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Acción preventiva... en acción en Viet Nam


La carrera por mitigar los efectos del tifón Noru en las vidas y los medios de subsistencia

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Sin la acción preventiva que la FAO ayudó a desplegar en Viet Nam antes del tifón Noru, la pérdida de ganado, pertenencias esenciales, e incluso vidas, podría haber sido mucho mayor. © FAO/Nguyen Minh Duc

14/09/2023

Al principio, no parecía haber muchos motivos para preocuparse. Cuando todo terminó, el rastro de destrucción había dejado pocas viviendas, cultivos y ganado incólumes.

Nguyen Hue, un agricultor de 84 años recuerda: “Cuando oímos los primeros avisos por los altavoces, buscamos refugio en las inmediaciones, en alguna casa más sólida de algún vecino que tuviese segunda planta. Nosotros solo tenemos una casa de planta baja, y es frágil. Nos pasamos la noche sentados oyendo cómo el viento soplaba con fuerza”.

El tifón, de categoría 1, arrasó la provincia de Da Nang y otras tres provincias de Viet Nam, arrancando los tejados de las casas, destruyendo campos, lesionando e incluso matando a personas y ganado.

Y, no obstante, las consecuencias podrían haber sido mucho peores.

Ello obedece, en una parte no menor, a la acción preventiva desplegada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) antes de que el tifón Noru golpeara la zona a finales de septiembre de 2022.

Como más tarde expresó Thi Thuan, una ciudadana de 59 años de la provincia de Quang Tri que fue víctima de la furia del tifón: “Tuve una forma de asegurarme no solo de que estuviéramos a salvo, sino también de que pudiéramos comer y de comprar un poco más”.

Evolución del tifón Noru

El Centro europeo de predicción meteorológica a plazo medio (CEPMPM) emitió las primeras alertas sobre una posible tormenta tropical el 22 de septiembre, seis días antes de cuando se preveía que tocara tierra en la provincia de Quang Binh (Viet Nam). La FAO y la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres de Viet Nam decidieron seguir muy de cerca la forma en que la situación podía evolucionar.

Ciertamente, al mediodía del día siguiente, el CEPMPM había modificado su predicción por la de un potencial tifón que golpearía las provincias centrales en los días siguientes.

Para las comunidades de estas provincias, los tifones no son elementos extraños. Pero, aunque dichas comunidades han demostrado una notable resiliencia a estas perturbaciones meteorológicas extremas recurrentes y crecientes, en los últimos años tienen dificultades para hacerles frente, en parte debido a los efectos de una pandemia mundial y las consiguientes crisis económicas.

El sábado, 24 de septiembre, las predicciones sobre la velocidad del viento pronosticaban la superación del umbral desencadenante de 90 kilómetros/hora, y el tifón fue bautizado oficialmente con el nombre de Noru.

Ese fue el momento en el que se pusieron en marcha las acciones preventivas de la FAO. En el plazo de 48 horas, las acciones se llevaron a cabo en las seis comunidades más próximas a la zona en que previsiblemente el tifón Noru tocaría tierra.

Como parte de las acciones preventivas, la FAO distribuyó 600 bidones estancos, proporcionó transferencias de efectivo para fines múltiples y ejecutó un plan de comunicación de alerta temprana. © FAO/Nguyen Minh Duc

El ingrediente esencial de la acción preventiva es la consulta con las comunidades y los gobiernos locales, ya que estos pueden expresar sus propias preocupaciones y determinar las respuestas y soluciones apropiadas.

En el caso de Viet Nam, dichas consultas se llevaron a cabo con bastante antelación. Comenzaron con funcionarios de ámbito nacional y provincial y continuaron con una serie de reuniones a escala comunitaria con casi 400 participantes. Asimismo, en la provincia de Quang Tri, se simularon en agosto de 2022 una serie de acciones preventivas determinadas mediante estas consultas con el fin de estar mejor preparados para una posible activación.

Con la financiación facilitada por la Dirección General de Protección Civil y Operaciones de Ayuda Humanitaria Europeas (ECHO) y con el apoyo sobre el terreno de los dirigentes de los gobiernos y comunidades locales, la FAO distribuyó 600 bidones estancos, proporcionó transferencias de efectivo para fines múltiples y ejecutó un plan de comunicación de alerta temprana que abarcó la televisión, la radio, sistemas de megafonía y aplicaciones de mensajería.

Tres días antes de que el tifón Noru tocara tierra, Hoang Thi Do describe cómo se recibieron avisos por altavoz proporcionando información sobre cómo proceder. “Tuve tiempo suficiente para prepararme antes de que llegara [el tifón]. Sabía que venía”.

Al igual que ocurriera en años anteriores durante fenómenos meteorológicos extremos de carácter similar, Hoang Thi Do introdujo rápidamente algunos efectos personales y artículos esenciales, como comida, ropa y agua potable en los bidones estancos y se trasladó con su madre a la planta superior de su vivienda.

Hoang Thi Do afirma que el apoyo brindado antes de la llegada de Noru le permitió “permanecer seca y bien alimentada”.

El plan de acción preventiva se simuló semanas antes de que tuviera lugar el tifón con el fin de estar mejor preparados para una posible activación. © FAO/Nguyen Minh Duc

Los pagos en efectivo fueron también sumamente beneficiosos para las comunidades, proporcionándoles la máxima flexibilidad para poder elegir la mejor manera de protegerse y proteger a sus familias. El dinero se utilizó principalmente para comprar alimentos, así como medicamentos y material para reforzar sus hogares antes de la tormenta.

Le Thi Vi, una agricultora de 84 años, dijo refiriéndose al dinero: “Fuimos directamente a la tienda y compramos carne, conservas de pescado y algo de leche y lo almacenamos en nuestro nuevo bidón. Pudimos seguir comiendo de forma saludable durante todo el proceso, y teníamos la confianza de que estaríamos bien después, cuando fuera difícil acceder a las carreteras y los mercados.

El tifón Noru tocó tierra a la 1.00 del 28 de septiembre entre las provincias de Da Nang y Quang Nam, con velocidades del viento de hasta 155 km/h y más de 429 mm de lluvia en algunas zonas.

El resultado fue un total de más de 7 000 viviendas dañadas o devastadas. El tifón destruyó también más de 5 000 hectáreas de tierras de cultivo y más de 3 000 hectáreas de área de acuicultura. Se perdieron casi 2 000 cabezas de ganado y más de 20 000 aves de corral. Algunas personas perecieron y más de 60 resultaron heridas. Además, el tifón causó importantes daños en infraestructuras, presas y sistemas de riego.

A pesar de las repercusiones del tifón, la acción preventiva llevada a cabo evitó un escenario mucho peor.

La FAO confía en que el éxito de las medidas preventivas adoptadas antes de catástrofes como el tifón Noru contribuya a promover un cambio de política y una integración plena de la acción preventiva en los planes nacionales de gestión de catástrofes de Viet Nam y de otros países de todo el mundo.

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