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¿Cómo impulsan el sector agrícola las empresas responsables?


Dejar de centrarse en los riesgos para dedicarse al desarrollo: adoptar una conducta empresarial responsable en el sector agrícola es ahora más importante que nunca

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Es posible lograr que el sector agrícola sea más equitativo con el enfoque empresarial adecuado. © Xesai/Volkan Sezai Suda

04/05/2021

Imaginen un sector agrícola sin trabajo infantil. Un salario justo para los trabajadores agrícolas y unos ingresos justos para los agricultores y productores de alimentos. Alimentos producidos de forma respetuosa con el medio ambiente, y la contaminación del agua un recuerdo lejano. Alcanzar estos objetivos es posible con el enfoque empresarial adecuado.

La conducta empresarial responsable es un tema candente de debate a nivel mundial y la FAO ha ocupado durante varios años una posición destacada en estas deliberaciones en lo que atañe a la agricultura. En 2016, la FAO y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) elaboraron la Guía OCDE-FAO para las cadenas de suministro responsable en el sector agrícola, un documento de referencia mundial para abordar los riesgos y el desarrollo en el sector agrícola. Desde entonces, un número cada vez mayor de gobiernos de todo el mundo ha incorporado esta Guía en sus políticas en materia de sostenibilidad empresarial, estableciendo un nexo entre la inversión, las empresas, la agricultura y el desarrollo.

La diligencia debida, ¿es la clave para lograr el desarrollo?

En la Guía OCDE-FAO se recomienda que las empresas apliquen la diligencia debida para abordar los riesgos ambientales y sociales más destacados asociados a sus cadenas de suministro agrícola. La diligencia debida es un proceso por medio del cual las empresas pueden detectar, evaluar, mitigar y prevenir los efectos adversos existentes y potenciales de sus actividades y rendir cuentas sobre la forma en que los abordan, como parte de sus procesos de toma de decisiones y sistemas de gestión del riesgo. En un número cada vez mayor de países, los gobiernos han introducido leyes que obligan a las empresas a adoptar procedimientos de diligencia debida. El proceso de diligencia debida ayuda a las empresas a identificar problemas y a hallar soluciones a los efectos adversos de sus actuaciones.

Ello no solo es bueno para el planeta, sino también para los beneficios de las propias empresas. Hacer negocios de forma responsable puede mejorar los derechos de los trabajadores o los medios de vida de las comunidades implicadas, pero también puede reforzar los procesos operativos. En los últimos años, las cadenas de suministro y las condiciones de trabajo han atraído cada vez más la atención de los medios de comunicación y el interés de los consumidores. La obtención de información más detallada sobre los proveedores genera confianza y reduce los riesgos para la reputación derivados de posibles problemas. Al prevenir las consecuencias negativas, las empresas evitan tener que asumir costos de pleitos y medidas correctivas. Asimismo, las medidas que protegen el medio ambiente también pueden reportar beneficios financieros: por ejemplo, el uso de fuentes de energía renovables puede resultar realmente más económico a largo plazo y ayudar a protegerse de la volatilidad de los mercados de combustibles fósiles.

La Guía OCDE-FAO muestra cómo la aplicación de la diligencia debida y el hecho de abordar los problemas en las cadenas de suministro pueden impulsar las propias empresas y muchas esferas clave del desarrollo, como los derechos laborales, el bienestar de los animales, los derechos de tenencia de la tierra, la protección del medio ambiente y la seguridad alimentaria.

Pero, ¿cómo funciona realmente?

Empecemos con un simple hecho: más del 70 % del trabajo infantil tiene lugar en el sector agrícola. Al incorporar la diligencia debida en sus modelos de negocio, las grandes empresas pueden contribuir a eliminar el trabajo infantil realizando estudios para comprender la probabilidad de que se plantee dicho problema, cómo y en qué punto de su cadena de suministro.

La mera realización de auditorías no es suficiente para detectar los riesgos en las cadenas de suministro, ya que las auditorías pueden ser manipuladas o falsas en sí. Sin embargo, si se combina la auditoría con la diligencia debida y se trabaja conjuntamente con los proveedores y socios subcontratados a lo largo de la cadena de suministro, así como con organizaciones de la sociedad civil y otras partes interesadas, se pueden abordar problemas estructurales como el trabajo infantil.

La Guía OCDE-FAO ayuda a explicar cómo las empresas pueden abordar este tipo de cuestiones haciendo que resulten pertinentes para sus entornos operativos. De este modo, las empresas no solo mejoran sus propias cadenas de suministro, sino que también contribuyen a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), fomentando un cambio a mayor escala.

La agricultura es fundamental para la humanidad, pero también puede tener graves repercusiones para nuestro planeta. Aplicando procedimientos de diligencia debida, se pueden mitigar los efectos negativos sobre los puntos de agua, la utilización de la tier

Más beneficioso para el medio ambiente

La agricultura, la silvicultura y otros usos de las tierras agrícolas representan hasta el 25 % de todas las emisiones de gases de efecto invernadero. En la mayoría de las regiones del mundo, más del 70 % del agua dulce se utiliza para la agricultura. Es preciso redoblar los esfuerzos para mejorar la sostenibilidad y reducir las repercusiones de la agricultura para el planeta.

Al introducir la diligencia debida, una empresa que participaba en un proyecto piloto en el que se ensayaba la aplicación práctica de la Guía OCDE-FAO mejoró su conocimiento acerca de las repercusiones que tenían sus actividades para el entorno local utilizando datos obtenidos mediante satélites y análisis de sistemas de información geográfica para rastrear las alteraciones de la cubierta vegetal. Mediante el seguimiento de la deforestación, la empresa pudo evaluar las zonas vulnerables y comprender los efectos que estaba teniendo en ellas. Esta empresa se dio cuenta de que tenía que redoblar sus esfuerzos para hacer frente a la deforestación y se comprometió con los proveedores a abordar esta cuestión.

Cómo impulsar la seguridad alimentaria

En 2019, casi 750 millones de personas padecían una situación de inseguridad alimentaria grave. La agricultura misma puede tener consecuencias negativas para el acceso de las comunidades locales a los alimentos. Por ejemplo, cuando se dedican grandes cantidades de tierra y tiempo a “cultivos comerciales”, hay una menor superficie y menos personas disponibles para producir alimentos nutritivos para la comunidad local. Una de las empresas participantes en el proyecto piloto llevó a cabo evaluaciones del impacto ambiental y social antes de emprender nuevos proyectos en terrenos no utilizados anteriormente. Teniendo en cuenta esta cuestión, la empresa reservó algunas tierras para la producción de alimentos, ofreciendo un espacio a la comunidad local para producir cultivos que luego podrían vender o utilizar para su propio consumo.

El Foro Mundial Bananero de la FAO promueve un modelo de negocio responsable para la producción y el comercio sostenibles. © FAO/Fredrik Lerneryd

El Foro Mundial Bananero de la FAO también promueve los mensajes clave de la Guía OCDE-FAO para mejorar la colaboración e impulsar la producción y el comercio sostenibles en el sector bananero. En el marco de otro proyecto de la FAO, se está trabajando con las partes interesadas en las cadenas de suministro de la piña y el aguacate para introducir sistemas de diligencia debida basados en los riesgos y fomentar el abastecimiento responsable de estas frutas.

Entonces, ¿cómo puede el sector agrícola fomentar una conducta empresarial responsable en el futuro?

En pocas palabras, incorporando las recomendaciones de la FAO y la OCDE sobre la diligencia debida en marcos reglamentarios, normas industriales y políticas. A fin de lograr un sector agrícola más inclusivo y sostenible para nuestro futuro, los gobiernos, las empresas y los individuos deben revisar su forma de trabajar. Los procedimientos de diligencia debida pueden convertir los riesgos en resultados de desarrollo, que incluyen una mayor seguridad alimentaria, derechos laborales más sólidos y una mayor protección del medio ambiente. Para ayudar a las empresas a actuar con la diligencia debida de forma sistemática, en la Guía OCDE-FAO se proponen un modelo y un marco de cinco pasos que estas habrían de seguir. Al promover su aplicación en todo el sector agrícola, se puede fomentar el desarrollo y garantizar que la agricultura contribuya a un futuro sostenible.

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