Tigré: se acaba el tiempo para evitar que se llegue a un nivel preocupante de inseguridad alimentaria

Los agricultores necesitan ayuda urgente para poder sembrar en las próximas semanas

FAO

Agricultores cargan sacos de semillas provistos por la FAO en un centro de distribución, en la aldea de Mai-Mekden, en la región etíope de Tigré.

©FAO/Michael Tewelde

22/06/2022
Roma — Los agricultores de algunas zonas del norte de Etiopía se enfrentan al grave peligro de perder la temporada de siembra principal (de junio a agosto) si no reciben ayuda urgente de la comunidad internacional para la siembra, lo que deterioraría aún más la ya de por sí grave situación de inseguridad alimentaria de la región.

Con unas perspectivas de precipitaciones favorables, la temporada ofrece una oportunidad crucial y rentable para mejorar la disponibilidad de alimentos en toda la región. La mayoría de los agricultores de Tigré ya han acabado de preparar las tierras y están esperando la llegada de las lluvias. Sin embargo, el acceso limitado a los insumos agrícolas, especialmente a los fertilizantes y las semillas, supone una gran amenaza para la temporada.

La FAO y sus asociados del Grupo de Agricultura están tratando de movilizar 96 millones de USD de manera inmediata, aprovechando principalmente la oportunidad que ofrece el Gobierno de Etiopía de comprar fertilizantes a precio de costo.

En los últimos meses, la FAO y sus asociados han movilizado 11 millones de USD, lo cual cubre apenas el 10 % de las necesidades de fertilizantes y deja un déficit de 85 millones de USD.

La FAO y sus asociados también están explorando vías para poner a disposición de los agricultores 60 000 toneladas de fertilizantes y semillas producidas localmente (4 000 toneladas de semillas, el 8 % de las necesidades totales). Dada la brevedad del período de siembra (que va de finales de junio a agosto), la primera prioridad debe ser el fertilizante, que se aplica entre tres y cuatro semanas después de sembrar.

“Nunca se insistirá lo suficiente en la importancia de respaldar la producción de alimentos en Tigré. Es muy poco probable que la región pueda producir suficientes alimentos para su población si no cuenta con las semillas y los fertilizantes adecuados. Cada dólar invertido ahora en la producción de alimentos tiene un efecto multiplicador y genera cuatro o siete dólares en alimentos. Por otro lado, aportar ayuda alimentaria en una etapa posterior sería mucho más caro. Al mismo tiempo, la FAO aboga por aumentar el apoyo financiero, material y técnico a otras zonas afectadas por el conflicto, como Amhara y Afar. El acceso a estas zonas es bastante más fácil, pero el apoyo material no ha sido el adecuado”, afirmó David Phiri, Representante interino de la FAO en Etiopía.

Si se presta esa ayuda a tiempo para la temporada de siembra meher, las familias podrán cosechar y empezar a consumir alimentos básicos en octubre de 2022. Para una buena parte de los hogares, esas cosechas cubrirían sus necesidades alimentarias durante al menos seis meses y, en el mejor de los casos, hasta la siguiente cosecha, con excedentes para vender. Las verduras producidas fuera de la temporada reforzarían aún más su seguridad alimentaria.

Sin estos insumos, las próximas cosechas no llegarían antes de octubre de 2023, lo que prolongaría la temporada de hambruna un año más y aumentaría aún más las necesidades alimentarias humanitarias.

“Estamos en el momento crucial de la temporada de siembra. Hay una pequeña oportunidad para evitar el hambre aguda, para lo que se requiere apoyar la producción local, lo cual evitaría también un potencial aumento de las necesidades alimentarias humanitarias durante el próximo año —aseguró Rein Paulsen, Director de la Oficina de Emergencias y Resiliencia de la FAO—. Una temporada de siembra próspera también respaldará las iniciativas de recuperación y el retorno sostenible de las familias desplazadas y asegurará el suministro de alimentos en las zonas urbanas”.

En 2021, los agricultores de Tigré produjeron 900 000 toneladas de alimentos básicos, lo que supone el 40 % de la producción normal y equivale a entre siete y ocho meses de las necesidades anuales de cereales para la región. Debido a lo limitado de la ayuda humanitaria y la oferta comercial, los cultivos de secano y las hortalizas de regadío han sido fundamentales para la supervivencia de las familias rurales de Tigré, entre las que se incluyen unos 1,8 millones de desplazados internos, de los que aproximadamente el 60 % residen en comunidades de acogida.

La producción de 2021 fue posible gracias a que los agricultores contaron con semillas mejoradas y fertilizantes proporcionados por el Gobierno y los asociados del Grupo de Agricultura.

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