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La alimentación, un derecho humano


De qué manera contribuye la FAO a que todos los hombres, mujeres y niños accedan a alimentos asequibles y nutritivos

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La alimentación es una necesidad y un derecho humano internacional. ©Chris Steele-Perkins/Magnum Photos/FAO

10/12/2020

Un tazón de sheer khurma para completar una comida de la celebración de Eid. Un pavo bien caliente en la mesa en Navidad. Pan de muerto para recordar a los seres queridos que ya no están con nosotros. La comida es una parte integral de muchas tradiciones, culturas y religiones y, para muchas personas de todo el mundo, es un placer. Pero es mucho más que eso, ya que la alimentación es una necesidad y un derecho humano.

En 1966, el derecho a la alimentación se consagró en el derecho internacional en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Se entiende en general como el derecho a poder alimentarse con dignidad, y es más que la simple ausencia de hambre; es la idea de que todas las personas, en todas partes, deben tener acceso a una dieta adecuada y nutritiva, que resulte accesible sin tener que hacer grandes esfuerzos para obtenerla, que sea asequible, lo que significa que las familias no tengan que sacrificar otras necesidades básicas para comprarla, y que sea a la vez nutritiva y acorde con las costumbres religiosas y culturales.

En los últimos decenios, la FAO ha prestado apoyo a las naciones para que se comprometan a cumplir este importante objetivo, y varios países han elaborado y aplicado enmiendas constitucionales, leyes nacionales, estrategias, políticas y programas que tienen por objeto garantizar el derecho a la alimentación.

Estos son solo algunos países en los que la FAO ha ayudado a promover el derecho a la alimentación:

Fiji

A pesar de ser un pintoresco destino vacacional, Fiji enfrenta un conjunto único de dificultades en lo que se refiere a la alimentación, y muchos de sus habitantes padecen malnutrición. Dado que es un pequeño Estado insular en desarrollo, el país es especialmente susceptible a los efectos del cambio climático, con sequías e inundaciones que destruyen periódicamente los cultivos. Debido a esto y a las consecuencias en la producción de alimentos frescos, los fiyianos dependen en gran medida de productos importados y alimentos elaborados de menor calidad, que a menudo son más baratos que los alimentos frescos cultivados en las cercanías.

Con el apoyo técnico de la FAO, el gobierno ha elaborado una estrategia que garantizará que todos los fiyianos gocen del derecho a la alimentación, aumentando la producción de alimentos nutritivos y el acceso a estos. El gobierno se ha comprometido a distribuir 36 000 paquetes de semillas de hortalizas y frutas diferentes a la población local para ayudar a ampliar el acceso a alimentos nutritivos como mangos, aguacates, guayabas, pitahayas, rimas y parchas. Esto ayudará a reducir el gasto en importación de frutas, así como impulsará los medios de vida de los agricultores y mejorará en general la salud de la población de Fiji. Ante el brote de enfermedad por coronavirus (COVID-19), que ha amenazado aún más la seguridad alimentaria, la FAO ha prestado apoyo a esta iniciativa con semillas y herramientas.

La FAO está prestando apoyo al gobierno local nepalés en pos de la realización del derecho a la alimentación. Arriba a la izquierda: ©FAO/Sailendra Kharel. Derecha: ©Patrick Zachmann/Magnum Photos/FAO

Nepal

En 2019, el 6 % de la población de Nepal padecía hambre crónica, mientras que el 33,8 % hacía frente a una inseguridad alimentaria de moderada a grave ese mismo año. La FAO ha prestado apoyo al Gobierno de Nepal para promover, proteger y vigilar el derecho a la alimentación desde 2010. Con la orientación de las políticas de la FAO, el derecho a la alimentación pasó a formar parte de la constitución del país en 2015.

Tres años más tarde, Nepal aprobó la Ley sobre el derecho a la alimentación y la soberanía alimentaria, que establece una serie de garantías, entre ellas “el derecho de todo ciudadano a un acceso regular a alimentos adecuados, nutritivos y de calidad sin discriminación; a no padecer hambre; a tener un acceso sostenible a los alimentos y a apoyo nutricional; a acceder a los recursos necesarios para las labores agrícolas y a utilizar alimentos culturalmente aceptados”. La ley también especifica el reconocimiento y la dignidad de todos los campesinos.

En 2020, el Ministerio de Agricultura y Derecho Ganadero de Nepal pidió a la FAO que le ayudara a elaborar estatutos destinados a prestar asistencia a autoridades gubernamentales locales en la realización de este derecho humano. Esto ha contribuido al compromiso del país para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en particular para seguir reduciendo la pobreza y la prevalencia de la insuficiencia ponderal, el retraso del crecimiento y la emaciación entre los niños menores de cinco años.

Colombia

Colombia ha atravesado un período de grandes cambios. Ha salido de un conflicto de medio siglo de duración y su recuperación ha tenido que superar muchas dificultades. Una de ellas es la malnutrición. Cuando se firmó el acuerdo de paz en 2016, su primer punto se centró en la lucha contra el hambre y en la promoción de las reformas y el desarrollo rurales, asegurando que todos los ciudadanos gozaran del derecho a la alimentación.

Para hacer realidad esta idea, se pidió a la FAO que aportara sus conocimientos especializados. La FAO ha organizado sesiones de capacitación, debates técnicos y talleres para instruir a los encargados de formular políticas sobre el derecho a la alimentación y elaborar políticas eficaces.

Uno de los aspectos clave de la labor de la FAO ha sido ayudar a reentrenar a los excombatientes para que comiencen una nueva vida en el sector agrícola. En su transición a la vida civil, el gobierno proporcionó a los excombatientes una parcela de tierra en la que podían emprender nuevos medios de vida. Se pidió a la FAO que ayudara a lograr que estos espacios fueran productivos, proporcionando capacitación agrícola, tecnología y semillas para ayudar a estos nuevos agricultores a producir tanto alimentos sanos y nutritivos para sus comunidades locales como ingresos resilientes para sí mismos.

El proyecto ejecutado en Colombia con apoyo de la FAO ha contribuido a promover la agricultura y la seguridad alimentaria tras 52 años de conflicto. ©Patrick Zachmann/Magnum Photos/FAO

La alimentación, un derecho humano

A pesar de los progresos realizados en los últimos 25 años, hoy en día alrededor de una de cada nueve personas del mundo sigue padeciendo hambre. La crisis de la COVID-19 ha acentuado la pobreza, ha exacerbado las desigualdades y ha ampliado las diferencias en la aplicación de los derechos humanos. Debemos asegurarnos de que los progresos realizados para garantizar el derecho a la alimentación no pierdan terreno, especialmente en este difícil momento.

La labor de la FAO en relación con el derecho a la alimentación sigue siendo una de nuestras principales prioridades, a fin de garantizar que los alimentos sean accesibles, asequibles y adecuados para todas las personas del mundo.

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