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Aprovechar el poder de la lluvia


La recogida del agua de lluvia y el riego agroecológico aumentan la resiliencia de los agricultores en el Senegal

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El cambio climático conlleva que las condiciones meteorológicas extremas —a veces lluvias intensas y, otras veces, períodos secos más largos— den como resultado un exceso o una insuficiencia de agua para aproximadamente el 90 % de los agricultores senegaleses que practican la agricultura de secano. © CECI

22/03/2021

El pasado septiembre en el Senegal llovió más en un solo día que en toda la estación húmeda, que generalmente dura tres meses. Como consecuencia del cambio climático se producen lluvias intensas en períodos más breves, seguidas de una temporada seca más larga, lo que, en última instancia, da como resultado un exceso o una insuficiencia de agua para los agricultores que dependen de este recurso para su supervivencia. Cerca del 90 % de los hogares agrícolas del Senegal practica la agricultura de secano.

La FAO está llevando a cabo un proyecto encaminado a introducir sistemas de recogida del agua de lluvia y técnicas innovadoras de gestión hídrica basados en métodos tradicionales. Este proyecto de refuerzo de la adaptación agrícola, puesto en marcha en 2019 y llamado Strengthening Agricultural Adaptation (SAGA), fomenta la capacidad de adaptación al cambio climático, velando por que todas las comunidades del Senegal, en particular las mujeres, tengan acceso regular al agua, al tiempo que aumenta la eficiencia de su uso.

Huerta de resiliencia

En colaboración con las comunidades locales, la FAO y sus asociados* implantaron sistemas de riego adaptados a los territorios regionales, los patrones meteorológicos y las necesidades de los agricultores. En el pueblo Oudalaye, situado en la reserva silvopastoral de Ferlo, en el nordeste del Senegal, la FAO ayudó a los productores a centrarse en las prácticas agroecológicas tradicionales, llamadas localmente Gulle Kisnal, para reducir la evaporación del agua.

Gulle Kisnal es una técnica agroecológica de gestión hídrica en la que se cava un círculo alrededor de las plantas para garantizar que el agua se concentre dentro de la pequeña cuenca y no se desperdicie debido a la evaporación o la escorrentía.

A través de este y de otros métodos, el proyecto Strengthening Agricultural Adaptation también ha ayudado a los agricultores a desarrollar una huerta comercial próspera, conocida localmente como “huerta de resiliencia”.

Aissé Sy, una joven de la comunidad, empezó a trabajar en la parcela hace un año. Explicó que en la huerta se emplean únicamente fertilizantes y plaguicidas orgánicos y que se obtiene una amplia variedad de productos bien entrada la estación seca.

“La formación que recibimos en horticultura nos alentó a utilizar prácticas tradicionales para el riego de plantas mediante Gulle Kisnal”, declaró Aissé.

“Actualmente, más de 300 hogares del pueblo se benefician de todo el duro trabajo y consumen dietas más nutritivas y equilibradas.”

Izquierda/Arriba: La práctica tradicional de “Gulle Kisnal”, en la que se cava un círculo alrededor de las plantas, garantiza que no se desperdicie el agua debido a la evaporación o la escorrentía. © CECI Derecha/abajo: Mujeres regando las plantas en la

Recoger y aprovechar el agua de lluvia

En otro proyecto realizado en la meseta de Thiès en el Senegal occidental se instalaron sistemas de recogida del agua de lluvia. Este sistema utiliza un techo corrugado inclinado de forma que se recoja el agua de lluvia y se conduzca hasta un depósito de almacenamiento.

“Gracias al sencillo sistema de recogida de agua de lluvia que se construyó para nosotros pudimos recoger 5 000 valiosos litros de agua en los últimos seis meses”, afirmó Ramata Faye, una abuela y agricultora de 68 años procedente del municipio de Cherif Lô en Thiès.

En toda la región se construyeron nueve sistemas de recogida del agua de lluvia y se capacitó a más de 220 personas en su mantenimiento. Solo en Cherif Lô, esto ha reportado beneficios para más de 450 hogares.

“Ahora podemos utilizar el agua de lluvia durante la estación seca”, explica Ramata. Sin pozos cerca de su huerta, le resultaba cada vez más difícil mantener los árboles frutales y las hortalizas hidratados durante toda la estación seca, que ahora dura más de nueve meses. Ramata, así como otros miembros de su grupo de mujeres, puede continuar cultivando durante todas las estaciones y vender sus productos en el mercado local, lo que le proporciona unos ingresos más estables.

Además, con los ingresos procedentes de sus huertas, el grupo de mujeres de Ramata también ha creado un sistema de microcréditos, una forma de ahorrar dinero de modo que puedan ayudarse entre sí. Los miembros del grupo invierten en nuevas plantas y herramientas para la huerta o pueden solicitar un pequeño préstamo para necesidades familiares.

“Los habitantes de pueblos vecinos ahora quieren crear una huerta como la nuestra. Es importante que toda la comunidad participe en este tipo de iniciativas”, expresó con entusiasmo.

Para Ramata, poder mantener el rendimiento de huertas e invernaderos gracias al sistema de recogida de aguas le ha dado un nuevo sentido de propósito, la capacidad de proporcionar a su familia productos básicos como medicinas y enviar a sus hijos a la escuela, e incluso de tener algo de dinero ahorrado para el futuro.

Este sistema de recogida de agua de lluvia utiliza un techo corrugado inclinado para recoger el agua de lluvia y conducirla hasta un depósito de almacenamiento de modo que se pueda utilizar el agua durante toda la estación seca. ©SUCO

Cambios drásticos

En los últimos 50 años, el Senegal ha experimentado cambios drásticos, y no solo por lo que hace al clima. La función de las mujeres se ha ampliado más allá de la agricultura de subsistencia y las obligaciones domésticas. Las mujeres están actualmente mejor organizadas desde el punto de vista económico, lo que les permite tener un mayor acceso a la creación de capacidad y la financiación, pese a que siguen existiendo muchos desafíos. Asimismo, cada vez participan más en las actividades de generación de ingresos, al pasar de cultivar solo alimentos básicos como el mijo, el arroz y el maní a producir alimentos más variados y nutritivos como tomates, gombos, calabazas, frijoles, cebollas y pimientos. Estas “huertas comerciales”, en las que se cultivan productos destinados tanto a la venta como al consumo propio, están brindando nuevas oportunidades para estas mujeres y sus familias. Reforzando el acceso al agua, la FAO está ayudando a las agricultoras a velar por que estas huertas sean productivas y rentables.

Sembrar las semillas del cambio

El proyecto Strengthening Agricultural Adaptation es un proyecto mundial que actualmente se centra en dos países, a saber, el Senegal y Haití. Estas iniciativas se han convertido en ejemplos valiosos de la adaptación de agricultores en países especialmente amenazados por el cambio climático y vulnerables al mismo. En el caso del Senegal, gracias a las técnicas de gestión hídrica innovadoras y localmente adaptadas las huertas están prosperando, lo que proporciona mayores ingresos y dietas más saludables a las comunidades. Otro proyecto importante de la FAO, la iniciativa «One million cisterns for the Sahel» Un millón de cisternas para el Sahel, también está ayudando a mujeres y agricultores a recoger y almacenar el agua de lluvia. Las cisternas proporcionan agua limpia a millones de personas en zonas áridas para el consumo y para el cultivo de alimentos.

Gracias a estas nuevas técnicas que fomentan la autosuficiencia y el empoderamiento, estas comunidades son ahora más resilientes ante el cambio climático y tienen ventaja a la hora de reconstruir mejor tras la pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID-19) y otras crisis a las que se han enfrentado.

* La FAO ha podido llevar a cabo estas actividades gracias a una asociación financiera y técnica con el gobierno de Quebec y, en colaboración con los socios de implementación: GRAIM (Groupe de recherche et d'appui aux initiatives mutualistes), SUCO (Solidarité Union Coopération), FAFD (Fédération des associations du Fouta pour le Développement) y CECI (Centre d’étude et de cooperation internationale).

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