Es el momento para transformar los sistemas agroalimentarios en respuesta a las múltiples perturbaciones y el empeoramiento de la seguridad alimentaria
El Director General de la FAO expone los pasos necesarios para hacer que los sistemas agroalimentarios sean más eficientes, inclusivos, resilientes y sostenibles en un acto ministerial en Nueva York
El Director General de la FAO QU Dongyu se dirige a la reunión ministerial “Seguridad alimentaria mundial: llamamiento a la acción” en las Naciones Unidas en Nueva York.
©FAO / Bryan R. Smith
18/05/2022
Nueva York – El Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Sr. QU Dongyu, realizó hoy un llamamiento urgente a la transformación de los sistemas agroalimentarios a fin de hacerlos más inclusivos, económicamente viables y resilientes a múltiples perturbaciones, así como para producir más y mejor con repercusiones menos negativas para el medio ambiente.
El Sr. QU pronunció un discurso en una reunión ministerial celebrada en las Naciones Unidas en Nueva York titulada “Seguridad alimentaria mundial: llamamiento a la acción”.
“Los efectos acumulativos de las múltiples perturbaciones relacionadas con los conflictos, la crisis climática, la pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID-19), el receso económico y el aumento de los precios de los alimentos han incrementado la vulnerabilidad de las personas y han empujado a cientos de millones de personas más al borde del hambre”, afirmó el Director General.
Según el Informe mundial sobre las crisis alimentarias publicado a principios de este mes, en 2021, 193 millones de personas padecían inseguridad alimentaria aguda y necesitaban ayuda urgente en 53 países y territorios. Las previsiones apuntan a que unas 329 000 personas experimentarán niveles de inseguridad alimentaria catastróficos (CIF 5) en Somalia, Sudán del Sur y el Yemen para finales de 2022.
Las tasas de malnutrición también se han incrementado, y millones de niños sufren retraso del crecimiento o emaciación mientras que llevar una dieta saludable está fuera del alcance de 3 000 millones de personas, según El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2021 de la FAO.
“Además, los presupuestos de los gobiernos y los consumidores se han reducido y los ingresos per cápita de los países también, creando así una pérdida acumulativa para la economía mundial de más de 12 billones de USD durante dos años (2020-21)”, declaró el Director General, expresando su preocupación sobre la falta de progresos en relación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Señalando que, en marzo de 2022, el índice de precios de los alimentos de la FAO alcanzó su nivel máximo desde su creación en 1990, el Sr. QU advirtió acerca de los efectos en cascada de la guerra en Ucrania, que podían aumentar aún más los precios mundiales de los alimentos debido a que Rusia y Ucrania son actores predominantes en los mercados de cereales mundiales, los cuales están altamente concentrados.
“Asimismo, la Federación de Rusia es uno de los principales exportadores de fertilizantes a nivel mundial”, añadió, lo cual apunta a que la próxima temporada de siembra de los países que dependen de las importaciones de la Federación de Rusia podría estar en riesgo.
Cuatro pilares de la transformación de los sistemas agroalimentarios
“El tiempo avanza rápido y la situación es grave”, afirmó el Director General, exponiendo el camino para una transformación satisfactoria de los sistemas agroalimentarios a fin de aumentar su eficiencia, inclusividad, resiliencia y sostenibilidad.
“En primer lugar, debemos ampliar la ayuda agrícola de emergencia”, declaró. “Actualmente, solo el 8 % de todos los fondos destinados a la seguridad alimentaria en emergencias se utiliza para ayudar a la producción agrícola”, apuntó, haciendo hincapié en que la inversión en la agricultura y los medios de vida rurales resulta estratégica, y entre siete y 10 veces más rentable que la asistencia tradicional.
La FAO requiere 1 500 millones para ayudar a 50 millones de personas en 2022 con intervenciones agrícolas urgentes para abordar el hambre aguda.
En segundo lugar, resulta vital invertir en los sistemas agroalimentarios, así como en infraestructura física (carreteras, riego, electrificación y digitalización) y en la infraestructura de las cadenas de valor (instalaciones de almacenamiento, instalaciones de refrigeración, infraestructura bancaria e infraestructura de seguros). “El crecimiento del sector agrícola es una manera segura de atajar la pobreza y el hambre en numerosos países de ingresos medianos bajos”, afirmó el Director General.
En tercer lugar, debe otorgarse prioridad a la ciencia y la innovación a fin de renovar los sistemas agroalimentarios. El Director General destacó la función de las innovaciones punteras en materia de agricultura como, por ejemplo, las nuevas técnicas de mejoramiento para incrementar los rendimientos de los cultivos, obtener las características deseadas, y otorgar resiliencia ante el cambio climático, así como la agricultura digital, que puede reducir significativamente las ineficacias del mercado en la agricultura y mejorar el funcionamiento de los mercados agrícolas.
“En cuarto lugar, debemos reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos”, aseveró el Sr. QU. Actualmente, las elevadas cantidades de alimentos que se pierden y desperdician podrían alimentar a unos 1 260 millones de personas al año.
“Si reducimos la pérdida y el desperdicio de alimentos en un 50 %, se dispondrá de frutas y hortalizas suficientes en el suministro de alimentos para abarcar la cantidad recomendada de frutas y hortalizas por persona al día”, afirmó el Director General, subrayando que la pérdida y el desperdicio de alimentos también provocan una enorme repercusión negativa en el medio ambiente.
La contribución de la FAO al llamamiento a la acción
Durante los últimos dos años y medio, la FAO ha prestado apoyo a sus Miembros y proporcionado bienes públicos mundiales, así como asistencia directa en respuesta al empeoramiento de la situación de la seguridad alimentaria en el mundo debido a la pandemia, las catástrofes, los conflictos y el cambio climático. Esto se ha realizado mediante diversos instrumentos analíticos de base científica, una labor normativa, datos, análisis y medidas de respuesta rápida.
El Director General reafirmó el compromiso de la FAO con el apoyo a los Miembros para que respondieran a este llamamiento a la acción.
Sobre la reunión
A la reunión ministerial asistieron ministros de aproximadamente 30 países regionalmente distintos con el fin de examinar las necesidades humanitarias y de desarrollo urgentes y determinar los pasos a seguir para abordar la seguridad alimentaria, la nutrición y la resiliencia a nivel mundial. La reunión fue presidida por el Secretario de Estado de los Estados Unidos de América, Sr. Antony Blinken.
En la reunión, se reconoció la función esencial que el propio sistema de las Naciones Unidas —en particular la FAO, el Programa Mundial de Alimentos (PMA), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), y la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA)— debería desempeñar en la aplicación de las medidas destinadas evitar un empeoramiento de la crisis.
El Sr. QU pronunció un discurso en una reunión ministerial celebrada en las Naciones Unidas en Nueva York titulada “Seguridad alimentaria mundial: llamamiento a la acción”.
“Los efectos acumulativos de las múltiples perturbaciones relacionadas con los conflictos, la crisis climática, la pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID-19), el receso económico y el aumento de los precios de los alimentos han incrementado la vulnerabilidad de las personas y han empujado a cientos de millones de personas más al borde del hambre”, afirmó el Director General.
Según el Informe mundial sobre las crisis alimentarias publicado a principios de este mes, en 2021, 193 millones de personas padecían inseguridad alimentaria aguda y necesitaban ayuda urgente en 53 países y territorios. Las previsiones apuntan a que unas 329 000 personas experimentarán niveles de inseguridad alimentaria catastróficos (CIF 5) en Somalia, Sudán del Sur y el Yemen para finales de 2022.
Las tasas de malnutrición también se han incrementado, y millones de niños sufren retraso del crecimiento o emaciación mientras que llevar una dieta saludable está fuera del alcance de 3 000 millones de personas, según El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2021 de la FAO.
“Además, los presupuestos de los gobiernos y los consumidores se han reducido y los ingresos per cápita de los países también, creando así una pérdida acumulativa para la economía mundial de más de 12 billones de USD durante dos años (2020-21)”, declaró el Director General, expresando su preocupación sobre la falta de progresos en relación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Señalando que, en marzo de 2022, el índice de precios de los alimentos de la FAO alcanzó su nivel máximo desde su creación en 1990, el Sr. QU advirtió acerca de los efectos en cascada de la guerra en Ucrania, que podían aumentar aún más los precios mundiales de los alimentos debido a que Rusia y Ucrania son actores predominantes en los mercados de cereales mundiales, los cuales están altamente concentrados.
“Asimismo, la Federación de Rusia es uno de los principales exportadores de fertilizantes a nivel mundial”, añadió, lo cual apunta a que la próxima temporada de siembra de los países que dependen de las importaciones de la Federación de Rusia podría estar en riesgo.
Cuatro pilares de la transformación de los sistemas agroalimentarios
“El tiempo avanza rápido y la situación es grave”, afirmó el Director General, exponiendo el camino para una transformación satisfactoria de los sistemas agroalimentarios a fin de aumentar su eficiencia, inclusividad, resiliencia y sostenibilidad.
“En primer lugar, debemos ampliar la ayuda agrícola de emergencia”, declaró. “Actualmente, solo el 8 % de todos los fondos destinados a la seguridad alimentaria en emergencias se utiliza para ayudar a la producción agrícola”, apuntó, haciendo hincapié en que la inversión en la agricultura y los medios de vida rurales resulta estratégica, y entre siete y 10 veces más rentable que la asistencia tradicional.
La FAO requiere 1 500 millones para ayudar a 50 millones de personas en 2022 con intervenciones agrícolas urgentes para abordar el hambre aguda.
En segundo lugar, resulta vital invertir en los sistemas agroalimentarios, así como en infraestructura física (carreteras, riego, electrificación y digitalización) y en la infraestructura de las cadenas de valor (instalaciones de almacenamiento, instalaciones de refrigeración, infraestructura bancaria e infraestructura de seguros). “El crecimiento del sector agrícola es una manera segura de atajar la pobreza y el hambre en numerosos países de ingresos medianos bajos”, afirmó el Director General.
En tercer lugar, debe otorgarse prioridad a la ciencia y la innovación a fin de renovar los sistemas agroalimentarios. El Director General destacó la función de las innovaciones punteras en materia de agricultura como, por ejemplo, las nuevas técnicas de mejoramiento para incrementar los rendimientos de los cultivos, obtener las características deseadas, y otorgar resiliencia ante el cambio climático, así como la agricultura digital, que puede reducir significativamente las ineficacias del mercado en la agricultura y mejorar el funcionamiento de los mercados agrícolas.
“En cuarto lugar, debemos reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos”, aseveró el Sr. QU. Actualmente, las elevadas cantidades de alimentos que se pierden y desperdician podrían alimentar a unos 1 260 millones de personas al año.
“Si reducimos la pérdida y el desperdicio de alimentos en un 50 %, se dispondrá de frutas y hortalizas suficientes en el suministro de alimentos para abarcar la cantidad recomendada de frutas y hortalizas por persona al día”, afirmó el Director General, subrayando que la pérdida y el desperdicio de alimentos también provocan una enorme repercusión negativa en el medio ambiente.
La contribución de la FAO al llamamiento a la acción
Durante los últimos dos años y medio, la FAO ha prestado apoyo a sus Miembros y proporcionado bienes públicos mundiales, así como asistencia directa en respuesta al empeoramiento de la situación de la seguridad alimentaria en el mundo debido a la pandemia, las catástrofes, los conflictos y el cambio climático. Esto se ha realizado mediante diversos instrumentos analíticos de base científica, una labor normativa, datos, análisis y medidas de respuesta rápida.
El Director General reafirmó el compromiso de la FAO con el apoyo a los Miembros para que respondieran a este llamamiento a la acción.
Sobre la reunión
A la reunión ministerial asistieron ministros de aproximadamente 30 países regionalmente distintos con el fin de examinar las necesidades humanitarias y de desarrollo urgentes y determinar los pasos a seguir para abordar la seguridad alimentaria, la nutrición y la resiliencia a nivel mundial. La reunión fue presidida por el Secretario de Estado de los Estados Unidos de América, Sr. Antony Blinken.
En la reunión, se reconoció la función esencial que el propio sistema de las Naciones Unidas —en particular la FAO, el Programa Mundial de Alimentos (PMA), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), y la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA)— debería desempeñar en la aplicación de las medidas destinadas evitar un empeoramiento de la crisis.
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Oficina de Prensa, FAO (+39) 06 570 53625 [email protected]