en Asia. De hecho, seis de los 10 principales productores se encuentran en este continente, a saber, China, Indonesia, la India, Viet Nam, Bangladesh y Filipinas.

Entretanto, África representa solo el 1,9 % de la producción animal acuícola mundial. Esta es una importante esfera de atención en el futuro, ya que aumentar la producción es esencial para mantener las tasas de consumo de alimentos acuáticos en regiones con poblaciones en aumento.

¿Cómo se logra esto? Seguimos una estrategia clara. Al colaborar con los países, evaluamos el marco jurídico y el entorno normativo para apoyar el desarrollo industrial. Y al colaborar con el sector privado, buscamos atraer inversiones. Mediante iniciativas de fomento de la capacidad se garantiza la transferencia de conocimientos técnicos al país, mientras que con los países y los organismos de financiación se coordina el desarrollo de la infraestructura, por ejemplo, redes de seguridad para el control de enfermedades y consideraciones ambientales.

Este enfoque integral es un proceso gradual y no una solución inmediata, pero con el tiempo genera resultados muy satisfactorios. Por ejemplo, Zambia ha incrementado su producción de pescado de unas 12 000 toneladas a 80 000 toneladas en apenas un decenio, lo que demuestra la eficacia de este enfoque.

¿Cómo ha cambiado el consumo mundial de alimentos derivados de animales acuáticos en los últimos decenios, y qué significa esto para la lucha contra el hambre?

Esto es fundamental, por una parte, porque sabemos que los alimentos acuáticos son muy importantes para la nutrición, no solo en cuanto a su aporte de proteínas, sino especialmente en lo que respecta a los micronutrientes biodisponibles. Esto ha ido adquiriendo un reconocimiento cada vez mayor en el tiempo. Pero en la década de 1960, cada uno de nosotros consumía, en promedio, unos 9 kg de alimentos derivados de animales acuáticos al año. En 2022 el consumo ascendía a 20,7 kg, por lo que en estos pocos decenios se ha duplicado con creces, a pesar de que la población mundial ha aumentado al mismo tiempo de 3 000 a casi 8 000 millones de personas.

Esto es muy importante porque, sin esos alimentos acuáticos, no obtenemos la nutrición que necesitamos. Los alimentos acuáticos son la mejor solución basada en la naturaleza. En su mayoría, no necesitan que les demos agua ni alimento. Y sin esos alimentos derivados de animales acuáticos, tendríamos que ejercer más presión en los sistemas terrestres, que ya están sometidos a presiones importantes. Pero analizamos la situación desde un enfoque de sistemas. No se trata solo de alimentos acuáticos o terrestres. Se trata de utilizar nuestros recursos para garantizar que a través de su uso y su producción adecuada, con el tiempo, eliminemos el hambre y la malnutrición.

Otro tema importante que se aborda en SOFIA es la sostenibilidad de las poblaciones marinas. ¿Qué perspectivas se aportan sobre esta cuestión?

Esta es una de las esferas de trabajo más difíciles. En el informe SOFIA se muestra que el 62,3 % de las poblaciones que capturamos se explotan de forma sostenible, lo que significa que casi el 40 % no se obtienen sosteniblemente. La explotación insostenible significa que extraemos más de lo que la población puede reponer, lo que provoca el agotamiento progresivo de estas poblaciones.

Tenemos un problema considerable, no solo porque muchas poblaciones no se explotan sosteniblemente, sino porque la tendencia está empeorando gradualmente con el tiempo. No obstante, sabemos que las poblaciones más grandes y abundantes, que llegan a los mercados en mayores volúmenes, suelen proceder de fuentes más sostenibles. Por ejemplo, en la actualidad, el 75 % de todas las especies de atún actualmente se explotan de manera sostenible, frente al 40 % de hace una década. También tenemos resultados satisfactorios en varias regiones. En el Atlántico nororiental, solo el 25 % de las poblaciones eran sostenibles en el año 2000 y ahora el 74 %. Además, el 93 % de las poblaciones de los Estados Unidos de América se explotan de forma sostenible. Estos son ejemplos que demuestran que la gestión eficaz funciona y genera resultados positivos. Debemos garantizar la ampliación de estos resultados satisfactorios, asegurando que se adopten a escala mundial, para que las reservas actualmente insostenibles puedan ser sostenibles con el tiempo.

Los problemas de sostenibilidad suelen derivarse de problemas de gobernanza, y las causas son complejas y polifacéticas. En algunos casos, se deben a la falta de voluntad política; en muchos otros, obedecen a una infraestructura inadecuada. La gestión de las poblaciones es costosa: requiere barcos, instituciones y capacidad científica, de los cuales algunos países carecen.

La labor que la lleva a cabo la FAO ayuda a los países a elaborar sistemas adecuados de recopilación y gestión de datos. Esto incluye compartir software para recopilar datos pertinentes, aprender a utilizar esos datos para analizar y evaluar el estado de las poblaciones, y posteriormente aplicar medidas para gestionarlas con eficacia.

¿Cuáles son las tendencias previstas para la producción y el consumo de animales acuáticos?

En el informe se facilitan hipótesis de lo que cabe esperar que suceda hasta el año 2032. Según las previsiones, para ese momento la producción del sector crecerá en un 10 %. Este crecimiento permitirá que la tasa de consumo aumente a 21,3 kg por persona al año, frente a los 20,7 kg de 2022. Esto representaría un logro importante, ya que se alcanzaría a medida que crece la población mundial.

No tenemos proyecciones hasta 2050, pero el informe contiene un análisis que muestra que aunque deseemos mantener las tasas actuales de consumo per cápita, para 2050, el sector deberá crecer un 25 % a escala mundial para seguir el ritmo del crecimiento de la población. Esta es la cifra mundial, pero solo en África la producción tendrá que crecer un 75 %, ya que es la región con el mayor crecimiento demográfico previsto.

Esto pone de relieve la necesidad de adoptar medidas y enfoques específicos. Si bien hay algunos resultados satisfactorios prometedores a gran escala, existen también desafíos considerables para alimentar a los 9 700 millones de habitantes que se espera que habrá en el mundo en 2050. Debemos colaborar, asegurando que dispongamos tanto de los elementos técnicos como de la voluntad política. Sabemos lo que se necesita, y estamos seguros de que tenemos los conocimientos técnicos para lograrlo si contamos con el apoyo de la voluntad política y la acción concertada.

¿Qué nos dice el informe sobre los medios de vida de las personas que dependen del sector?

En el informe se señala que aproximadamente 62 millones de personas participan de manera directa en el sector de la pesca y la acuicultura. Estos son los que directamente van a pescar, pero si incluimos el subsector de elaboración, el subsector de subsistencia y a las personas que dependen de ellos, estimamos que actualmente unos 600 millones de personas dependen de la pesca y la acuicultura para obtener sus medios de vida.

Otro aspecto notable es la dinámica de género en el sector pesquero. Aunque solo una cuarta parte de las personas que participan de manera directa en la pesca son mujeres, más del 60 % de las personas trabajan en las actividades posteriores a la captura en la cadena de valor son mujeres. Comprender estos desequilibrios de género es crucial para entender la dinámica del sector y formular soluciones específicas.

En el plano económico, el informe destaca que el comercio de alimentos acuáticos ha alcanzado un máximo histórico de 195 000 millones de USD, lo que representa un aumento del 19 % en comparación con los niveles anteriores a la pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID‑19). Esto indica no solo la recuperación de la pandemia, sino también un crecimiento sustancial, que ha beneficiado especialmente a los países de ingresos medianos y bajos. De hecho, los beneficios económicos netos derivados de los alimentos acuáticos para los países de ingresos bajos y medianos superan a los generados por todos los restantes productos básicos agrícolas combinados. Esto subraya la gran importancia económica de los alimentos acuáticos y pone de manifiesto la necesidad de garantizar su sostenibilidad, tanto ahora como en el futuro.

Esta edición del informe tiene el subtítulo Blue Transformation in Action (Transformación azul en acción). ¿En qué consiste la Transformación azul de la FAO y qué ha logrado hasta la fecha?

La Transformación azul de la FAO es una visión basada en las transformaciones que están teniendo lugar en el sector de los alimentarios acuáticos, como lo demuestra el rápido desarrollo de la acuicultura. Su finalidad es incrementar la eficacia y la repercusión de estas transformaciones en la lucha contra el hambre y la pobreza.

Estos son los tres objetivos principales de la Transformación azul de la FAO. El primero es que la acuicultura siga creciendo de forma sostenible, con una meta de crecimiento del 35 % de aquí a finales de esta década. El segundo es mejorar la ordenación pesquera, ya que, si bien la pesca de captura mantiene una buena producción, la sostenibilidad sigue siendo motivo de preocupación. Tenemos el objetivo de garantizar que la totalidad de la pesca en el entorno marino y las aguas continentales cumpla con medidas adecuadas de ordenación pesquera. El tercer objetivo es desarrollar las cadenas de valor de los alimentos acuáticos. No se trata solo de lo que se captura o cultiva, sino de lo que se hace con eso: reducir las pérdidas, añadir valor al producto y facilitar el acceso a los mercados y los consumidores. Todo ello forma parte de un paquete de lo que pensamos que se debe hacer para conseguir que el sector contribuya más a eliminar el hambre y la pobreza.

En lo que respecta a los resultados satisfactorios de la Transformación azul, en la acuicultura, por ejemplo, actualmente prestamos apoyo a más de 40 países sobre cómo desarrollar adecuadamente la acuicultura, mediante el apoyo a la elaboración de políticas, la transferencia de información de inteligencia e innovación, el fomento de la capacidad y la ayuda para que puedan atraer inversiones en el sector.

Uno de nuestros logros recientes es acordar nuevas directrices para la acuicultura sostenible con todos los Miembros de la FAO. Estas directrices definen las prácticas necesarias para garantizar la sostenibilidad a largo plazo del sector y forma la base de nuestro futuro apoyo a los países.

El Programa Nansen es un pilar de la labor de la FAO relativa a la pesca sostenible. Es una de las iniciativas más antiguas en este ámbito y actualmente funciona en 32 países de África y el Golfo de Bengala. A través de este programa, un barco de investigación se dedica a estudiar el agua de estos países y aporta datos científicos fundamentales a los países que respaldan las decisiones relacionadas con la gestión de los recursos. Este programa de larga data de la FAO funciona desde hace casi 50 años, gracias a la generosa financiación de Noruega.

También colaboramos con otras organizaciones de las Naciones Unidas, en especial con la Organización Mundial del Comercio, a fin de aplicar acuerdos sobre subvenciones pesqueras, con lo que se garantiza que el pescado que llega a los mercados sea legal y tenga precios justos basados en normas universalmente acordadas. De modo similar, trabajamos con la Organización Mundial de la Salud para sensibilizar a los consumidores sobre el valor de los alimentos acuáticos más allá de la seguridad alimentaria. Hacemos hincapié en la función que desempeñan en la seguridad nutricional, ya que los alimentos acuáticos constituyen una fuente esencial de micronutrientes.

A la luz de las conclusiones del informe, ¿cuáles son los próximos pasos?

Cada dos años, el informe SOFIA sirve de referencia para evaluar nuestros progresos. Dada la larga historia de publicación del informe, podemos observar cómo diversas intervenciones han incidido en estas tendencias.

El subtítulo de SOFIA es Blue Transformation in Action. Con el tiempo, nuestro análisis de datos, respaldado por el consenso de los Miembros de la FAO, las conferencias regionales y los asociados, indica que tenemos una necesidad urgente y esencial de llevar a cabo la Transformación azul. Asimismo, existe un entendimiento común de los principios técnicos que sustentan la transformación.

El informe SOFIA contribuye a aclarar estos principios y realizar un seguimiento de nuestros avances para atenernos a ellos. En los próximos años, utilizaremos esto como base para la formulación de nuestros programas de trabajo mundiales, regionales y nacionales. Al ser el principal organismo de las Naciones Unidas en el sector, constituimos la principal fuente de información sobre la situación, la dinámica y las tendencias del sector, de la cual dependen los países y los asociados.

También facilitamos las negociaciones entre los países y las regiones sobre asuntos relacionados con la pesca y la acuicultura. Nuestro amplio programa de desarrollo de la capacidad ayuda a los países a traducir las intervenciones en medidas de políticas y trabajos sobre el terreno, a colaborar con el sector privado y a conseguir beneficios para los consumidores.

Este enfoque integral es ahora ampliamente reconocido y comprendido, y el informe SOFIA nos permite avanzar en las intervenciones con eficacia.

Esta entrevista ha sido editada por razones de longitud y claridad

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Para obtener más información sobre este tema:

La labor de la FAO en materia de pesca y acuicultura

Comunicado de prensa: SOFIA, 2024

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