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Empoderar a los habitantes del desierto en Irán


La capacitación profesional abre un mundo de oportunidades

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Fatemeh Pirouz y Abolghasem Beheshti han emprendido una nueva profesión para brindarle a su hija un futuro mejor. ©FAO/Emir Khaleghiyan

25/03/2020

No hace mucho Abolghasem, residente de 36 años de edad de la localidad de Se-Qale, en la provincia oriental de Jorasán del Sur, se dedicaba a extraer piedras negras para adoquinar las calles que adornan las ciudades. Aún trabaja con piedras, pero las multicolores que adornan a las personas.

“Me pagaban menos de 500 000 IRR (menos de 5 USD) por día por trabajar en las zanjas de una mina de grava en medio del desierto (con un plan de empleo precario). Ahora, con toda la capacitación y apoyo, puedo ganar más de 1 700 000 IRR (17 USD) por día con facilidad. Y además trabajo sin moverme de mi casa”.

Fue su mujer, Fatemeh, la que alentó en un principio a Abolghasem a seguir el curso de lapidación de gemas organizado en el marco del proyecto de la FAO de Rehabilitación de paisajes forestales y terrenos degradados. “Fui la primera en inscribirme... hace unos tres años”, dice Fatemeh. “La profesión de lapidario me parecía interesante, con perspectivas prometedoras, y se lo dije a mi marido”.

Entre el curso y el préstamo otorgado por el comité encargado del Fondo de la Aldea, que también recibía apoyo en el marco del proyecto, marido y mujer adquirieron todos los conocimientos especializados y los equipos necesarios para poner en marcha su empresa de piedras preciosas.

Trabajando en familia para ganarse la vida de manera digna. ©FAO/Emir Khaleghiyan

El proyecto de Rehabilitación de paisajes forestales y terrenos degradados está financiado conjuntamente por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), una organización de financiación verde, y el Gobierno del Irán. Mediante el proyecto, que recibe apoyo técnico de la FAO, se impulsan la participación de las comunidades e iniciativas de base comunitaria desde 2011. Su oferta de cursos de capacitación fue concebida especialmente para ayudar a las comunidades a generar medios de vida sostenibles.

Al igual que muchos de sus vecinos, antes de entrar en contacto con el proyecto, Fatemeh y Abolghasem apenas podían llegar a fin de mes. Una vez que su empresa estuvo en pleno funcionamiento, tardaron menos de dos años en pagar todas sus deudas, que ascendían a más de 5 000 USD. Ahora están estudiando la posibilidad de ampliar la tienda, ubicada en el sótano de su casa recién construida, e incluso de contratar a un nuevo ayudante.

“Las instituciones participativas, como el Fondo para el desarrollo comunitario sostenible y el Comité de gestión de los recursos y el desarrollo de la aldea, han dado a los residentes la posibilidad de proponer nuevos planes de negocios, evaluar estos planes según criterios económicos y considerar la mejora de sus condiciones de vida”, dice la facilitadora local del proyecto, Fatemeh Beheshti (ningún parentesco con Abolghasem).

Pequeña exhibición realizada por Fatemeh y Abolghasem donde se muestran las distintas fases de elaboración de una gema, a partir de la piedra en bruto. ©FAO/Emir Khaleghiyan

A través del Fondo y el Comité, los residentes pueden movilizar recursos en conjunto, dar prioridad a los temas de interés común y gestionar cómo poner en práctica planes colectivos.

Los planes podrían ser de conservación de la tierra, complementar con trabajo voluntario proyectos de infraestructura con escasa liquidez, financiar nuevas empresas en pequeña escala o prestar asistencia financiera de emergencia a personas enfermas. Todas las decisiones y asignaciones se han convenido por consenso y con mutua responsabilidad.

“Los aldeanos pueden proponer, por ejemplo, que se planten semillas en las tierras comunitarias para luchar contra la desertificación y reducir la erosión del suelo”, manifiesta Mohsen Yousefi, director de proyectos en Jorasán del Sur.

“Hoy en día”, añade Fatemeh Beheshti, “en muchos casos, los miembros de la comunidad ya no solicitan nuestro apoyo o intervención. Están lo suficientemente capacitados para trabajar y lograr sus propios objetivos y hacer frente a las dificultades. Es cuando se trata de obtener mayor financiación, especialmente en el caso de proyectos de desarrollo y planes de negocios de gran envergadura, o cuando se precisa algún tipo de coordinación con las autoridades gubernamentales que siguen buscando nuestra asistencia y asesoramiento”.

“Esta tendencia pone de manifiesto que el proyecto ha cumplido sus metas, aunque tenemos mucho camino por delante para lograr que sea plenamente sostenible”, concluye Yousefi.

La FAO ayuda a los países a formular y aplicar políticas y programas que promuevan medios de vida sostenibles y la diversificación de los ingresos (Objetivo de Desarrollo Sostenible [ODS] 1), el trabajo decente (ODS 8) y el empoderamiento de la mujer (ODS 5) en las zonas rurales. 

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